Capítulo 70 - Otra Melody

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Cuando consigo abrir los ojos, todo resulta confuso. Al principio, mi visión está borrosa, pero consigo vislumbrar una habitación de hospital. Hay dos personas conmigo, están llorando y no sé por qué. Rápidamente llegan más personas a la habitación, todo el mundo parece muy alterado... Siento un golpe de ansiedad al estar rodeada de desconocidos, que me miran con aprehensión. No veo a nadie conocido.. aunque no sé qué esperaba, ¿ver a mi padre? ¿a Jack? A veces me preguntaba cómo podía ser tan ingenua.

El médico me empieza hacer muchas preguntas mientras hace comprobaciones, mi nombre, mi edad, el nombre de mi padre, dónde vivía... No entendía a qué se debía ese sondeo, pero respondí lo mejor que supe, y al ver su reacción, y la de las personas que había en la habitación, sabía que no les habían gustado mis respuestas. Tras hacerme varias pruebas y cerciorarse de que estaba bien (imagino que sin contar las vendas que tenía en la cabeza y en la pierna), me dijo que tenía amnesia. Yo le dije que me acordaba de todo, pero él insistió en que no era verdad.

Me presentó a dos personas, una mujer y un hombre de mediana edad. Parecían muy tristes y cansados, cuando les devolví la mirada y me presenté, la mujer empezó a llorar desconsolada. No comprendía por qué lloraba, pero sentía que era por mi culpa... El hombre, mientras consolaba a la que parecía su esposa, me dijo que eran mis padres. Yo les miré con sorpresa, ¿cómo era posible que fueran mis padres? Yo no tenía madre, murió cuando nací, pero sí tenía un padre... un padre que no era capaz ni de visitar a su hija en el hospital. Ni siquiera sabía si quería verlo, ¿para qué? ¿para oír gritos? ¿para que me golpeara? Temblé al pensarlo.

El hombre, que dijo que se llamaba Henri, intentó acercarse a mi cama, pero cuando alargó el brazo para tocarme, me aparté de golpe. Grité de dolor al hacerlo, a causa de mis heridas, pero observé al hombre, sin poder parar de temblar. No me gustaban los desconocidos, y menos que me tocaran... Al ver mi reacción, el hombre se quedó clavado en su sitio y depositó una foto en mi cama. La agarré con cuidado y pude observar a aquella pareja con una chica, sonriendo, en lo que parecía un parque. Tenía los ojos azules y el pelo castaño, con destellos rojizos por el sol, parecía muy feliz.

Sentí que depositaba otra cosa en la cama, parecía un pequeño espejo. Les miré sin comprender, pero lo abrí y vi mi reflejo, fue un gran shock ver a la chica de la foto. No podía reconocer mi propio aspecto, pero fue aún más raro sentir que lo había visto en alguna parte. El médico, que me visitaba asiduamente, llegó a la conclusión de que, como tenía recuerdos de cosas que no eran reales, había sustituido mis recuerdos con otros que había inventado, o quizá que había sacado de un libro o algo parecido.

No lo entendía, y pensar en ello me asustaba y me ponía triste, pero había algo que llegaba a reconfortarme, por encima de la confusión y el miedo. Los padres de esa chica... mis padres, no se separaron de mi en ningún momento, aunque cada vez que me miraban ponían una expresión apenada, siempre estaban a mi lado. Nunca nadie se había preocupado tanto por mi, mi otro yo era muy afortunada.

Me observaron durante varios días, y llegaron a la conclusión de que mi amnesia se debía al golpe que me di durante el atropello, y que quizá, si mis allegados me ayudaban, podría recuperar poco a poco los recuerdos. Al parecer, mi otro yo tenía muchos amigos, así que pensaron que reunirme con ellos me vendría bien. Los intentos de mis padres por hacerme recordar fueron un fracaso, por mucho que lo intentaron, así que decidieron probar con otras personas. Me sentí muy intranquila al saber que tendría que hablar con desconocidos, pero, por otro lado, también sentía cierta excitación. ¿Tenía amigos que se preocupaban por mi? Era algo completamente nuevo, quería saber cómo era eso...

Mis padres... aún me resultaba raro llamarles así, dejaron pasar a un chico y se quedaron en la puerta. Reconocí a ese chico, estaba en la habitación cuando desperté. Parecía abatido, mucho más que hace unos días, pero trataba de disimularlo.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora