Un día con problemas

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Parecía que me habían dejado caer un balde de agua helada. Estaba tratando de procesar y entender las palabras de Alice. "Despedida" simplemente no podía creerlo.

— A-Alice ¿me estás hablando enserio — mi mirada mortificada pedía a gritos que todo fuese un error.

— Emily, lo siento — lamentó — pero la decisión no ha sido mía, sino del gerente. Él cree que fuiste muy irresponsable al faltar tres días.

— ¿Tres días? Pero si el primer día justifique el motivo, pedí un permiso porque mi novio estaba enfermo.

— Si, yo sé. Pero él ahora piensa que solo fue un pretexto.

— No puedo creerlo — murmuré negando con mi cabeza.

Me sentía en verdad mal.

— Y antes de que te vayas, él quiere hablar contigo.

— ¿El señor Spencer?

— Así es, esta en su oficina. Me dijo que en cuanto llegaras te informará que él te estaría esperando.

— Bien, veré si puedo hacer algo para remediar las cosas.

— Quisiera desearte suerte, pero es un hombre muy especial y odia la impuntualidad.

— No te preocupes Alice. Iré de una vez para saber lo que quiere hablar conmigo — no era difícil adivinar lo que quería.

Me dirigí a la parte del fondo de la cafetería, donde se encontraba la oficina del señor Spencer, gerente del café.
Al llegar a la puerta del señor Spencer, toqué un par de veces y su voz indicó que entrara.

— S-señor Spencer. Alice me dijo que...

— Pase señorita Harris — dijo en un tono pedante y frío.

Yo entre a la oficina y cerré la puerta.

— ¿Sabe por qué la mandé a llamar?

— S-si, lo sé.

— Oh, por supuesto que lo sabe — rió con sarcasmo.

— Señor Spencer, yo solo quiero disculparme con usted. Sé que hoy llegué tarde y que ayer falte, pero le juro...

— A mi no me interesa el por qué de tu ausencia hoy o ayer, el problema es que fuiste irresponsable y eso yo no lo voy a permitir con ningún empleado.
Asi que ahora mismo te vas, te daré el dinero que te corresponde y después te irás.

— Señor Spencer por favor, le pido que me de otra oportunidad — sentía ganas de llorar — le juro que esto no se volverá a repetir.

— A mi me gustan los empleados eficientes y comprometidos. No voy a tolerar ningún tipo de faltas.

— Es que mi novio estaba enfermo y no podía dejarlo solo...

— Disculpa Emily, pero no te creo. Mas bien lo que puedo ver, es una niña rica acostumbrada a que la gente haga lo que ella dice. No tienes el más mínimo conocimiento de lo que es el trabajo duro.

Sentí horrible que me dijera eso. Justamente aquí demostré que no era una niña de papi, pude hacer cosas por mi misma. Y ahora todo se estaba terminando.

Él tomó un cheque, lo firmó y me lo extendió.

— Ten, aquí está tu pago y ahora por favor sal y cierra la puerta.

—... Gracias señor Spencer — murmuré tomando mi cheque — y... por favor discúlpeme, nunca fue mi intención faltarle el respeto al trabajo.

— Termina de irte por favor — dijo sin mirar, solo se concentraba en algunos papeles que estaban frente a él — tengo asuntos importantes que resolver.

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora