Kate Bishop desde el primer momento que ve a Yelena Belova siente una fuerte atracción hacía ella que solo va aumentando con el tiempo.
Está historia es el camino de cómo se va construyendo la relación de Kate y Yelena de poco a poco, una linda his...
Pietro decidió ir a jugar con unos de los androides de entrenamiento, podía aprovechar ahora que Natasha estaba viendo embobada a su hermana para que no lo regañara. Siempre había querido jugar con ellos pero su cuñada jamás lo dejo porque temía que los fuera a romper.
"Ahora es cuando", se dijo Pietro a si mismo.
—Sí viniste—le dijo Yelena emocionada a Wanda.
—Por supuesto que iba a venir—contesto Wanda. Yelena sonrío—. No me perdería por nada tu primer día, cariño—Yelena sonrío ampliamente.
Natasha veía con adoración la escena, amaba ver como se llevaban sus dos personas favoritas. Por otro lado Kate veía la interacción con tristeza, "solo he visto que Wanda provoque esa sonrisa en Yelena..."
Peter se dio cuenta de la reacción de su amiga y rápidamente trato de levantarle el animo. Sabía que Kate fácilmente sentía celos y se desanimaba, tenía que actuar rápido para que no pensará en tirar la toalla antes de realmente intentar acercarse a Yelena.
—Eso no dice nada... no empieces a imaginar cosas que no son—le susurro discretamente a Kate, quien solo suspiro con pesadez.
"Peter tiene razón, no debo hacer volar mi imaginación", pensó Kate para si misma.
En ese momento se escucho un ruido que atrajo la atención de todas.
—Creo que rompí un robot—dijo Pietro apareciendo con el brazo de un androide.
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Natasha lo veía molesta, por algo no lo había dejado jugar con los androides. Antes de que dijera algo y que comenzará a pelear con Pietro; Wanda decidió desviar su atención de eso y volver a su conversación con Yelena.
—Además, jamás te decepcionaría, cariño—musitó Wanda.
—¡Eso fue lo que Nat dijo! —exclamo Yelena sonriendo.
Kate gira sus ojos exasperada. "Jimis ti dicipcioniría ciriño", pensó. Peter quería reír, la cara de celosa de su amiga le parecía un tanto divertida, definitivamente hubiera reído si supiera que acaba de pensar.
—Bueno, tu hermana me conoce muy bien—respondió Wanda.
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