¡Tarde!

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Le había contado la verdad a mi hermana. Debo confesar que al momento en que le dije todo, me sentí muy avergonzado. Pero Janet era una persona muy comprensiva que nunca juzgaba a nadie por ningún motivo. Era de las cualidades que había heredado de mi madre.

Eso no quería decir que ella estuviese de acuerdo con lo que estaba haciendo. Los dos tomamos asiento en la estancia y ella me miraba algo seria con sus brazos cruzados.

— Michael... puedo entender que tienes un problema — decía con tranquilidad — pero también creo que comportándote así no es la solución.

— Janet... sabes mi situación. Sabes que no soy una persona normal, por lo tanto no puedo ser un novio normal. No puedo llevar a Emily al cine, o invitarla a cenar. Al centro comercial o cualquier lugar público las veces que yo quiera. Así cómo también sabes que me quedan pocas semanas para poder disfrutar de ella y de nuestra relación. Es... por eso que he hecho esto. Es... la única razón por la cual me he hecho pasar por enfermo y así Emily pudiera venir.

Eso sí, no le diría a Janet que el verdadero motivo por él cuál me hice pasar enfermo, eran estos celos ridículos que no podía evitar sentir. Creo que si le dijera eso ella si se molestaría conmigo.

— Michael, pero ¿qué va a pasar si ella se entera?

— Ella no tiene por qué saberlo Janet. Si tú no se lo dices no lo sabrá.

— P-pero...

— ¿Se lo dirás? ¿Me delataras? — la tomé por sus manos mirándola con mis ojos de cervatillo recién nacido.

— ¡No, claro que no! Sabes que jamás podría hacerte algo así. Pero también pienso que ya no deberías de seguir con esta mentira Michael.

— Janet por favor, necesito de tu ayuda. David me dió la espalda y Karen seguramente hará lo mismo.

— No es que ten la espalda Mike, simplemente... es algo que no está bien.

— Por favor, por favor Janet. Sé que... sé que tal vez no sea la forma de que ella venga a verme, pero no quiero perderme ni un minuto mas sin verla en estos días. Me iré pronto y no quiero irme sin haber pasado más tiempo con ella.

— Tranquilo hermano, yo no le diré nada.

— No es solo eso lo que quiero que hagas por mí.

Ella me miró confundida.

—... Necesito que hoy después de que llegué de los ensayos, tú... tú le llames y le digas que sigo en verdad enfermo. Entonces volverá este día.

— ¿¡Qué!? ¡Michael, no! — Janet exclamó reincorporándose del sofá — ¿Estas loco? Seré discreta en cuanto a tu mentira, pero no seré parte de esto.

— Janet, por favor — me puse de pie también y me acerqué a ella — piensa que solo es para que ella y yo pasemos mas tiempo juntos.

— ¡Michael, no! No puedo mentirle así a Emily.

— Por favor hermana, hazlo por mí. Ella no sabrá nunca que le has mentido.

— Michael...

— Janet, te juro que esto no durará mucho. Solo... solo hasta que ella...

Pero la chica de servicio nos interrumpió. Había sonado el teléfono y venía a informarme de la persona que estaba esperando.

— Señor Jackson.

— ¿Si? Dime.

— La señorita Harris está al teléfono.

¡Emily!

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora