Reencuentro

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No tenía porque sorprenderme el que Brandon haya acompañado a Amber hasta su recámara, era de imaginar que sus padres no estarían y era obvio que necesito ayuda para subir y más en el estado en el que se encontraba.

— Si — respondió — mis padres no estaban...o bueno, eso recuerdo, estaba tan ebria que apenas recuerdo lo que sucedió anoche después de la fiesta. Pero es más que obvio que mis padres no estaban en casa, como siempre — sacudió sus hombros.

— Amm...me alegra que él te haya ayudado, ibas tan mal que no puedo imaginar que hubiera pasado si hubieses subido tu sola las escaleras.

— ¿Y no había alguien más en tu casa que te pudo ayudar? — preguntó Tory recargando su codo en el mesa banco.

—... Por lo que me contaron las muchachas, todo el personal ya dormía y pues la chica que recibió a Brandon le pidió de favor que me ayudara a subir.

— Oh...

Notaba a Tory extraña, tal vez seguía molesta con Amber por la discusión que tuvieron en la fiesta.

Después de eso el señor Haymer llegó y comenzó con su clase.
Como ya dije en otras ocasiones no tenía problemas con álgebra, ojalá que Amber saque a relucir todo lo que hemos estudiado hasta hoy, pronto habría exámenes y esperaba que le fuera excelente.

*****

Recién acabe de desayunar, ahora me encontraba en mi habitación hechando un vistazo a mi armario. También esperaba que apareciera Karen, hacía diez minutos que le había mandado a hablar y aun no hacía acto de aparición. Comenzaba a desesperarme, sabía perfectamente lo irritable que me ponía si no hacían lo que yo decía.
En ese momento escuché el sonido de alguien llamando a mi puerta.

— ¡Pasa!

Karen entro sin la más mínima prisa.

— Mike ¿me necesitas? — preguntó en tono tranquilo acercándose a mí.

— ¡Si Karen, si te necesito! — gruñí con un toque de ironía — Y hace ya diez minutos que te mande llamar, sabes lo que haré hoy y que tú serás la que irá con ella para que pueda acercarse a mi y todavía te tomas tu tiempo cuando te llamo sin tener la idea que si te necesito para algo urgente... — pero ella me interrumpió inmediatamente.

— ¡Michael ya por favor! Disculpame, pero no es mi culpa que tu casa tenga cientos de hectáreas y cientos de habitaciones las cuales tuve que recorrer para llegar aquí. Apenas son las 9:40, tenemos suficiente tiempo para llegar, es obvio que aún no sale de la escuela. Y por último ¿por qué estas tan irritable? Michael, tranquilo ¿si?

—... Estoy tranquilo Karen — resople — solo que...Dios ¿te das cuenta lo que voy a hacer? Pedirle perdón a la chica a la que le fue donado el corazón de mi esposa, a la misma a la que llegue a detestar por eso mismo. — y le solté lo que estaba sintiendo, lo que pasaba por mi mente. No entendía porque me sentía así.

Tomé asiento al borde de mi cama mientras cubría mi rostro con mis manos.

— Mike — sentí como tomaba asiento a mi lado y ponía su mano en mi hombro — entiendo como te sientes, sientes que te estas traicionando a ti mismo, pero ten en mente que harás lo correcto. ¿No es a eso a lo que realmente regresaste a California?

— Si — respondí retirando mis manos de mi rostro — pero...no siento que me estoy traicionando a mi mismo, Karen, no es eso.

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora