Capítulo 15 - Nuevo curso, nuevos problemas

944 173 7
                                    

El curso y el año habían pasado con más tranquilidad y rapidez de la esperada. Acababa de cumplir trece años y, siendo sincera, pasar por la pubertad de nuevo era un auténtico asco. Mi voz estaba cambiando y parecía un pato con varias botellas de alcohol encima, además había crecido tanto durante el verano que no tenía ninguna coordinación. Y mejor no comento lo de los dos bultos que me estaban creciendo de golpe. Encima me provocaban un dolor de espalda atroz, es lo malo de tener un cuerpo tan delgado y frágil. Una mierda todo, vamos.

Miro mi reflejo en el espejo para ver el resultado: me había cortado el pelo para sanearlo, pero me había crecido lo suficiente para poder hacerme más peinados. Ahora llevaba dos coletas caídas. ¿Debería teñirme el pelo de colores? Era un pensamiento que me asaltaba de vez en cuando. La verdad es que en mi otra vida siempre cambiaba de imagen, por eso verme mucho tiempo igual me chocaba. Me había puesto un pantalón vaquero azul, una blusa turquesa con purpurina y mangas oscuras, acabando con unas botas con cordones. Aceptable. Salí por la puerta con la mochila colgada del hombro, y tras desayunar con mis padres, me fui.

Llevaba un mes sin ver a mis amigos, ya que en verano todo el mundo estaba ocupado o de viaje. Estaba impaciente por reencontrarme con ellos. Antes de entrar por la puerta del instituto, sentí como dos brazos me rodeaban el cuello y se dejaban caer. Menos mal que Iris pesaba menos que una pluma, si no hubiésemos caído al suelo sin remedio.

– ¡Buenos días!

– Yo también me alegro de verte, Iris – comento, intentando sostenerla con dificultad.

– Suerte con ella, lleva todo el camino así conmigo – se quejó Kim mientras recolocaba su gorra, que parecía nueva.

– Sí, bueno, mira mis bracitos y mira los tuyos, podrías levantarnos a las dos sin problemas – dije mientras señalaba sus músculos. A Kim le encantaba hacer deporte, y llevaba todo el mes pasado en un campamento especial deportivo, se podían palpar los resultados.

Cuando Iris me soltó, entramos juntas al instituto, donde nos esperaba Rosalya. Estaba hablando con Lysandro muy animadamente, y pude ver de lejos una sonrisa tímida y sincera que nunca le había visto. Cuando llegamos, la sonrisa de Lysandro había desaparecido y la cambió por una expresión cordial. Compartimos un saludo y nos estábamos preguntando qué tal habíamos pasado el verano cuando oímos un chillido. Antes de que pudiésemos decir nada, Rosalya corrió hacia a mi:

– Dios, ¿qué pasa? – miré de un lado a otro, pensando que nos atacaban.

– ¡Qué guapa estás!

La miré con una ceja levantada.

– Rosalya, el verano te ha sentado regular para reaccionar así – estaba tratando de retener una risotada – Además, mírate la vista, para guapas, y guapos – esto último lo dije para incluir a Lysandro – vosotros.

– No, osea sí, somos un grupo hermosísimo – me encantaba que tuviese una forma de hablarnos tan exagerada y devota – Pero a ti el verano te ha sentado increíble. Qué alta estás y menudas...

– Te voy a parar aquí – la interrumpí antes de que pudiese seguir, provocando una gran carcajada grupal – Primero, te quiero, exageras mucho, pero te quiero. Segundo, crecer tanto de golpe me está causando ciertos problemas. Casi me caigo cuando Iris se ha tirado encima de mi. Y tercero, tengo que ir a la sala de delegados, que el primer día es el peor del curso.

– Dices eso porque estás huyendo – se burló Kim.

– Siempre has sido muy perspicaz – la guiñé un ojo y me escabullí.

Oí las quejas de Rosalya, y las risas del resto, pero eso no me detuvo. Llegué a la sala, que se encontraba vacía; aún se me hacía raro que Nath no fuera siempre el primero en llegar. Ojeé los documentos que había encima de la mesa, donde decían que hoy llegaría una alumna nueva. Cuando estaba leyendo la información de mi nueva compañera, la puerta se abrió y entró Nath. En serio, me costaba acostumbrarme a verle con un aspecto tan poco formal: Camiseta de manga corta azul, vaquero con dibujo roto y deportivas. Si acabara de reencarnar, preguntaría quién era ese chico.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora