Capítulo 11 - La mañana siguiente

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A la mañana siguiente Natasha fue la primera en despertar. Al ser más una morning person solía tener bien marcada  su rutina, por lo que una noche desenfrenada no la iba a detener de despertarse temprano para seguir la rutina. Una vez que llegó de su sesión de cardio matutina y que tomara su respectivo baño, pensó que ya era hora de ir despertando a su novia. Ya casi era la hora del entrenamiento y alguien podía ir a buscarla a su habitación, en especial Yelena que solía ir a su habitación o a la de Wanda para buscarlas e ir desayunar juntas antes del entrenamiento. Así que tenían que darse prisa sino querían ser encontradas ahí en su habitación, con toda la evidencia de lo que paso la noche anterior.

Natasha se acerca a la cama para ver detenidamente a su novia, la cual lucía completamente relajada y feliz durmiendo. Detestaba despertarla cuando se veía tan en paz, pero tenía que hacerlo. "Que hermosa se ve... mi novia es perfecta", pensó para si misma mientras sonreía completamente enamorada.

—Brujita...—le dulcemente mientras la mueve un poco. Wanda lentamente y con mucha pesadez abre sus ojos. —Debes levantarte, amor.

—No—contesta Wanda con su voz completamente adormilada. También se cubre por completo la cabeza para intentar volverse a dormir.

—Vamos, Brujita... ya es tarde y alguien puede venir—Natasha insiste. Al instante se arrepiente al ver a Wanda enderezarse de golpe con su rostro visiblemente molesto.

—Estoy cansada y quiero dormir, Natalia. 

—Puedes volverte a dormir en tu habitación, amor—dijo Natasha sonriéndole, sonrisa que se disuelve al darse cuenta de la expresión de su novia

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—Puedes volverte a dormir en tu habitación, amor—dijo Natasha sonriéndole, sonrisa que se disuelve al darse cuenta de la expresión de su novia. "Tal vez debí de haber usado otras palabras..."

—¿Acaso me estás corriendo de tu habitación, eh? —inquiere en un tono para nada agradable—¿Me estás corriendo de TU cama? ¿eso quieres, Romanoff?

—¿Acaso me estás corriendo de tu habitación, eh? —inquiere en un tono para nada agradable—¿Me estás corriendo de TU cama? ¿eso quieres, Romanoff?

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—No... claro que no—Natasha dice mientras retrocede unos cuantos pasos hacía atrás—. Sabes que no me refería a eso, Brujita.

—Entonces explícate. 

—Ya es algo tarde, amor—Wanda alza su ceja como dándole a entender que espera una explicación mucho mejor que esa—. Ya es la hora de desayunar, Yelena puede entrar para buscarme y no debe descubrirnos así... 

—Ok, te perdono—Natasha le sonríe a su novia, aunque está todavía está al cascarrabias por ser despertada tan temprano—. Pero ahora que lo mencionas, aún debemos de hablar de eso. No debemos dejar pasar más tiempo, Nataska—la última palabra la dijo en su perfecto acento sokoviano que volvía loca a Natasha.

—Lo sé... pronto lo haremos, Brujita—le sonríe y ahora sí Wanda le sonríe de vuelta—. Pero por el momento no. 

—Claro que no en este momento no, primero debo volver a dormir. Ya después podemos hacer lo que quieras—Natasha alza una ceja al escuchar las últimas palabras de su novia—. No empieces, Nataska... todavía no me termino de recuperar de hace un par de horas y tu ya me quieres volver a profanar—le advierte Wanda, provocando que Natasha suelte una carcajada.

—Está bien, amor—la tranquiliza—. Mejor dime, ¿qué te parece dormir luego de acompañarnos al entrenamiento? —le propone sonriendo.

—¿Y que gano a cambio? —inquiere Wanda con una sonrisa traviesa.

—Lo que desees...—contesta Natasha en un tono coqueto mientras se vuelve a acercar a su novia.

—Creo que ya sabes lo que quiero—le dice Wanda al oído con su mejor acento sexy sokoviano. Natasha se eriza al instante. Wanda sonríe con suficiencia al sentir la reacción de su novia—. ¿Sabes qué? Como que de pronto me dio mucha energía, tal vez deberíamos ir a mi habitación... ¿no crees, Nataska?

 —Tus deseos son mis ordenes, Brujita—Natasha le dice sexymente al oído, para después morderlo y comenzar un camino de besos hacía el cuello de su novia. Wanda no puede evitar soltar unos cuantos gemidos cuando los besos se intensifican y descienden más. 

—Nat... debemos irnos ya... —Wanda dice entre gemidos. 

Unos segundos después Natasha detiene sus acciones y se levanta de la cama. Camina hacía su closet y saca una de sus playeras grandes para dormir y su bata de pijama. 

—Ten, ponte nada más esto para ir a tu habitación. Así será más rápido quitarte la ropa...—le tiende a Wanda las prendas, quien muy sonriente se levanta de la cama y rápidamente se viste.

—Listo, amor—le dice sonriendo, Natasha le sonríe de vuelva.

—Déjame ver si hay alguien en el pasillo, no me tardo—le dijo antes de salir de su habitación. 

La habitación de Wanda estaba en un piso antes que el de Natasha, por lo cual tendrían que usar el ascensor o las escaleras para llegar allí. Natasha solo tenía que asegurarse que no hubiera nadie en su piso ya que si alguien viera a Wanda caminando por esos pasillos en una bata de pijama sería raro... así que tenían que ser lo más discretas posible.

Un minuto después Natasha regresa a su habitación.

—Todo despejado, solo no te tardes en llegar al ascensor—le dijo en cuanto abrió la puerta—. Ve adelantándote, te alcanzó en menos de cinco minutos.

—Está bien, pero déjame llevar algo para el camino—le dice Wanda antes de besarla apasionadamente por menos de un minuto, lo que solo hizo que Natasha se quedará con ganas de más, de mucho más—. No tardes, te veo en menos de cinco—sentenció coquetamente antes de asomarse por el pasillo para después prácticamente correr al ascensor.

Natasha suspiro un tanto frustrada, ese beso solo la encendió mucho más de lo que ya estaba. Por lo que paso los siguientes cinco minutos viendo con ansias el reloj para ver si ya era hora de ir a la habitación de su amada. 

Cuando por fin paso el tiempo que debía pasar, no pudo evitar dejar escapar un grito de felicidad. Salió de su habitación tratando de lucir de lo más normal, cuando en su interior lo único que quería hacer era regresar a los brazos de su novia para hacerla gemir su nombre por un buen rato. 





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