Capítulo 73 - Alta

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Después de casi dos meses, por fin salí del hospital. Mis padres estaban preocupados por mi, ya que aún tenía amnesia, pero el médico les tranquilizó diciendo que parecía estable y que con las sesiones semanales podrían asegurarse de mi estado. Aunque había detalles que recordaba, seguía habiendo una espesa bruma en mi cabeza, pero no me impedía tener una vida casi normal.

Los primeros días fueron un poco de reconocimiento, paseando por "mi casa" e intentando formar una imagen en mi cabeza sobretodo. Me resultó sencillo, porque es como si mi cuerpo recordara los detalles de mi casa y mi cuarto. Desconocía la razón, pero las cosas materiales se me hacían más familiares que las personas... Tenerme en casa calmó a mis padres, pero no querían dejarme sola, así que cada vez que salía a la calle, para intentar recordar el barrio, mis padres me acompañaban. No sentían que fuese seguro para mi ir sola, pero por lo menos me acompañaban.

Mis amigos empezaron a visitarme en casa, pero tenían menos tiempo, ya que se acercaban los exámenes. Aunque ahora también podían enviarme mensajes al móvil; cuando mi padre estuvo seguro de que podría manejarlo, me devolvió el móvil cuando repararon su pantalla. Una vez saqué el tema sobre volver a las clases, pero mis padres se negaron en rotundo. No querían que me preocupara por esas cosas en ese momento, pero yo notaba que volver al instituto podría ayudarme. Así que un día les pedí por favor que me dejaran visitar el instituto, aunque solo fuera para dar un paseo. Parecían reticentes, pero mi madre accedió a acompañarme.

Llegamos en coche a la entrada, no quería que me cansara con las muletas. Mi madre se desabrochó el cinturón de seguridad:

– Vamos a dar ese paseo – dijo con una sonrisa.

Yo tardé algo más en desabrocharme el cinturón, dudosa de cómo empezar...

– Esto... Mamá – la llamé, reuniendo valor. Ella me miró con ojos amables, acobardándome un poco. Tragué saliva – Me-me gustaría ir sola.

Abrió los ojos por la sorpresa.

– Melody, no sé si...

– No saldré del instituto – empecé a repetir la retahíla de respuestas que había pensando previamente – Y volveré en unos minutos – jugueteo con las manos – Es que creo que podría ser bueno para mi volver al instituto por mis propios pasos e intentar recordar sus pasillos – Parecía dudar – Mira, me llevo el móvil, ¿vale? Así, si tardo mucho, me llamas y yo saldré en seguida – la miré suplicante – Por favor.

Mi madre apretó sus labios, insegura, pero asintió. Me levanté de mi asiento y le di un abrazo rápido antes de salir del coche.

– Tienes unos minutos para dar un paseo, aparcaré aquí mismo. No andes deprisa, y ten cuidado con las muletas. Si te agobias, me llamas al instante, y si tardas demasiado, iré a buscarte.

– Vale, prometido – sonrío contenta – Gracias, mamá. No tardaré.

Me alejé con cuidado del coche y respiré hondo antes de entrar por la puerta del instituto. Estaba bastante vacío, era la última hora del día, así que solo estaban allí los que tenían clase, los de recuperación o los que tuviesen clases extraescolares. Observé todo con sumo cuidado, y solo echando un simple vistazo a la entrada del instituto algo me invadió en mi cabeza. Algo me decía que esto me ayudaría a recordar.

Ya no tenía tanta presión por recordar, pero quería intentarlo aún así. Me senté en el banco que había bajo la sombra de un árbol, ese banco que había visto en numerosas fotos. Una sonrisa apareció en mis labios, algo en ese asiento me ponía contenta. Tras unos segundos, recogí mis muletas y entré por la puerta, haciendo que una extraña sensación de nostalgia se apoderara de mi. Algo dentro de mi reconoció estos pasillos.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora