Capítulo 68 - Temores cumplidos

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No podía quitar la sonrisa de la cara, por fin íbamos a contarle a todo el mundo que estábamos juntos y eso no podía hacerme más feliz. Soy plenamente consciente de las dificultades que acarreará decirles a mi madre y a mi hermana que Melody era mi novia, pero tendrían que aceptarlo.

– ¿Te ha gustado? – pregunta Armin, mientras avanzamos juntos hacia el patio.

– ¿Qué? – respondo desorientado.

– Osea que no te gustado, por lo que veo – parecía ofendido ante mi reacción. Soy un estúpido desconsiderado.

– Perdona, sí que me ha gustado el vídeo, aunque confieso que no esperaba que aceptarais que mi hermana fuese la protagonista.

– Bueno, no es que aceptáramos nada. Es que o era la protagonista o el taller se convertía en un infierno.

– Te entiendo – mi hermana podía convertirse en una persona muy difícil. Bueno, era así casi todo el tiempo, pero estaba cambiando poco a poco.

Llegamos al patio, y sin darme cuenta, busco una melena castaña con destellos rojizos. Quería estar con Mel los últimos momentos del día, sabía que era la parte de la jornada que más le preocupaba. Ese sueño que tuvo la había asustado tanto que estaba convencida de que algo malo iba a pasar, así que ahora que se acababa la jornada, por fin podría...

– ¡Nathaniel! – Rosalya gritó mi nombre, sobresaltándome.

– ¿Qué ocurre? – No... no puede ser, ¿no? Dudo un instante, y esa duda se transforma en auténtico pánico.

– Castiel y Lysandro están discutiendo de forma muy violenta en la entrada del instituto – narra Rosalya mientras sufre ciertos temblores. Estaba aterrorizada – He avisado a Melody y...

Abro los ojos, asustado.

– ¿A Melody? ¿Dónde está?

– Se ha ido a intentar pararles, me ha dicho que te busque.

Está sola.

– Vamos.

Me precipito entre el gentío, seguido de Rosalya y Armin, que preguntaba desconcertado:

– ¿Qué ocurre?

No contesto, no pienso, solo avanzo lo más rápido que la multitud me permite, porque si me pongo a pensar en ello el pavor se apoderaría de mi. Conseguimos eludir a la gente y por fin pude ver a Melody en la entrada del instituto, con los brazos alzados, hablando con Castiel entre lágrimas. Ella se gira y empieza a buscar a alguien con angustia, la ansiedad se había apoderado de ella, y una duda cruza mi mente: ¿dónde está Lysandro? Me dejo de tonterías y empiezo a correr:

– ¡Melody!

Ella se da la vuelta y me mira entre lágrimas. Sus labios se mueven, como si dijera algo antes de voltearse y salir corriendo. Oh no, por favor, no. Aumento la velocidad.

– ¡¡Melody!! – grito con más fuerza.

– ¡Eh! ¡Melody! – brama Castiel, ya que ella había conseguido esquivarle para poder salir por la puerta. Le doy alcance y paso a su lado sin detenerme – ¿Qué demonios, Nath?

Noto que hemos llamado la atención de todo el instituto, pero eso no me frena. Tenía que detener a Melody antes de que hiciera una locura. Veo cómo cruza corriendo la carretera, siguiendo a Lysandro, y mi peor pesadilla se hace realidad: un camión aparece en el camino. No, no, ¡NO! Corro todo lo rápido que puedo, pero compruebo con angustiosa certeza de que no voy a llegar a tiempo. Al contrario que Melody, que consigue llegar hasta Lysandro, empujándole fuera del camino, pero dejándola a ella completamente expuesta, en medio de la carretera. Aunque el camión se percata de la presencia de Melody e intenta frenar con vehemencia, es demasiado tarde. La pesadilla de Melody se convierte en mi realidad. En mi último intento desesperado, grito con todas mis fuerzas:

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora