Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de Melón

Capítulo 76 - ¿Me evitas?

Después de la más que probable película más incómoda de mi vida, Nath y yo salimos del cine intentando fingir que no había pasado nada. Charlamos un rato durante el camino a casa, y justo antes de poder despedirnos, mis padres aparecieron por una esquina, nos cortaron aún más el rollo, y me despedí de él rápidamente antes de subir a casa.

Me quedé un rato tumbada boca abajo de mi cama, repasando la tarde y haciéndome mil preguntas al respecto. Suspiré frustrada, sin llegar a ninguna conclusión, y para quitarme el tema de la cabeza, rebusqué entre mis maquillajes y los de mi madre si hubiera material suficiente para maquillarme para la fiesta. Parecía que sí, así que empecé a ver tutoriales de Halloween, tratando fútilmente de olvidar que mi novio no quiere ni tocarme.

Al día siguiente me levanté con unas ojeras que parecían parte del maquillaje que llevaría el sábado. Tendría que hablar con Nath en algún momento sobre todo lo que nos estaba pasando, porque este rechazo constante está haciendo mella en mi autoestima. Y digo "tendría que hablar con él" porque sé que el fingirá que todo va bien hasta que alguno de los dos explote. No le gustaba discutir, y a mí tampoco, pero algo habrá que hacer para solucionar esto.

Esa mañana no me apetecía ir pronto a clase... Llego cuando apenas quedan cinco minutos para que entrara el profesor, y antes de entrar en clase, una voz me detiene:

– ¿Os ha pasado algo? ¿lo habéis dejado? – pregunta Ámber con tono cortante.

Desde mi accidente, Ámber había sufrido un gran cambio. Más aún. No diré que fuera la persona más simpática del mundo, pero no era la bully repelente que era en el juego, y para mí era un gran avance. Cuando me veía con su hermano, al contrario de lo que pasaría en el juego original, Ámber lo aceptaba con cierta deportividad; con cara de pocos amigos, pero deportividad. Noto un deje de preocupación en sus ojos, imagino que Nath tampoco llegaría muy bien a casa.

– No – respondo en su mismo tono – No ha pasado nada – más o menos.

– Imagino que no querrás hablar de vuestras cosas conmigo, lo cual agradezco, pero agradecería mucho más que mi hermano no volviera a casa como si le hubiesen suspendido una asignatura.

Sé que detrás de toda esa verborrea hay verdadera preocupación, el problema era la capa de desdén que había por encima.

– ¿Has intentado hablar con él? – le pregunto a la defensiva, y también por curiosidad. Lo mismo este intercambio incómodo de palabras iba a alguna parte.

– Sí, y me ha dicho que estaba bien con una sonrisa falsísima.

– Parece algo típico de él – contesto con un amago de sonrisa que intenta escapar.

– Pensé que ahora estaría todo bien, pero veo que no – de verdad que me estaba costando leer entre líneas su preocupación – Intentad arreglar las cosas rápido, antes de que empiece a comer helado viendo películas románticas conmigo.

– Lo intentaré – respondí sin saber qué decir. En un ataque de inspiración que no supe decir de dónde vino, y sin que me diera cuenta antes de haber pronunciado estas palabras, dije: Oye, este sábado hacemos una fiesta de Halloween, ¿quieres venir?

El intercambio de miradas fue épico, porque ambas estábamos realmente sorprendidas de que dijera aquello. Aunque veo un cambio en ello, ¿un rubor?

– ¿De verdad? Quiero decir... sí, claro, lo intentaré...

Y sin saber qué más decir, salió huyendo. Preguntándome qué acababa de pasar, entré rápidamente a clase, ya que vi cómo la profesora se acercaba por el pasillo. Encontré a Armin y Alexy antes de que llegara la profesora, así que me acerqué a ellos y susurré: