Capítulo 17 - Evocación

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Al entrar en el aula se produjo un silencio absoluto, los susurros y las miradas eran más discretos, pero seguían ahí. Lysandro se había sentado con Rosalya y el resto de chicas delante, probablemente se habían cansado de buscarnos. Cuando nos acercamos a ellos, nos saludaron tímidamente, sin atreverse a preguntar sobre lo que estaba pasando. Para intentar aclarar la situación, fui yo la que dio el primer paso:

– Lo que pone en el periódico es mentira – señalé a los tres implicados con la mano – No estamos liados ni nada de eso, las fotos están sacadas de contexto y todo lo que pone en el artículo es una patraña. Hemos desaparecido porque Castiel y yo fuimos a la sala de delegados a buscar a Nath para contarle lo que estaba pasando. Sí, tenemos un plan para solucionarlo, pero hasta que lo consigamos, vamos a tener que aguantar que la gente piense que somos una especie de triángulo amoroso. Si nadie tiene ninguna pregunta, nos haríais un gran favor si dejáramos este tema.

– ¿Cómo van a tener una pregunta con el monólogo que les has soltado? – Castiel se reía de mi, el muy descarado. Pude ver por el rabillo del ojo como Nath no podía aguantar más la risa. Traidor.

– Así es más rápido que aguantar preguntas absurdas, listillo – coloqué las manos en mis caderas, enfurruñada mientras les dedicada una mirada molesta – Pero si lo preferís, contestad vosotros a las preguntas "¿Por qué no nos lo habéis contado antes? ¿Con quién estás de los dos?".

– No, si está muy bien – Nath ni intentaba ocultar que se estaba riendo – Has hecho un gran trabajo.

– No os aguanto, no quiero estar liada con vosotros ni en la ficción – hinché un poco las mejillas, en señal de enfado y me senté en la mesa que estaba detrás de Lysandro. Iris se sentó a mi lado y me dio un abrazo.

– Qué malos, pobrecita – yo asentí, poniendo morritos.

– Tampoco exageres – se burló Castiel, yo le respondí haciéndole una mueca protegida por los brazos de Iris.

– Nos imaginábamos que sería algo así – comentó Lysandro en un tono tranquilizador– Solo queríamos asegurarnos de que estabais bien.

– Se acabará solucionando, solo es un poco engorroso – dijo Nath, sentándose junto a Castiel. Estaba demasiado ocupada fingiendo que estaba molesta como para sorprenderme.

– Ya sabéis lo que le gusta a la gente hablar – corroboró Kim – Cuando se cansen, nadie se acordará de vosotros.

Todos asintieron, concordando con sus palabras, la única que no lo hizo fue Rosalya.

– Puedo entender la confusión que se ha formado – parecía dudar – No suena demasiado descabellado que estéis juntos.

– ¿Qué? – soltamos los tres de golpe.

– No sé qué has desayunado, pero te ha sentado fatal – acusó Castiel, algo enfadado.

– ¿Qué quieres decir? – pregunté completamente confundida.

– Es que sois raros...

– Vaya, gracias – respondió Nath muy molesto.

– No quería decir eso, perdona – se apresuró a corregirse – Quiero decir entre vosotros, os comportáis de forma diferente –Castiel, Nath y yo nos miramos sin entender a qué se refería – ¿De verdad os ha sonado tan raro el rumor? – la pregunta nos excluía a los tres de forma implícita – El artículo es horrible, pero mirad las fotos – señaló el periódico que tenía en las manos – No son trucadas ni fingidas, la forma en la que os miráis es real...

– Creo que te estás pasando – la miré directamente a los ojos algo cabreada – Entiendo que lo dices porque estás preocupada, pero no creo que sea asunto de nadie la forma en la que trato o dejo de tratar a mis amigos.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora