Capítulo 62.

4.2K 215 6
                                    

El viernes pasado por la noche...

Me quedé ante el amplio ventanal del restaurante con vistas al mar y contemplé cómo las olas golpeaban las rocas de la bahía una y otra vez. Temía tanto lo que podía ocurrir en esta cena que me sentía tentada de correr a la playa y sumergirme en el mar.

Cuando Daniela me había dejado en casa unas horas antes, me había encontrado otro regalito de Fernanda. Lo había lanzado a la papelera sin abrirlo, pero no había encestado y el contenido de la caja se desparramó por el suelo: eran fotos, y no antiguas. Se trataba de imágenes recientes de Richard y Sofia disfrutando de su increíble vida juntos, recorriendo la orilla del río con sus dos hijos pequeños, besándose mientras paseaban por el parque de la mano, sin hablar. En una estaban sentados en una roca que siempre había sido nuestro lugar favorito del parque. En otra, recorrían una de las calles adoquinadas de Disneyland, con Andrea y Lucia no demasiado lejos de ellos.

«¿Cómo ha conseguido esto?».

Solté las fotos y me estremecí. Me sentía cabreada y herida a la vez. Me dije que no iba a llorar, que no pensaba leer las anotaciones que aquella chiflada había hecho en la parte de atrás de cada foto, pero me desplomé en el suelo y las leí todas.
Me recreé en cada palabra mientras las lágrimas resbalaban por mis mejillas.

«Catorce años a la mierda...».
«¿Crees que Andrea y Lucia respetarán a alguien que tiene solo trece años más que ellas?».
«¿Piensas que ella nunca querrá tener hijos propios? ¿En serio? Richard los ha querido. Y Daniela también lo hará... Quizá sea cuando tenga algunos años más, pero así será. Y lo sabes».
«Sofia y Richard están envejeciendo juntos. Ella tiene canas y él también. ¿Vas a ser capaz de teñirte el pelo todas las semanas? ¿Fingir que tienes menos años no consume demasiado tiempo?».
«Solo trato de ayudarte... Puedo concertarte una cita con alguien más adecuado sin problema...».

Comenzó a vibrar el móvil, y me centré en el presente. Se trataba de un mensaje de Daniela.

«Ya estoy en camino. Me muero de ganas de que termine la cena :)».

Sonreí, pero al instante vi otro mensaje de Fernanda.

«Sé que no tienes ninguna razón para creerme en este momento, pero lamento mucho la forma en la que te he tratado durante las últimas semanas... Daniela y yo vamos camino del restaurante ahora y... no, no me había dado cuenta de cuánto significas para ella. Pensaba que solo eras una cougar detrás de su dinero, lamento haberlo pensado, y haberte insultado así. ¿Podemos ser civilizadas la una con la otra durante la cena de esta noche? Lo siento mucho».

No respondí. Era demasiado tarde para disculpas. Muy tarde. El móvil me vibró de nuevo, y vi otro mensaje de ella.

«Sé que no me debes nada y que tienes todo el derecho del mundo a estar enfadada, pero ¿podemos cenar con tranquilidad? No me volverá a hablar si le dices lo que está pasando o montas una escena... Haré lo que sea necesario para reparar lo que he hecho. Olvida todo lo que he dicho... ¿Podemos empezar de nuevo? Creo que podríamos llegar a ser amigas si lo intentamos».

No había respondido.
Seguí mirando cómo las olas se atropellaban unas a otras, tratando de prepararme para la horrible cena que me esperaba.

Cuando Daniela llegó finalmente con su madre, había tenido tiempo de sobra para pensarlo todo, para decidir que una relación entre nosotros era imposible... Sin embargo, había decidido pasar la cena sin incidentes. Sería amable con Fernanda y me aseguraría de que Daniela no supiera nada por mí, aunque después de esta noche habría terminado con ella.

——

POCHÉ

ACTUALIDAD.
UN MES DESPUÉS...

MI JEFA | PT1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora