Capítulo 43 - El especial de la playa. Parte 2

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Di un par de largos en el mar yo sola, y después me quedé flotando, mirando al cielo. Pensé en el buen día que estaba pasando, y sobretodo en la gran suerte que tenía de poder disfrutar de una segunda oportunidad de esta manera. Unos maravillosos padres, unos amigos estupendos... Aunque quizá, tener tanta dicha me haya vuelto ambiciosa, ¿podría desear más? Creo que era pedir demasiado. Así estaba bien, ¿no?

– Melody – me llamó alguien suavemente, alargando la letra final. Me asusté de la sorpresa, haciendo que perdiera el equilibrio y casi cayera al agua – Perdona, es que estabas tan abstraída. ¿En qué estabas pensando?

– Nath – consigo hacer pie bajo el agua – Perdona, me había empanado. Solo pensaba en el bonito día que estábamos pasando – miento en parte. Después, busco en el agua a las demás, pero solo vislumbro a Kim, nadando lejos de nosotros – ¿Se han ido ya?

– Iris estaba cansada y se ha ido a las toallas, Lynn ha querido acompañarla después. Kim ha aprovechado y se ha ido a nadar en la parte profunda, así que solo quedamos nosotros – parecía tranquilo ante esa noticia.

Me hundo un poco en el agua, cubriéndome hasta los hombros con expresión pesarosa.

– ¿Sabes? A veces creo que me siento tan feliz que todo puede desmoronarse en seguida –Nath me mira atentamente – Fíjate en este día, me lo estoy pasando genial y aún así no soy capaz de quitarme la sensación de que debo disfrutarlo antes de que todo se vaya al garete...

Nath se acerca con una expresión serena en su rostro.

– Entiendo lo que dices, de verdad – se puso en el agua de la misma forma en la que yo estaba. Me miraba seriamente – Pero así no podía disfrutar de los buenos momentos. Así que pensé una forma de dejar de sentirme así.

– ¿Y cuál fue? – le miro interesada.

– Dejar de pensar y disfrutar del momento – veo sus manos unidas salir un poco del agua. Al estar en la superficie, Nath las movió de tal manera que un chorro de agua salió de ellas directo hacia mi cara. Como no me esperaba ese ataque tan gratuito, me quedé estupefacta, solo salí de mi ensimismamiento al oír la sonora carcajada de Nath.

– ¿En serio acabas de hacer eso? – le miro indignada pero con una pequeña sonrisa que amenazaba con salir – Me estoy abriendo con mi mejor amigo, y a él solo se le ocurre tirarme agua. Gracias, Nath, lo tendré en cuenta en el futuro.

– Oye, no te lo tomes así – se apresura a decir asustado – Lo que quería decir...

No acaba la frase, porque en un descuido, he apoyado mis manos en sus hombros y le he hundido en el agua. Viendo su cara estupefacta al salir del agua, ahora me tocaba reír a mi.

– Eso te pasa por no tomarme en serio – le digo levantando las cejas.

– Te vas a arrepentir de eso – me amenaza con un deje divertido. Le salpico en la cara con las manos – No, AHORA sí que te vas a arrepentir.

Me empiezo a reír antes de intentar salir huyendo, pero Nath es más rápido que yo y me alcanza. Me levanta y me tira al agua hacia atrás. Buceo a su alrededor y salgo delante de él, echándole agua con las manos, como si fueran pequeñas olas. Nath me agarra las manos, acercándome a él mientras yo sigo carcajeándome.

– Te vas a estar quieta – estaba demasiado débil al reírme sin parar como para rechazar sus manos. Cuando dejamos de reírnos, se nos queda una expresión sonriente – ¿Funciona mi idea?

– Sí, la verdad, se nota que eres el delegado de la clase.

– Deberías hacerme caso más veces.

De forma casual, atrapa un mechón de mi cabello mojado y me lo coloca detrás de la oreja. Aprovechando la posición de la mano, me acaricia la mejilla suavemente, dejándome paralizada. Nos quedamos mirándonos el uno al otro en silencio, los ojos dorados de Nathaniel me atravesaban desde lo más profundo de mi ser. No sabía por qué, pero notaba como si ambos estuviésemos en un hechizo, con los ojos clavados en el otro, sin poder movernos. Si uno de los dos hablaba o se movía un poco, se rompería el momento, pero ninguno lo hacía. Seguíamos atados a ese momento, a ese hechizo.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora