Capítulo 69.

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Salí del cuarto de baño con un largo vestido púrpura, uno de los que me había comprado Daniela hacía meses. Había pensado usar todos lo que me había regalado: eran demasiado elegantes para usarlos en otras ocasiones.

—¡Guau! —Derek se levantó cuando entré en la salita de la suite—. Ahora no estoy tan seguro de querer ir a ese baile.

—¿Por qué?

—Porque alguien podría intentar llevarte lejos de mí... Estás demasiado guapa para ser de verdad. —Me miró de arriba abajo—. Creo que lo mejor de la semana será verte con un vestido diferente cada noche. —Me besó en los labios antes de guiarme al pasillo, que recorrimos hasta el ascensor.

Íbamos al Salón Cielo, en el piso setenta y cinco, para asistir al baile de bienvenida a las jornadas. Me habían dicho que todos los invitados importantes estarían presentes, ya que era una oportunidad para que los directores generales se codearan con los de la competencia.
Si por mí hubiera sido, habría vuelto a la suite para rebañar los helados de chocolate y menta que había pedido, pues no sentía la necesidad de tratar con la élite. Sin embargo, lo había convencido para que asistiéramos, y no quería tentar a la suerte.

Cuando abrió la puerta del salón de baile, me obligué a contener un jadeo.
La estancia era impresionante; parecía lo suficientemente grande como para albergar un campo de futbol al completo. El techo y las paredes estaban hechas de cristal negro, y conté al menos veinte candelabros de plata colgando por encima de nuestras cabezas. Incluso había un escenario enorme en el extremo opuesto que se extendía de pared a pared.

Derek me sostuvo contra su costado mientras avanzábamos por la sala, y me fue presentando a sus amigos y colegas como «su novia».

—¡Guau!
—¿Dónde has encontrado a alguien así?
—¡Es demasiado guapa para ti!
—Si alguna vez se cansa de él, señorita Garzón, la recibiré con los brazos abiertos.
—Es preciosa, Derek...

Sonreí con cada cumplido, y una vez que Damien comenzó a discutir con el subdirector de la compañía sobre acciones, me excusé para acercarme a la barra que ocupaba uno de los lados de la habitación.
Las luces parpadearon justo cuando me estaban sirviendo una copa, y los presentes comenzaron a aplaudir.

—Damas y caballeros, bienvenidos al congreso de Juniper. —Una mujer avanzó por el escenario con un micrófono en la mano.
—Durante los próximos días, todos compartiremos nuestras ideas sobre la dirección que deben tomar los avances tecnológicos al tiempo que nos relajamos en este maravilloso resort. Trataremos de no matarnos unos a otros, ya que todos somos feroces competidores.

Hubo un montón de risas.

—La ceremonia de bienvenida ha sido patrocinada de forma muy generosa por Lowell Enterprises. Por desgracia, el vuelo del señor Lowell llega con retraso, por lo que le he pedido a uno de sus antiguos colaboradores que dé el discurso de apertura.

Miré a mi alrededor para asegurarme de que nadie estaba mirándome y vertí un poco más de vodka en mi copa.

—Damas y caballeros, por favor, demos la bienvenida a la fundadora y directora general de Industries Calle, Daniela Calle.

La multitud aplaudió mientras se me caía el vaso al suelo y me daba la vuelta para mirarla.
Daniela subió al escenario, sonriendo ante los aplausos mientras miraba a la multitud. Hizo un gesto con la mano para que se detuvieran los que coreaban su nombre, tomándose su tiempo para establecer contacto visual con los que conocía personalmente y saludarlos con una inclinación de cabeza. Un segundo después, su mirada se dirigió hacia la barra de las bebidas y sus ojos se encontraron con los míos.
Se quedó quieta y parpadeó. Abrió la boca como si estuviera a punto de decir algo, pero luego se volvió hacia la multitud y se subió, sonriente, al podio.

MI JEFA | PT1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora