Kate Bishop desde el primer momento que ve a Yelena Belova siente una fuerte atracción hacía ella que solo va aumentando con el tiempo.
Está historia es el camino de cómo se va construyendo la relación de Kate y Yelena de poco a poco, una linda his...
Un poco más tarde en los pasillos del complejo, Peter y Kate caminaban emocionados rumbo a su entrenamiento con las hermanas rusas. Ambos iban hablando sobre el plan del que habían hablado el día anterior. Peter (como el buen amigo que es), iba motivando a Kate para que pusiera en marcha su brillante plan.
—¿Cuál es el plan? —preguntó Peter.
—¡Seducir a Yelena y no morir en el intento! —contesto Kate muy alegre.
—¡Así se habla! —exclamó emocionado Peter. Él ya se imaginaba en la boda de sus amigas siendo el padrino de anillos.
Cuando menos lo esperaban, ambos ya habían llegado a la entrada de la sala de entrenamiento.
—Bueno, es la hora... —Kate suspiro fuertemente.
—Tu puedes, Katie—animó Peter sonriendo. Kate le regresó la sonrisa y tras armarse más de valor, finalmente abrió la puerta.
Yelena se encontraba sola en la sala de entrenamiento en una improvisada rutina de boxeo desde las cinco de la mañana. Nuevamente había tenido pesadillas relacionadas con la Red Room, por lo que ya no pudo seguir durmiendo, así que decidió mejor levantarse mucho antes de lo planeado e ir directo a la sala de entrenamiento de su hermana.
La imagen de Yelena boxeando es algo que Kate solo podía describir como "irresistiblemente sexy". La rubia se encontraba sudada, con la ropa un tanto pegada a su cuerpo por la misma razón, sus brazos se veían más fuertes y marcados de lo normal (seguramente por llevar horas boxeando) y su rostro se veían tan concentrado mientras golpeaba repetidamente el costal.
—Wow...—musitó Kate viendo totalmente embelesada a Yelena.
Por otro lado, Peter se encontraba preocupado por la integridad de su amiga. El pobre chico temía que la Agente Romanoff encontrará a Kate viendo totalmente embobada a su hermana, algo que evidentemente no terminaría nada bien para la joven arquera.
—Al menos finge que no estas babeando—le susurra Peter un tanto desesperado—¡La Agente Romanoff te puede ver!
Yelena seguía muy concentrada en lo suyo sin inmutarse de la presencia de sus compañeros, por lo que Kate tampoco dejaba de verla maravillada, ignorando así el consejo de su amigo.
—Es asombrosa...—dijo Kate tras ver como Yelena pateo con tanta fuerza el costal de box haciéndolo volar lejos de donde estaba colgado. Al parecer en algún momento la rubia paso del boxeo normal al Kickboxing.
Pero la actitud de Kate solo lograba preocupar más a Peter, sentía que en cualquier momento la pelinegra sería tacleada por Natasha.
Cuando Yelena venía de recoger el costal de box, fue cuando se percató de que ya no era la única en la sala de entrenamiento.
—Hey... al fin llega alguien—les dijo Yelena alegremente. Al parecer sus malas emociones las había terminado de sacar con esa última patada al costal, aunque también le hacía bien ver a sus compañeros, en especial a cierta arquera... pero la rubia no sabía por qué, al menos no aún...
—Sí... esperamos no haber interrumpido la rutina—dijo Peter encogiéndose tímidamente de hombros.
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