Un alma distinta

Decisiones

Después de un rato, Tory y Dany por fin se fueron. Ella tenía que irse a la universidad, cosa que en un momento envidie, en verdad echaba de menos ir a Berkeley, era donde cumpliría mi sueño de ser educadora. Ahora todo eso solo serían recuerdos que jamás pudieron ser.

Mientras colocaba a mi bebé en su cuna después de dormirlo, pensaba en lo que Michael y yo hablamos, podía entender las ganas que tenía de que su hijo llevara su apellido, pero yo estaba que moría de preocupación de solo pensar que alguien pudiera enterarse y vender esa información a la prensa, sería un plato lleno y que quitaría el hambre a muchos. Lo que menos quería era que se supiera de la existencia de mi hijo, mucho menos que supieran que era hijo de Michael Jackson. Aunque él insistía en que eso no pasaría, que haría cualquier cosa por mantener el bienestar de mi hijo, y la verdad... era que confiaba en él y en su palabra, estaba segura de que de verdad él haría todo por mantener salvo a nuestro hijo. Pero Dios mío, que difícil decisión, yo no quería nada de Michael, jamás quise que supiera que tiene un hijo conmigo, no quería volver a verlo en mi vida y ahora me tenía aquí pensando en lo que debía hacer.

Dejé a mi pequeño en su cuna, dormía tan plácidamente y solo podía pensar en que era fruto del amor entre Michael y yo... Aún lo amaba y en las facciones de este bello niño se encontraban las de él, imposible que pudiera olvidarlo.
La puerta de mi recámara se abrió sigilosamente, y después entró mi madre , con ese rostro agotado y con una media sonrisa. Rápidamente me acerqué a ella.

— Mamá — le di la bienvenida con un beso y un abrazo — ¿Qué te han dicho? ¿Cómo está papá?

— Hola, linda — trataba de sonreír, pero sabía que le costaba —... no me han dicho mucho, lo mismo, que él sigue conectado a esos aparatos y con ese tubo en su garganta... Pero tengo la esperanza de que ese nuevo tratamiento funcione.

— Verás que sí, mamá — tomé sus manos — confiaremos en que pueda salir adelante, lo importante es que lo sigan atendiendo.

— Sí... — ella avanzaba hacia la cuna de mi bebé — se que él está luchando con todas sus fuerzas para estar aquí con nosotros — acariciaba con ternura la mejilla de Michael — y ahora con este pedacito de cielo, sé que luchará aún más.

— Yo tengo fe de que él saldrá adelante mamá, de que todo esto será como una pesadilla... Y he estado pensando — anudé mis dedos y bajé la mirada, tenía algo que decirle a mamá.

— ¿Qué es lo que has estado pensando?

—... Tomaré un año sabático.

— ¿Qué? — frunció su ceño y me prestó atención — Hija, ¿por qué? Si apenas has comenzado tus estudios hace pocos meses.

— Mamá no voy a dejarte sola en todo este proceso, yo quiero y necesito estar cerca de papá hasta que él salga recuperado de ese hospital. No puedo regresar a Boston ahora. Y no es solo eso... — me alejé y comencé a dar vueltas por mi habitación — yo... no quiero estar lejos de mi hijo, por lo menos no quiero dejarlo hasta que cumpla un año. No quiero perderme estos primeros meses de su vida — volví mi mirada a la suya.

— Entiendo, hija. No obstante, sé lo lista que eres. Eres una gran estudiante y entiendo que... este pequeño ha venido a dar un gran cambio en tu vida, ahora te topas con la realidad de ser madre y estudiar al mismo tiempo. Pero te comprendo — me obsequió una sonrisa reconfortante — Michael es tan pequeño aún que es comprensible que tengas que estar a su lado.

— Sí, no quiero dejarlo por nada en el mundo.

— Supongo que hablaras con el profesor sobre tu decisión.

¡Rayos! No lo había pensado. Marck había venido hasta California para estar a mi lado y acompañarme en este proceso de la enfermedad de papá, pero ahora... ahora no planeaba regresar y él tenía su trabajo en Harvard. Me sentí tan mal, ¿cómo tomaría que ahora debía regresar sin mí? Tendría que hablar con él hoy mismo.