Capítulo 13.

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Luna: 

Tres semanas después.. 

Después de aquella confesión por parte de los Koch, ambos dejaron los regalos atrás, gracias a Dios, pero una semana después de eso, empezaron a ¿como decirlo? ¿Conquistarme?.. Pues si, asi mismo, me han dado mas movilidad en la cocina, escuchan mis ideas y les gusta, han trabajado conmigo sin peleas o malos tratos y la verdad me he sentido más cómoda, si que se han esforzado para ganarse al menos mi confianza, así que los voy a premiar con una cena en mi departamento, total, viven junto a mi. Tengo que reconocerle el esfuerzo que han hecho. 

—Entonces vas a invitarlos a cenar —asentí— ¿cual es el motivo Lunita? —Nina me miró intrigante.

—¿Tiene que haber un motivo Nina? —me crucé de brazos. 

—Pues si, tiene que haber un motivo, tu no metes a nadie a tu departamento, solamente hemos entrado tu familia —enumeró—. Kurt y yo, así que si, hay un motivo ¿cual es? 

—Bien —rodeé los ojos—, es para premiarles que no han sido unos idiotas conmigo estas tres semanas —me encogí de hombros. 

—Por cierto ¿cómo asimilas que a los dos les gustas? —estaba cortando una fruta. 

—¿Te soy honesta? —asintió— No lo se, jamás había experimentado algo así, debería estar acostumbrada porque mi mamá tiene dos esposos pero, ¿que me pasara a mi? es extraño, nunca quise algo asi para mi —murmuré. 

—Lo se es algo nuevo Luna, pero si ambos están dispuestos a estar contigo, sin celos y dispuestos a compartirte, solo intentalo —se paró a mi lado— aquí el caso es ¿te gustan? 

¿Me gustan? 

De verdad me he hecho esa pregunta desde hace dos semanas, la verdad es que no se si me gustan pero joder no soy ciega, ellos son sumamente apuestos, con carácter, bastante serios y eso algo que me atrae mucho de un hombre, pero hay veces donde recuerdo como me trataban y eso hace que se les quite todo el encanto, entiendo que son Chef pasteleros bastante reconocidos y que deben mantener el orden el la cocina para mantener una buena imagen, eso no lo discuto, pero conmigo se sobrepasaron.

Aún recuerdo cuando Cassian me mandó a cortar las fresas, cada una tenía que medir cinco centímetros, casi enloquezco con  eso o cuando Cedrik me hizo hacer doscientas galletas a mi sola.

Ellos hacían mi vida un martirio, pero desde su confesión y de las ciertas cosas que les dije, han cambiado, siguen siendo mis jefes, no me dan un trato especial porque así se los pedí yo, no quiero que nadie piense que me acuesto con los dos para obtener algún beneficio, si voy a resaltar será por mi talento y constancia. 

Tres días después de su declaración Cassian terminó lo que sea que tenia con Jessica, se molestó no por el, si no por la supuesta Autoridad que tenía en cocina, cosa que obtuvo por abrirle las piernas a Cassian, se molestó, rompió unas cosas y como era de esperarse Cedrik la despidió con una gran sonrisa en su rostro.

Cedrik, el desgraciado tiene una sonrisa que le mojaría las bragas a cualquiera y yo no fui la excepción, su altura era una belleza, esos ojos azules siempre estaban en mi mente, sus fuertes brazos se ven apetitosos y aún mas cuando esta preparando cualquier postre, el es bastante guapo.

Y Cassian, su porte de Vikingo me encantaba, su largo cabello me hipnotizaba al igual que su barba perfectamente rasurada, también tiene una hermosa sonrisa, aunque desde que lo conozco una sola vez lo he visto sonreír al menos no una sonrisa genuina, ambos tienen su encanto. 

—Eso creo que lo sabré hoy Nini —sonreí leve—, Iré a su oficina a invitarlos, ya regreso. 

Me lavé las manos y fuí a su oficina, su secretaria amablemente me hizo pasar. Cuando entré ambos me miraron con algo de sorpresa en sus ojos, era obvio, jamás había venido aquí, además de que ellos son los que me buscan no yo a ellos, así que hoy solamente haré una pequeñisima excepción. 

Luna y el Desamor |+18| #2 de la Trilogía Moretti. -Finalizada-✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora