Esperamos nuestro vuelo. Ya quiero irme cuánto antes. Antes de que Adrien llegue e intente detenerme.
—Pasajeros del vuelo mil doscientos uno, con destino a México, favor de abordar—dicen.
—Ese es nuestro vuelo—les digo a mis niños. Nos levantamos y caminos para subir al avión.
—¿A donde creen que van?—dicen.Volteamos.
—Papi—dicen los niños. Yo no lo puedo cree—¿Viniste a despedirte?—le preguntan.
—No, vine por ustedes, ustedes no se van a ir—les contesta mirándome furioso.
—Lo siento Adrien, pero tengo que volver con mis hijos a México, tengo asuntos que arreglar—le contesto seca. No quiero que mis hijos sepan porque motivo nos vamos.
—No te vas a ir con mis hijos, no ahora que sé de su existencia, no vas alejarlos tan pronto de mí—me advierte.
—Pues lo lamento, mis hijos y yo nos vamos—le contesto lo más firme que puedo—vamos niños.Caminamos. Pero antes de que dé otro paso, soy levantada y cargada como costal de papas.
—Tú y mis hijos no se van, no por ahora—me dice furioso Adrien.
—¡Bájame Fournier!—pataleo.
—No, Bastian, llévate a mis hijos y las maletas, Leticia y yo vamos hablar—le dice a Bastian. Del cual no me había dado cuenta que estaba ahí.
—Adrien, no te atrevas, ¡Bájame!—sigo pataleando. Mis niños ríen junto con Bastian al ver la escena.Adrien ignora mis súplicas. Sigue caminando conmigo cargada en hombros.
—Adrien, basta—le digo molesta.
No me responde, me sube al auto. Veo a Bastian ir con mis hijos y nuestras maletas en otro auto.
Adrien sube al auto.
—Adrien, basta—le digo molesta—no tienes porque hacer esto.
—Soy el padre de tus hijos— me contesta y conduce.
—Ah, ¿Ahora sí son tus hijos?—lo miro molesta.
—Lo son y no me vas alejar de ellos, no por ahora—sigue conduciendo.
—Tú no mereces que los niños te quieran, no después de haber dudado que son tuyos.Sigo molesta e indignada con él. No merece que los niños lo quieran.
—Son mis hijos y no te los voy a llevar—me advierte.
—Jodete—le contesto. Veo por la ventana.
—Leticia—suspira—por favor, hay que hacer el intento por llevarnos bien por los niños, yo sé y reconozco que dude que los niños fueran míos, me dejé llevar por la duda, yo...
—Te dejaste llevar más bien por tu prometida—lo interrumpo—así que lo mejor es que nos vayamos mis hijos y yo, ya no te molestaremos más.
—No te los vas a llevar, así que quítate esa idea de la cabeza.
—No estés muy seguro.Nos quedamos callados. Por una parte Adrien tiene razón. Debemos llevarnos bien por los niños, pero en estos momentos estoy molesta y lo único que quiero es irme con mis hijos a México.
Llegamos a la casa de los padres de Adrien. El auto de Bastian está ahí, así que mis niños están con él.
Bajo del auto y camino.
—Leticia, tenemos que hablar—me detiene.
—Tú y yo no tenemos nada de que hablar, no quiero volver a verte en mi vida, fue un error haber venido aquí para que mis hijos te conocieran, no mereces que te quieran—me suelto de su agarre.
—Oh no tú y yo vamos a hablar, quieras o no, deja de comportarte como una niña pequeña—me dice molesto y me lleva con él.Entramos a la casa.
—Chicos—dice la madre de Adrien.
—Leticia y yo hablaremos en el despacho de papá, mamá, por favor que nadie nos moleste—le contesta a su madre.
—Ok cariño, cualquier cosa no duden en llamarnos.Asiente y me lleva al despacho de su padre.
Entramos y cierra la puerta con seguro.
—Ahora si, tú y yo hablaremos y dejaremos las cosas en claro—me mira y me suelta.
—Las cosas ya quedaron en claro, no quieres estar en la vida de tus hijos, tú mismo lo dijiste no son tuyos—le contesto seria.
—Yo nunca dije que no quiero estar en la vida de mis hijos, lamento que haya dudado, lo reconozco, pero quería estar seguro por eso fue que hice que los niños se hicieran la prueba de ADN, no quería encariñarme con unos niños que no fueran míos—me confiesa.
—¿Me crees capaz de decirte que son tus hijos, cuando no lo son?—le pregunto incrédula. No puedo creer que me crea capaz.
—Yo lo lamento, no sé que creer, pero ahora que sé que son mis hijos, te pido que me des la oportunidad de estar en sus vidas, por favor, no me apartes de ellos—me suplica.
—No te lo mereces—le contesto sin mirarlo a la cara.
—Leticia, por favor—me suplica.
—Está bien—le contesto. No puedo hacerle esto a mis hijos. Ellos merecen convivir con su padre.Aunque esté no se los merezca.
—Gracias y perdóname.
—No lo hago por ti—le contesto seria—lo hago por mis hijos, ellos tienen la ilusión de conocerte y tenerte en sus vidas, eso es algo que no se los puedo negar, pero una cosa te voy a pedir, no quiero que tu prometida este cerca de ellos, esa mujer no los quiere y no quiero que los lastime, porque si yo me llego a enterar que esa mujer les hace o les dice algo, no se la va acabar, ¿Está claro?—le advierto.
—Hablaré con ella, igual no le permitiría que les hiciera o dijera algo a mis hijos—me asegura.
—Ok, está bien, yo tengo que ir con los niños—le digo y camino a la puerta.Pero soy detenida por él.
—¿Que pasa?—le pregunto confundida.
—Perdoname—me dice.
—¿Perdonarte?, ¿Por qué o qué?—le pregunto aún sin entender.
—Por esto—me besa.Yo estoy en shock. No lo puedo creer, me está... está besando. Le sigo el beso. Sus labios son tan suaves, tan dulces. Extrañaba besarlo y sentir sus labios sobre los míos. Encajan tan bien.
Pero...entro en razón.
No está bien lo que estamos haciendo, no es correcto. Él está comprometido y por muy mal que me caiga su prometida, no se merece que le hagamos esto. Y sobretodo debo respetarme como mujer y no caer tan bajo, como hacer esto.
Lo empujo y le doy un bofetada.
—No vuelvas a besarme—le advierto molesta—que te deje ver a mis hijos no quiere decir que vamos a volver tú y yo, no confundas las cosas, no olvides que estas comprometido—salgo molesta y lo dejo con la palabra en la boca.
No puedo cree que se atreva a besarme estando comprometido. Definitivamente está mal este hombre.
<<Pero no puedes negar que te gustó>>me dice mi subconsciente.
Por supuesto que no me gustó. No sentí nada.
<<Eso ni tú te lo crees, querida>>me vuelve a decir mi subconsciente.
Lo ignoro.
<<¡Ja! Me ignoras porque sabes que digo la verdad>>me dice otra vez mi subconsciente.
Lo que hice estuvo mal y punto.
No dejaré que vuelva a pasar, no voy a dejar que Adrien vuelva a besarme. Debe de entender que lo nuestro ya es pasado. Que nuestra historia llegó a su final y que debemos ser felices cada quien en su camino y con diferentes personas.
Que no estamos destinados a estar juntos.
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Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️
RomanceHace tres años que Leticia dejo a Adrien Fournier. Hace tres años que dejó París y todo su pasado atrás. Ahora está decidida a comenzar de cero, decidida a comenzar un nueva vida. Dejando en el pasado a ese hombre que no solo marcó su cuerpo, si n...