Capítulo 30

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Les damos a nuestras familias la noticia de nuestro compromiso. Inmediatamente mi hermana Penélope s pone feliz por la noticia. Ella adora a Adrien y más que nada nos quiere ver juntos. Nuestros pequeños igual están muy felices y emocionados por nuestro compromiso. Ellos más que nada quieren ver a sus padres juntos.

Hoy estamos aquí en el convento con motivo de la kermés que estamos haciendo a beneficio de este.

—Felicidades chicos por su compromiso—nos felicitan la madre superiora y el padre Aurelio. Les contamos sobre nuestro compromiso.
—Muchas gracias—contestamos.
—Me alegro que por fin puedan estar juntos, espero que está vez nada ni nadie los separe—nos dice el padre Aurelio.
—No te preocupes tío, está vez no permitiré que me alejen de la mujer que amo—le contesta abrazándome.

Yo sonrió.

Yo también es lo que más deseo, que nadie ni nada nos separe.

Nos ponemos a convivir en la kermés. Adrien plática con su padre, tío y hermano. Yo estoy con Solet, la madre de Adrien, las monjas.

Los niños están jugando.

—Hola Leti—me saluda Alejandro.
—Hola—sonrío.
—¿Cómo estás?
—Bien, ¿Y tú?
—Bien, oye lamento lo de ese día en la empresa, no quería causar problemas—me dice apenado.
—No tienes porque pedir disculpas, no hiciste nada malo—le contesto. No tiene porque pedir disculpas, no hizo nada malo.
—Gracias, supongo que Adrien te contó porque me odia, ¿Verdad?—me pregunta y yo asiento—no me perdona por lo que hizo mi hermano—suspira.
—Tú no tienes la culpa, tú no eres responsable de lo haga tu hermano, él fue el que falló no tú—le contesto.
—Adrien no lo ve así—dice mirando a Adrien platicando—apartir de ahí todo cambió, él y yo éramos mejores amigos, pero ese día déjanos de serlo, ahora él me odia y me culpa por eso.

Noto un poco de tristeza en sus palabras.

—Yo lo lamento, sé que Adrien no tiene porque tratarte así, tú no eres culpable de lo que hizo tu hermano.
—Yo me enojé con mi hermano por eso, le dije que no podía creer que fuera capaz de hacer algo así y mucho menos a nuestro mejor amigo, él no le importó, de hecho Bastian hace días peleó con él.
—Lo sé, se lo contó a Adrien.
—¿Adrien sabe que Christian está aquí?—pregunta sorprendido.
—Si, si lo sé y quiero que le digas a ese hijo de perra que si lo veo, es hombre muerto, no te quiero a ti y ni a ese infeliz cerca de mi familia y mucho menos de MI mujer—le contesta y me toma de la cadera.
—Adrien—lo miro.
—Nos vamos—me lleva con él. Yo le doy una mirada de lo siento a Alejandro.
—Felicidades a ambos por su compromiso—nos dice.
—Gracias—le contesto y voy con Adrien.
—¿Todo bien?—nos pregunta su padre.
—Si papá, todo bien—le contesta y me da un beso.
—Adrien tenemos que hablar—lo miro.
—Si claro— caminamos y vamos a un lugar más privado. La oficina del padre Aurelio—¿Que es lo que quieres hablar?
—Es sobre Alejandro—lo miro.
—Ya hablamos sobre eso—me dice serio—y creo que ya te dejé muy claro que no lo quiero cerca tuyo ni de los niños.
—No vas a impedir que sea amiga de él—lo miro—Alejandro es un buen hombre, no te ha hecho nada ni a ti, ni a mí o a los niños.
—Es el hermano del imbécil con él que mi mamá fue infiel a mi papá, ¿Se te hace poco?—me contesta molesto.
—Alejandro no tiene la culpa de lo que su hermano hizo, aquí el culpable es su hermano no él.
—¿Lo estás defendiendo?—aprieta la mandíbula. Puedo notar por su mirada que está furioso.
—Simplemente me parece injusto que odies a Alejandro cuando el no hizo nada malo, su único pecado es ser hermano de ese hombre, él me contó que hasta discutió con él por eso, él no estuvo de acuerdo con lo que si hermano hizo—le confieso.
—¿Y tú le crees?, Por favor—ríe—ese hombre miente, es igual que su hermano.
—Bastian es tu hermano y no veo que él sea como tú—lo miro—ustedes son muy diferentes, además él perdonó a tu madre sin ningún problema, no justifico lo que hizo tu madre, pero supo que no podía odiar a la mujer que lo trajo al mundo.
—Bastian era chico cuando pasó—me contesta serio.
—Era adolescente, sabía lo que estaba pasando.
—Ya no quiero hablar sobre eso, quiero que te mantengas alejada de él—me advierte.
—Lo siento pero no te pienso obedecer, te amo y no sabes cuánto, pero Alejandro no es una mala persona, él salvó mi vida y estoy agradecida con él, lamento que su amistad haya terminado, no te pido que vuelvan hacer amigos, pero si que no lo trates así, que no lo culpes de algo que él no hizo—le contesto y salgo.

Esta vez no pienso hacerle caso. Amo a Adrien pero lo que está haciendo no está bien. No pido que sean amigos de nuevo, pero si que cambie su actitud con él.

Pobre Alejandro no me imagino por lo que debió pasar. Pagar por algo que él no hizo.

—Leticia—me dice Adrien saliendo detrás de mí.
—Adrien ya hablamos, creo que dejamos ya todo claro, te amo pero no puedes decirme a quién hablarle y a quien no—suspiro.

Adrien me toma y me besa. Yo le sigo el beso.

—Te amo y no te pienso perder—me dice tomándome de las mejillas.
—Te amo—sonrío.
—No vamos a discutir por algo sin importancia, dijimos que no vamos a permitir que nada ni nadie podrá separarnos.
—Así es, así lo dijimos.

[***]

—¿Todo bien con Adrien?—me pregunta Solet.
—Perfecto—le contesto sonriendo.

Adrien y yo estamos mejor que nunca. Ya hablamos y dijimos que no dejaríamos que nos separaran. También dijimos que no abría secretos entre nosotros. Habría comunicación.

—Me alegro que estén bien—sonríe.
—Gracias, ¿Y como vas con los preparativos de tu boda?—le pregunto.
—Fatal, aún no he encontrado el vestido perfecto para la boda, necesito ayuda—me contesta.
—Yo te ayudo—sonrío.
—Te lo agradezco—me dice aliviada.
—No me agradezcas, para eso estamos las cuñadas y las amigas.
—¿Y como esta este bebé?—le pregunto acariciando su vientre.
—Pues bien, creciendo sano y fuerte—me contesta.
—Que bien—sonrío.
—¿Y ustedes cuando se piensan casar?—me pregunta. Aún no hemos hablado sobre eso.
—En dos meses—contesta Adrien—en dos meses Leticia se convertirá por fin en mi mujer.
—¿En dos meses?—le pregunto sorprendida.
—Si, en dos meses nos casamos mi amor—me contesta. Me da un beso.

Sonrío.

—Que bien—nos dice Solet—de ante mano les deseo lo mejor y que nada ni nadie los separe—nos dice.
—De eso estate segura, no voy a dejar que nadie me aleje de la mujer que amo—le contesta Adrien.

Ni yo voy a dejar que nadie me separe del hombre que amo. Adrien lo es todo para mí. Lo amo y sé que él a mí también.

Esta vez lucharemos y nuestro amor vencerá a todos aquellos que no quieren que estemos juntos. Aunque algo me dice que no será tan fácil. Pero tampoco será imposible. Esta vez no dejaré que Salomé o Ericka intenten ponerme en contra de Adrien. Esta vez no le daré gusto.

Estoy dispuesta a luchar por él, contra quién sea.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora