Capítulo 47 - Ecos del pasado

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El padre de Nathaniel estaba frente a nosotros. Sí, el padre maltratador que se suponía que estaba en la cárcel después del juicio que perdió. Nathaniel soltó mis manos y se interpuso entre su padre y yo, alzando sus defensas contra la persona que le torturó durante años. Mi semblante cambió de golpe y me puse seria, dedicándole a esa persona mi peor mirada. "No vas a volver a tocarle".

–¿Qué haces aquí? Estabas en la cárcel –le preguntó Nathaniel a la defensiva. Le estaba mostrando que no era el chiquillo que era hacer unos años. Tenía casi diecisiete años, tenía fuerza y no se iba a dejar pisar nunca más.

– Hijo –tenía una expresión devastada – Tengo permiso para salir los fines de semana por buen comportamiento, y lo primero que he hecho ha sido venir a buscarte.

– No sé por qué, no tengo intención alguna de ir contigo a ninguna parte – Nath era impasible, no quería dedicarle ni un minuto de su tiempo a esa persona, y yo me alegraba. Agarré su mano para infundirle fuerzas, y él me correspondió, pero ese movimiento llamó la atención de su padre, que se me quedó mirando con un semblante completamente serio.

– Tú... La niña que me denunció – creo que nunca había experimentado una mirada de odio semejante. No en esta vida, en la anterior sí había recibido miradas peores, así que ese hombre no iba a acobardarme.

Me coloqué al lado de Nathaniel y aguanté su mirada de odio con serenidad. "Lo volvería a hacer una y mil veces más" es lo que le estaba diciendo con los ojos, y juraría que me estaba entendiendo. Volvió a centrar su atención en su hijo, que no parecía querer estar con él.

– Tenemos que hablar, después de todo lo que pasó, la llegada de la policía y el juicio no he podido explicarte nada. No me han dejado.

– Tuviste miles de oportunidades de hacerlo y de parar, pero no lo hiciste – Nathaniel estaba implacable – Y lo único que recibí fueron gritos y golpes – Se sobó el brazo, quizá recordado los golpes de ese desgraciado.

– Sé que no actué como debía – estabas MUY lejos de actuar como padre, maldito bastardo – Quería que mejoraras y fueses el mejor, no me daba cuenta de que ya lo eras.

– Es tarde – zanjó Nath, desviando la mirada.

– ¿Papá? – la voz de Amber nos sorprendió a todos. Pensaba que el instituto estaba vacío.

– Princesa – la llamó emocionado. Qué rápido se ha olvidado de su hijo.

Pensaba que Amber iría corriendo al lado de su padre, pero eso no pasó. Se colocó en el otro lado de Nath, como si indirectamente le diera su apoyo esta vez. Miré a Amber sorprendida, sí que había cambiado.

– ¿Qué haces aquí? No debes estar aquí, y menos cerca de mi hermano – ¿se estaba poniendo sobreprotectora con Nath? A esta chica me la han cambiado.

– Tenía que veros, quiero hablar con vosotros. Solo hablar. Vuestra madre no me ha abierto la puerta de casa, no me echéis vosotros también... – manipulador rastrero.

– ¿No habías dicho que habías venido directamente a verme? – Nath alzó una ceja, condescendiente.

– Es lo segundo que he hecho, lo juro – mentiroso.

– No queremos verte – Amber estaba ganando puntos con cada frase, lo admito.

– Pensé que lo habías entendido después de no haber ido a visitarte a la cárcel en todos estos años – nunca había visto a Nath soltar tanto veneno.

– Vete – le echó Amber con soberbia. Dios, quería gritar "¡DÍSELO, REINA!" pero no era para nada el momento.

Su padre intentaba mostrar un semblante triste, pero estaba segura de que había visto una chispa de odio y furia en sus ojos. Ese hombre no había cambiado en nada.

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora