La venganza ha comenzado

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¿Trabajar en Neverland? No entendía, ¿qué podría hacer yo en Neverland?

- ¿En Neverland? N-no entiendo. ¿Trabajaría para ti? O...

- No precisamente amor. Jamás te pediría que fueras una empleada para mí. Pero se me acaba de ocurrir algo que se que te va a interesar.

- ¿Qué es?

- Emily... tú disfrutas el estar con niños al igual que yo ¿no es así?

- Si, claro. Es por eso que deseo enseñar a los pequeños.

- Pues, ¿no crees que deberías trabajar en un lugar donde haya niños? Donde puedas estar más cerca de ellos y quizá así aprendas mucho más de ellos, te servirá para tu carrera.

- S-si, supongo que tienes razón. Pero aún no me has dicho lo que esperas que haga en Neverland.

- Muy sencillo. Sabes que en Neverland recibimos niños algunas veces por semana. Niños enfermos, con problemas económicos. Toda clase de niños y de diferentes edades. Yo muchas veces estoy con ellos y los atiendo como se merecen, pero ahora que he estado ocupado en mi trabajo no he podido recibirlos. Y ahora que me iré de gira serán más días en los que no podré estar con ellos... Tú podrías estar con ellos, podrías hacer lo que hacías antes en tus prácticas.

- P-pero...

- Yo te pagaría, y solo serían tres días a la semana. Y por supuesto que del transporte me encargaría yo, así que no había que preocuparse por eso.

- Michael no, eso sería como si me dieras el dinero y yo no puedo aceptarlo.

- Por su puesto que no Emily. Ese dinero lo ganarás por estar con los niños, no te lo daré. O ¿acaso crees que el estar y convivir con esos niños no es un trabajo digno que merece ser pagado?

- ¡Claro que es un trabajo digno! No quise decir eso. Pero aún no se me olvida que tú me brindaste alguna vez tu dinero y sabes que me opuse.

- Yo lo sé, pero esta vez no es así. ¿Y sabes que es lo mejor? - me tomó del mentón.

- ¿Qué?

-... Que estaremos más tiempo juntos y aprovecharemos estos últimos días que me quedan antes de que me vaya de gira.

Eso si que era una gran oferta. Nada me gustaría mas que estar cerca de él. Además, estar con niños era algo que me llenaba y esto parecía una buena idea.

- Y por tus padres no te preocupes, yo hablaré con ellos y estoy seguro de que aceptarán.

Michael nunca se acobardaba, siempre estaba dispuesto a enfrentar a mis padres sin importar nada. Es una de las cosas que más amaba de él.

- Entonces, ¿qué dices?

-... ¡Si! Si quiero ir a Neverland con esos pequeños... y por supuesto - rodee mis brazos alrededor de su cuello -... contigo.

Y deposité un beso en sus labios.

- ¡Genial! - celebró con su bella sonrisa - ¿Cuándo te gustaría empezar?

- Pues, yo creo que lo mejor sería primero consultarlo con mis padres y después ponernos de acuerdo con el primer día que vaya a ir.

- Muy bien, entonces este fin de semana vendré a hablar con tus padres. ¿Te parece?

- Si mi amor.

- Los fines de semana tengo más tiempo libre así que podré venir a la hora que ellos estén aquí.

- De acuerdo amor. Esta oferta me ha hecho sentir mejor. Extrañaré la cafetería, pero quiero creer que esto será mucho mejor.

- Verás que si querida. Estarás rodeada de niños y eso es mejor para tu carrera.

Un alma distintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora