Capítulo 38

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Y tal como lo prometí. Estoy siguiendo con mi vida, aunque no miento, no ha sido fácil.

Extraño a Adrien. Pero la vida sigue y está vez me prometí y juré olvidarlo.

<<Eso nunca podrás, no podrás olvidar a tu único y verdadero amor>>me dice mi subconsciente.

Pues lo intentaré...

Intentaré olvidarlo y que ya no me duela verlo con Ericka. Aún no creo que tan rápido él haya vuelto con ella.

De inmediato corrió a sus brazos.

Aún sigo en Francia, pero solo serán por un tiempo.

Volveré a México.

Aquí no tengo nada que hacer. Ya nada me detiene. Alejandro me ha pedido que no me vaya y que le ayude con la empresa de su padre. Ya que no puede el solo. Tiene que estar en el hospital y atender la empresa.

Mi familia sabe sobre mi embarazo. Les hice jurar que no se lo dirían a Adrien. No por ahora.

Quiero que sepa cuando ya se me note. No quiero arruinar su felicidad con Ericka.

Tocan la puerta.

Voy abrir.

Es Adrien.

—Vine por los niños, los llevaré al cine, hoy se quedarán conmigo—me contesta con indiferencia.
—Si, ¡Niños!—los llamo—¡Su papá está aquí!
—¡Papi!—corren mis angelitos abrazarlo.
—Hola mis amores—les dice y los abraza sonriendo.

Tiene la sonrisa más bonita que he visto.

<<Leticia, controlate>>digo en mi mente.

—Papi, mami se ha sentido mal, ha vomitando varias veces—le dicen mis niños.

Oh no...

No quiero que sospeche.

—¿Estás bien?—me pregunta.

¿Se está preocupado por mí?

Osea que primero me trata con indiferencia, ¿y ahora le importo?

—Si, solo es algo que me cayó mal, eso es todo—le contesto—mis amores diviertanse y por favor no le den problemas a su padre—le digo a los niños.
—Ok mami—me contestan.
— Cuídamelos
—No te preocupes, estarán bien.
—Hola—dice Alejandro llegando.
—Alejandro—decimos los niños y yo.
—Hola—le contesta serio Adrien—vámonos niños—les dice a los niños.

Los niños se despiden de mí y de Alejandro.

—¿Todo bien?—me pregunta Alejandro.
—Si, todo bien—le contesto.
—¿Como vas con tu embarazo?—me pregunta.
—Bien, el bebé va creciendo sano y fuerte—le contesto acariciando mi vientre.
—Me alegro y ahora más que nada te voy a cuidar—me advierte—nada de hacer cosas pesadas, debes descansar, tu madre ya me advirtió que te deja en mis manos y que te tengo que cuidar.

Mis padres y mi hermana tuvieron que volver a México por asuntos del trabajo de papá.

Pero eso sí. Me dejó muy advertida que cuidara mucho.

Yo le prometí que lo haría.

Otra cosa también que me pidió es que se lo diga a Adrien. Que él merece saber que estoy esperando un hijo de él.

Yo le contesté que aún no sabía si era lo correcto decírselo. Él está saliendo con Ericka y no quiero arruinar su relación.

<<¿Cómo ella si arruinó la tuya?>>me dice mi subconsciente.

Ericka no la arruinó.

Fui yo la que la arruinó por mi miedo y por mi inseguridad.

Pero bueno...

Lo hecho hecho está y ya no hay marcha atrás. Ahora tengo que seguir con mi vida y ser fuerte por mis niños y por este bebé que viene en camino.

—Muchas gracias—sonrío.

Alejandro ha sido un ángel para mí.

—De nada, ¿Que te parece ir al convento?—me pregunta—así te distraes y te sientes mejor.
—Si, vamos—le contesto sonriendo.

Los niños están con su padre, así que iré con Alejandro a visitar el convento. Estar ahí me hará bien.

<<Ahí fue donde conociste a Adrien, estúpida>>me dice mi subconsciente.

Tiene razón...

Ya lo había olvidado...

Ahí fue donde nuestras historia comenzó. Dónde mi destino de ser monja cambió.

[***]

—¿Cómo ha estado?—me pregunta la madre superiora.
—Bien—le contesto.
—Supe que tú y el señor Fournier terminaron—me dice la madre superiora.
—Si, Así es—le contesto.
—Lo lamento.
—No se preocupe, yo ya lo supere.

Que mentirosa soy.

Jamás podré superar al amor de mi vida. Adrien es el amor de mi vida.

Pero por mi miedo y por mi inseguridad lo perdí y está vez para siempre.

Ahora solo me queda seguir con mi vida y dedicarme a mis hijos. Ellos ahora son lo más importante.

Seguimos platicando. Cambio el tema, para que ya no me mencione a Adrien.

Ahora más que nunca debo olvidarlo.

<<Aunque yo sé que eso será imposible, un amor como el que él y yo tuvimos nunca se olvida>>me repito en mi mente.

Alejandro y yo vamos ver a los niños que están en el jardín.

Al verme los niños corren y me abrazan. Yo los abrazo también.

Me gusta estar aquí.

—Leticia—me dicen los niños.
—Díganme—los miro.
—La queremos de nuevo en el convento, queremos que usted nos de clases—me contestan.

Me sorprende que me lo pidan ahora.

—¿Acepta?—me pregunta una niña.
—Nos encantaría que usted volviera a dar clases aquí Leticia—me dice la madre superiora.
—Acepto—contesto gustosa—acepto volver a ser su maestra—les contesto a los niños.

Los niños se ponen felices con la noticia.

Yo encantada de volver a dar clases.

Ahora tengo que darles la noticia a mis padres de que me quedaré y no volveré a México como se los había dicho.

—Bueno pues bienvenida de nuevo al convento Leticia—me dice la madre superiora y las monjas.
—Muchas gracias—sonrío.

No puedo creer que vaya a volver al convento.

—¿Por qué todos festejan?—pregunta el padre Aurelio.

Esta con los niños y Adrien.

—Leticia acepto volver a ser nuestra maestra—contestan felices los niños.
—Oh, que bien, Leti, bienvenida—me dice el padre.
—Muchas gracias padre, no sabe lo feliz que estoy de volver y darle clases a los niños.
—Mami, entonces eso quiere decir que, ¿Nos quedamos?—me preguntan mis niños.
—Así es mis amores, nos quedamos—les contesto.
—¿Oíste papi?, mami dice que nos quedamos—le dicen a Adrien felices.

Sé que esto los pone felices porque estarán más tiempo con su padre y una parte de mí también se alegra por eso.

<<Y porque no quieres estar alejada de él, acéptalo>>me dice mi subconsciente.

Tiene razón...

Una parte de mí también quiere estar cerca de él. Tal vez no estaremos juntos, pero al menos lo podré ver.

Aunque no sé si eso me haga bien.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora