La reacción de la pareja ante la declaración de Yelena fue diferente. Wanda se quedo pasmada, esperando lo peor, algo le decía que tal vez, solo tal vez Yelena ya sabía de su relación con su hermana. Natasha, por otro lado; se encontraba tan enojada que esa idea ni siquiera le cruzo por la mente.
—¿A que te refieres? —se atrevió a inquirir Wanda, con voz temblante. Yelena la había fijamente con su expresión aún dura y resentimiento, pero sin contestar.
—Si es porque anoche no pudimos ver películas, déjame decirte que...— pero Natasha no pudo terminar su oración ya que fue interrumpida por su hermana.
—No, no es por eso.
Natasha la seguía viendo con su mirada de molestia, pero ahora también se encontraba confundida. Wanda cada vez estaba más segura del por qué el comportamiento de Yelena, temía estar en lo correcto y se resistía a leerle la mente. No haría eso en la situación que se encontraban.
—¿Entonces? —volvió a intentar Wanda—¿Q-qué fue lo que hicimos?
Yelena no contesta, en su lugar decide lanzarla a Wanda su chaqueta roja. Natasha abrió los ojos sorprendida, por su mente solo pasaba el pensamiento "Ya lo sabe". Wanda cerró los ojos y suspiro pesadamente, eso era justamente lo que temía.
—¿D-donde la encontraste? —musitó Wanda, sabía la respuesta, pero necesitaba una confirmación extra.
—En el piso de la habitación de Natasha.
La pareja compartió miradas, se sentían terriblemente mal por la forma en la que Yelena había descubierto sobre su relación.
—¿No dirán nada? —pregunto Yelena con voz dura. Tanto Wanda como Natasha se quedaron en silencio, no sabían que decir, aún seguían procesando todo. Yelena soltó una risa sin gracia—. No sé como no lo vi antes, era bastante obvio.
—En nuestra defensa, eres muy lenta notando ese tipo de cosas—mencionó Natasha, ganándose una dura mirada por parte de su novia y hermana.
—No estás ayudando, Natalia—la regaño Wanda. Yelena exhalo cansada, no quería seguir lidiando con la pareja, al menos no por ese día.
—Como sea, me largo—dijo Yelena ganándose nuevamente la atención de la pareja—. No quiero saber nada de las dos—dio la vuelta para salir de la sala de entrenamiento, pero se detuvo al escuchar a su mejor amiga.
—Cariño, quédate, por favor... tenemos que hablar—musitó Wanda, con suplica en su voz.
—Sestra... te juro que íbamos a decirte—añadió Natasha.
—¿Cuando? ¿el día de la boda? —contesto Yelena con sarcasmo.
—Íbamos hacerlo en estos días... justamente hace rato hablamos de eso...—murmuró Wanda. Yelena sonrió irónica.
—Que conveniente.
—Sestra, es verdad... es solo que no encontrábamos el momento adecuado para contarte, pero claro que sí lo íbamos a hacer. Nos importas mucho a las dos, obvio tenías que saberlo—musitó Natasha completamente sincera. Yelena se quedo en silenció unos segundos mientras procesaba las palabras de su hermana.
—¿Desde hace cuanto andan? —inquirió Yelena después de la pausa. La pareja se miró temerosas, sabían que tenían que contestar con la verdad, pero temían que eso solo hiciera enojar todavía más a Yelena.
—Un par de meses...—murmuró Wanda por lo bajo.
—¿Un par de meses? ¿algunos dos o tres? —pregunto Yelena.
—Será un año en julio...—añadió Natasha, no queriendo mencionar el número de meses como tal.
—¿Qué? —dijo Yelena en un hilo de voz. Su semblante se entristeció, ahora era más tristeza que enojo lo que sentía.— ¡¿Llevan seis meses y no me lo pudieron decir?! ¡¿Acaso no encontraron el momento indicado en SEIS MALDITOS MESES?!
Wanda agachó la mirada con pena, no sabía que decir que hiciera sentir menos mal a su cuñada. Mientras tanto; Natasha se limpió discretamente una lagrima que resbalo por su rostro, solo había visto a su hermana así una vez y sabía exactamente que los sentimientos que sentía eran: traición, tristeza, decepción y enojo. Casi los mismos que sintió cuando ambas descubrieron que había sido Melina la creadora del control mental.
—Todo este tiempo creí que finalmente vivía una vida libre de engaños, una vida feliz...—musitó Yelena abrumada—. ¡Tu eras mi amiga! —dijo devastada, viendo directamente a Wanda. Esta la volteo a ver con culpa, pesar y tristeza.— Lo más cercano que he tenido a una mejor amiga, a otra hermana... —agrego tras una dolorosa pausa.— Los últimos meses de mi vida, casi los mismos que he vivido libre del control mental... todo este tiempo me han estado mintiendo...—suspiro pesadamente para tratar de controlar las lagrimas que querían salir a mares por sus ojos.— A ninguna le importo decirme la verdad... —agrego con su voz quebrada, siendo forzada a hacer otra pausa y así evitar llorar más de lo que ya lo hacía—. Todo este tiempo creí que eras mi amiga, pero no es verdad. Solo querías quedar bien con la hermanita de tu novia.
—Eso no es verdad, Lena...—murmuró Wanda con la voz también quebrada, sus ojos rojos a causa de las lagrimas que no evitaron salir.— Mi amistad contigo siempre ha sido sincera, ¡lo juro! Jamás te utilice para acercarme a Natasha...
—¿Amistad sincera mientras me ocultabas algo tan importante? —la interrumpió Yelena, su voz sonó con sarcasmo y dolor. —Vaya forma de demostrármelo.
Wanda no dijo nada, no había nada en ese momento que pudiera decir que hiciera sentir mejor a Yelena; así que solo desvió la mirada con culpa. Yelena vio fijamente su acción, no menciono nada más para ella; ahora su atención se encontraba su hermana mayor.
—¿Y tu? —musitó como pudo luego de una pausa no tan larga.— Pensé que las cosas serían diferentes esta vez—Natasha desvió la mirada, no podía soportar la mirada de decepción que Yelena le daba.—Tu mejor que nadie sabe lo que he pasado, que toda mi vida ha sido un engaño...—hizo una breve pausa para retener sus lagrimas—. ¿O es que acaso no soy importante en tu vida como para saber algo tan importante? —musitó herida, con tanta vulnerabilidad, decepción y tristeza. Natasha la volteó a ver con los ojos llorosos, se sentía terrible por haber hecho sentir de esa manera a su hermanita—. Eso explicaría porque Pietro sí sabe y yo no ¿o me equivoco? —agrego abrumada, varias lagrimas ya caían sin control por su rostro.
—No es por eso, sestra, lo juro...—murmuró Natasha como pudo, ella también se encontraba llorando.— Las cosas no son así, todo tiene una explicación...—dijo tratando de acercarse a su hermana para abrazarla, pero esta rápidamente la evadió.
—No me toques—musitó con enojo antes de darse la media vuelta para salir de la sala.
—Lena... regresa, por favor—le hablo Natasha en un hilo de voz. Wanda dejo escapar un fuerte sollozo.
—No. —Yelena contesto severamente sin detener su andar y sin voltear a ver a su hermana.
Al verla salir, tanto Natasha como Wanda dejaron de retener el fuerte llanto que estaban tratando de controlar. Se sentían terriblemente mal por haber hecho sentir a alguien tan cercano como lo es Yelena para ellas, por haber herido a su pequeña hermanita.
—Debo arreglar esto...—musitó Natasha como pudo entre su llanto.
—Debemos, amor, somos un equipo después de todo...—murmuró Wanda mientras abrazaba a su novia para reconfortarla. Ambas encontrarían la forma de arreglar todo, tenían que hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
What A Woman
FanficKate Bishop desde el primer momento que ve a Yelena Belova siente una fuerte atracción hacía ella que solo va aumentando con el tiempo. Está historia es el camino de cómo se va construyendo la relación de Kate y Yelena de poco a poco, una linda his...