Capítulo 71 - Fragmentos

368 64 5
                                    

Tras mi breve momento de lucidez, mi habitación volvió a convertirse en un caos. Pruebas, médicos y enfermeros pasando sin parar, mis padres observándome con esperanza, pensando que estaba a punto de recordar... Intenté disimular mi más que evidente ansiedad ante esta situación, pero me fue imposible. Tener tantos ojos y expectativas encima de mi me hacían sentir muy pequeña. Encima, con todo esto, habían parado las visitas... y para nada, porque seguí sin recordar más.

La situación actual no podía ir peor: seguía con amnesia, y solo podía ver los rostros decepcionados de todo el mundo con frustración. Decían que no podía empezar la rehabilitación hasta dentro de unos días, así que seguía sentada en la cama de hospital sin poder moverme, y me sentía sola, porque si no había médicos, casi siempre estaba la habitación vacía, o peor, con mis padres mirándome con tristeza... Sé que intentaban no tener tantas expectativas con mi recuperación, pero les resultaba difícil. Me pasaba las tardes sentada en la cama, recordando las breves charlas que había tenido con mis visitantes. Era extraño pensar que añorara tanto a personas que solo había visto una vez, pero lo hacía.

Al verme mirar las cosas que me había traído mis amigos con cariño, mis padres pensaron que traerme mis antiguas cosas me ayudaría, así que una mañana se presentaron con una mochila escolar con mis supuestas pertenencias. Ojeé su contenido: libros del instituto, cuadernos con una letra que no se parecía a la mía, un perfume, pero nada me hizo reaccionar. Iba a retirar la mochila de la cama, cuando palpé algo diferente dentro de la mochila; lo agarré y vi que era una pequeña vela de cumpleaños con forma de gato y una púa de guitarra.

Observo los objetos con atención, no sabía por qué, pero notaba que eran muy importantes para mi. Mi madre me dijo que estaban en mi cuarto, y que los cuidaba con mucho cuidado, y ese comentario hizo que los dos pequeños objetos tuvieran más peso entre mis dedos. Al observar la velita, se me vino a la cabeza la imagen de un cupcake, ¿por qué sería? Y en la púa podía leerse "Falling Crows", y al tenerlo entre mis manos, casi podía oír la melodía de una guitarra... pero no podía ser mía, mis padres me confirmaron que yo no sabía tocar ningún instrumento de música. Estuve jugueteando con la vela y la púa el resto del día, y no les dije a mis padres que se me habían venido algunas imágenes con ellos, al fin y al cabo, podía ser simplemente mi imaginación.

Aunque ahora tenía más cosas con las que pasar el tiempo, ya que mis padres intentaban hablar conmigo y traerme objetos de mi habitación para hacerme recordar, mi estado anímico no mejoró mucho. Apreciaba su esfuerzo, y me sentía feliz de ver cuánto se preocupaban por mi, pero mis escasos avances me deprimían. Además, notaba un vacío, no sabía por qué, pero sentía que me faltaba algo para estar completa.

A la mañana siguiente, llegué a mi límite y miré mi situación con cierto enfado. Y era extraño, porque yo nunca me enfadaba, simplemente aceptaba las situaciones como eran, pero estar atrapada en la cama todos los días despertaba en mi sentimientos recelo. De esta manera no conseguiría nunca mejorar si no me dejaban moverme o ver a alguien, así que cuando me quedé sola, harta de mi situación, me senté al borde de la cama y me decidí a dar unos cortos pasos yo sola. Apoyé el pie sano sin dificultad alguna, y sentir el frío suelo en la planta del pie me dio un escalofrío muy agradable. Después, apoyé con cuidado el pie con vendas, y noté con júbilo que no me dolía. Los médicos me dijeron que mi abdomen estaba casi curado, y que mi tibia parecía avanzar deprisa, pero una cosa era decirlo y otra sentirlo en mis propias carnes.

Con energías renovadas, empecé a mover las piernas con cuidado, llevaba mucho tiempo en la cama, así que no quería forzar las cosas demasiado. Era muy satisfactorio poder sentir el vaivén de mis piernas después de tanto tiempo. Cuando noté que me había acostumbrado, apoyé el pie sano de nuevo en el suelo y empecé a poner algo de mi peso en él, muy poco a poco...

Viviendo un isekai en el Sweet Amoris // Corazón de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora