Un alma distinta

Acuerdo casi por hecho

Seguía sin poder responder a la afirmación de Marck, y no era porque no quería hacerlo, simplemente no sabía que decir. Pero su rostro sin expresión y sus manos en los bolsillos me hicieron sentirme acorralada ante lo que dijo.

— ¿Q-qué dices? — logré preguntar con titubeos.

— Que es Michael Jackson una de las razones por las cuales quieres dejar de estudiar un año. ¿Verdad? — él avanzaba hacia mí a pasos cortos.

— ¿Qué? — fruncí el ceño como si lo que dijera en verdad me ofendiera — No, por supuesto que no. Ya te he dicho mis razones y son reales, no me hagas repetirlas.

— L-lo sé y entiendo, es solo que... — se detuvo frente al sofá y después tomó asiento a mi lado — te he escuchado hablar por teléfono, sé que hablabas con él... porque... ese tono ruborizado en tus mejillas que tenías mientras hablabas, no podía ser más que por él.

Y sentí de nuevo ese ardor en mis mejillas, pero esta vez con algo de vergüenza, porque nunca me hubiera imaginado que lo que sentía al hablar con Michael pudiera ser evidente en mi rostro, y más aún que Marck se haya percatado de eso.

— Y-yo... no sé porqué dices eso, e-estas equivocado — traté de sonar lo más sincera, pero no sabía mentir muy bien — efectivamente, hablé con él pero... solo para hacerle saber mi decisión.

— Y también lo has citado mañana aquí en tu casa — sonrió con su boca cerrada.

— S-sí, también... pero necesito proporcionarle algunos documentos para el registro de mi bebé, solo por eso.

— ¿De verdad él no es una de las razones por las cuales no quieres regresar a Boston?

— N-no, de verdad no es así... Claro que... — me sentía tan estúpida frente a Marck, no dejaba de tartamudear y de sentirme tan mal de no poder hablarle con la verdad — ahora que Michael tendrá más derechos sobre nuestro hijo tendré que estar aquí para que él pueda estar cerca. P-pero solo por eso.

— Claro — se bufó por lo bajo — ahora todo esto cambiará las cosas — bajó su mirada y me sentí tan mal, él no era para nada tonto e intuía la verdad — entonces... ¿me dirás qué ya no lo amas? ¿Y que no te sientes feliz de saber que ahora estará más cerca del pequeño y... de ti?

¿Ahora por qué diablos me hacía esas preguntas?

— ¿Qué? ¿Por qué... por qué me preguntas eso?

— Porque lo sé, lo veo en tus ojos... veo ese brillo que antes no estaba. Aún recuerdo como tu mirada se encontraba llena de rencor y de confianza en ti para no hacerle saber jamás que tiene un hijo. Ahora... ahora veo esa chispa viva por agilizar todo y que él se convierta en su padre legalmente — me sentí señalada y apenada.

— Es que es su padre. Y se que tienes razón, yo no quería que esto pasara, te juro que mi intención siempre fue que él jamás se enterara que tiene un hijo. Pero las cosas no pudieron ser así, ya no me queda más que aceptarlo.

— Emily... tú sabes de mis sentimientos por ti y quiero que sepas que haría cualquier cosa por ti... Haría cualquier cosa para que te dieras cuenta... lo mucho que te amo — y ese martilleo en mi corazón volvió a hacerse presente debido a esas palabras.

— M-Marck...

— Y quiero... deseo hacer que puedas olvidarlo — musitó tan cerca de mí que podía sentir su aliento golpeando mi rostro — solo... dame esa oportunidad.

Nuestros rostros estaban a nada de tocarse, nuestros labios estaban listos para volverse a humedecer con un beso... Pero algo pasó, él mismo decidió detenerse y no seguir acortando la distancia. Simplemente se alejó lentamente con una sonrisa de boca cerrada en sus labios y se levantó del asiento para después retirarse, dejándome confundida y haciéndome un sin fin de preguntas.