De nuevo a clases

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La madre de Emily no podía creer lo que su hija le decía.

— ¿Qué? — frunció el ceño la madre — ¿Estas segura?

— Claro mamá... Yo... yo me acerque a el para agradecerle por el corazón de su esposa.

— ¿Enserio? Que bueno amor, se te cumplió conocerlo y darle las gracias — sonrió su mamá — Pero ¿por qué estas tan triste? Deberías estar feliz por eso — acarició su cabello.

— No mamá, ese señor me odia.

— ¿Qué? Amor eso es ridículo, nadie puede odiarte. Tienes un corazón puro y noble.

— Ese es el problema mamá, me odia porque tengo un corazón que no es mio, el corazón de su esposa — susurró — Al agradecerle él... él me dijo que el nunca estuvo de acuerdo con que se me donara un órgano de su esposa y que yo no tenia nada que agradecerle él.

— Ay mi amor — abrazó a su hija —lamento tanto que eso pasara y no haber estado ahi para consolarte. No dejen que te afecten sus palabras, mi amor, debemos entender que el acaba de perder a su esposa; esta pasando por un mal momento y desgraciadamente se desquito contigo amor.

— Si mamá, creo que tienes razón.

— Ahora duerme. Has tenido muchas emociones en estos días y necesitas descansar — se puso de pie y ayudó a Emily a cubrirse con las sabanas, después dio un beso en su frente — descansa mi amor, mañana sera otro día.

— También descansa mamá — le sonrió.

— Bueno, llámame por si necesitas algo — dijo ya desde la puerta mientras apagaba el foco — te amo amor, buenas noches.

— También te amo mamà.

La madre de Emily cerró la puerta.

Por mas que no quería pensar en ese día que Michael le dijo todas esas hirientes palabras, no podía evitarlo; no entendía porque él había sido tan cruel.

De tanto pensar el sueño por fin la venció.

****

Por su parte, Michael ya descansaba en su habitación. Sus pensamientos como siempre eran para Vivian, miraba su lado vació de la cama y no podía evitar deprimirse. Pero de repente vino a su mente aquella chica a la que le fue donado el corazón de su esposa; se sintió un poco mal al recordarla, pues muy en el fondo de su corazón sabia que había sido grosero con ella, pero es que al verla solo le recordaba el fatídico momento y lo que Vivian hizo a sus espaldas de tomar esa decisión tan importante de donar sus órganos sin nunca platicarlo con él.

Al igual que Emily el sueño lo venció y se quedo dormido.

****

Una semana mas paso, ya por poco se cumpliría un mes de la muerte de Vivian y de la operación de Emily.

Ya era tiempo de que Emily regresara a clases. Era lunes por la mañana, su padre les gritaba a ella y a la pequeña Maddie desde el pie de las escaleras, apurandolas para que no llegaran tarde a clases.

— ¡Niñas de prisa! — gritó el señor Harris dando vistazo a su reloj — vamonos ya, llegaran tarde a clases.

Emily y Maddie por fin bajaban las escaleras a paso veloz.

— Ya era hora — se burlo su padre.

— Lo siento papá, estábamos lavando nuestros dientes — se disculpó Emily.

— Si papi, lo siento.

— Bueno, bueno. Ya despídanse de mamá.

— Mi amor ¿Estas segura de que ya puedes ir al colegio? — preguntó la señora a Emily.

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora