Capítulo 4.

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Cedrik:

Entiendo la molestia de mi hermano, la chica había cambiado solo un poco la receta, aunque debo confesar que también me molestó un poco, jamás hemos improvisado en alguna receta, siempre seguíamos todo al pie de la letra, pero eso fue un gran riesgo, nos podría costar mucho y bajar de dónde salimos, mi padre abrió esta pastelería junto con mamá y la hizo lo que es ahora, la mejor del país por eso no debemos cometer errores.

Cassian y yo entramos a la oficina.

—Si Linda Smith hace una reseña mala, vamos a perder credibilidad y todo será culpa de esa niña —se sentó en su escritorio molesto.

—Espero que no suceda, la vi bastante animada aunque fue por un segundo, es decir, la chica no es tan mala en lo que hace —el me miró mal—, no me mires así Cassian, la chica solo improviso un poco.

—No improvisó una mierda —soltó con furia— cambió la receta, es que es estúpido ¿Colocarle menos alcohol? ¡Jah! Que ilusa.

—Pero debes admitir que si fue buena —no dijo nada— la textura de la crema y el toque de alcohol fue bueno y las fresas estaban perfectamente cortadas.

—Haya sido buena o no, no debió hacerlo, debe seguir todo al pie de la letra —tocó con su dedo el escritorio—, sabes muy bien que no debemos cometer errores, por el más mínimo que sea.

—No creo que lo vuelva a hacer, después de lo que le dijimos, aunque la chica se ve que tiene carácter —reí bajo— ¿No te conté que vive a un departamento del nuestro?

Frunció el ceño —Así que la niña imprudente vive a cerca de nuestro departamento, genial, otro motivo para no soportarla —rodó los ojos.

—Ya el evento terminó y todos se fueron, vamos a cerrar e irnos, estoy muerto —suspiré.

Los empleados ya se habían ido y quedábamos nosotros, cuando íbamos a subir al auto vimos a lo lejos a la chica Moretti, estaba metiendo sus cosas a su pequeño auto color salmón, luego de eso subió y se fué, Cassian la miró y bufó fastidiado y subió al auto, me monte en el copiloto y manejo hasta el edificio donde vivimos.

Llegamos al edificio, entramos al ascensor y subimos a nuestro piso para entrar al departamento.

—Mañana viene una diseñadora importante de Los Ángeles, se va a casar aquí en New York y contrató la pastelería para hacer su pastel y algunos dulces para su boda — le comente a Cassian, mientras hacía café.

—Bien —no dijo más.

Negué varias veces y terminé el café, le tendí una taza y me senté a su lado a ver el partido de esta noche.

(...)

A la mañana siguiente, llegamos a la repostería y subimos a la oficina a arreglar las citas del día de hoy. Mi secretaria entró para avisarme sobre algo.

—Jefe, buenos días —se acomodó los lentes-—, su padre está aquí.. Desea verlos.

—Hazlo pasar —seguí en mis papeles.

Minutos después el entró, lo mire sin ninguna expresión en mi rostro, no me causa alegría ni gracia tener que verlo, cómo siempre entró con aires de superioridad, sin duda Cassian y el eran iguales.

—¿Cómo es que tengo que pedir cita para ver a mis hijos? —comentó fingiendo molestia.

—¿A qué viniste? —lo miré desde mi escritorio y el se sentó frente a mi.

—Vine a ver cómo va el negocio familiar, eso es todo.

—Te recuerdo que este negocio ya no te pertenece padre, mamá lo dejo de herencia para mí y Cassian, tu tienes lo tuyo —exprese algo molesto.

Me hastía cada vez que viene con sus aires de señor lo puedo todo, creyéndose aún dueño de este lugar cuando fue mi madre la que supo levantarlo desde que el invirtió en un negocio fallido y había hipotecado lo que mi madre con tanto esfuerzo había levantado.

—Tu madre y yo levantamos este sitio y..—lo interrumpí.

—No vuelvas a nombrar a mi madre, no te lo permito —apreté los dientes.

—Bien —se levantó—, solo vine a avisarles que el sábado es la fiesta de aniversario de mi matrimonio, sería buena idea que vayan.

—No vamos a ir a ningún lado —llegó Cassian— no vamos a participar en el circo que tienen tu y tu amante aparentando ser el matrimonio feliz.

—¡Ella es mi esposa y deben respetarla! —exclamó molesto.

Reí sarcástico —¿Respeto papá? ¿Crees que se lo merece? No me hagas reír, mejor lárgate de aquí, no queremos saber nada de tu patético matrimonio con esa mujer, si no tienes más estupideces que decir vete.

Nos miró con odio en sus ojos, cosa que no me causo absolutamente nada, el no merece que sintamos ni siquiera odio hacia el. Salió de la oficina hecho furia.

Después de terminar mi papeleo, me cambié e ingresé a la cocina donde ya estaban todos trabajando en sus áreas respectivas, supervise cada cosa que hacían, mire a la niña Moretti, estaba bastante concentrada batiendo a mano un betún para los postres de hoy. Inmediatamente me acerqué a ella.

—Moretti —paró su acción— ¿Porqué habiendo varias batidoras eléctricas, bate el betún a mano? Eso puede quitarle tiempo. —me crucé de brazos.

—Porque al batir en betún a mano, se pone más cremoso y obtiene más consistencia chef —no había ninguna expresión en su rostro.

Detalle su rostro con cautela, no había notado que sus ojos eran verdes y habían pecas en sus mejillas y nariz, su larga cabellera roja estaba recogida en una coleta perfectamente peinada, su atuendo de chef era pulcro y usaba guantes negros, el traje rosa con negro combinaba muy bien y a un costado de su pecho estaba estampado su nombre L. Moretti y abajo del nombre había un ¿Pato? Que extraño, salí de mis pensamientos y le hablé.

—Eso hace que pierda tiempo Moretti y aquí no estamos para perderlo, tome una batidora eléctrica y bata ese betún como se debe —le ordené.

Luego entró Cassian bastante serio -como de costumbre- se acercó directamente a Moretti y probó el betún que estaba haciendo.

—Prepara ese betún de nuevo Moretti —hizo una cara de asco—, está horrible.

Ella lo miró con incredulidad, su ceño se frunció y Cassian le volvió a hablar

—¿Escuchó lo que le dije Moretti? —dijo tajante.

—Si señor —dijo entre dientes—, haré por quinta vez el betún.

—Debe quedar perfecto —ella asintió— más te vale lograrlo —se acercó a ella— o serás despedida.

—Lo entendí señor.

Sin más se colocó en su sitio de trabajo con la mandíbula tensa y empezó a cortar algunas frutas. Moretti por su lado tomó con cierta molestia el batidor eléctrico y empezó de nuevo a hacer el betún, no sabía que lo había hecho cuatro veces anterior a esta, Cassian se ha encargado de que lo repita, me acerque al betún y con una cuchara lo probé, de verdad que está chica tenía razón, estaba más cremoso y tenía buena consistencia y estoy seguro de que Cassian también lo notó, pero como el vikingo es tan orgulloso no lo va admitir y yo, menos.

Está chica será un verdadero dolor de cabeza...

O quizá ella lo sea para nosotros. 


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Luna y el Desamor |+18| #2 de la Trilogía Moretti. -Finalizada-✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora