Capítulo 43

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Volteamos a ver.

—Salomé, ¿Qué haces aquí?—le pregunta Adrien.
—Solo pasaba a saludar—le contesta con una sonrisa.
—Será mejor que te largues—le advierto.

No estoy de humor para soportar sus provocaciones, está vez le daré una lección.

—Tranquila, ya me iba, vaya que agresiva eres—me contesta poniendo los ojos en blanco—Por cierto, ya te dijo Adrien que él y yo nos besamos aquí.

¡Que!

Eso no puede ser cierto.

Miro a Adrien.

Está vez no va a lograr separarnos, si eso es lo que busca.

—Salomé, basta por favor, será mejor que te vayas—le dice Adrien.
—¿No le dijiste?—le pregunta sorprendida—vaya, creí que lo sabías, perdón mi indiscreción—sonríe.

Yo estoy que echo fuego. En cualquier momento le voy a dar una paliza, una paliza que no olvidará.

—No te creo nada—le contesto molesta—lo dices para que Adrien y yo discutamos, ¿Pero que crees?, No te va a salir.
—¿No me crees?, Pregúntale a Adrien, él y yo nos besamos aquí, el pobre estaba tan mal y yo solo le brinde apoyo, no podimos resistirnos y nos besamos—sonríe.
—Tú me besaste, yo ni siquiera te seguí el beso—le contesta Adrien molesto.
—Nos besamos y eso no lo puedes negar Adrien—le contesta con una sonrisa.
—Entonces si es cierto—lo miro sin poder creerlo.
—Amor, no es como lo piensas, déjame explicarte—me mira suplicante.
—Eres un idiota—le contesto molesta y camino.
—No sabes cómo besa, sus labios son tan deliciosos—me dice Salomé, para burlarse de mí.

Volteo y le doy un bofetada, hago que se caiga.

—Esto lo debí de haber hecho hace mucho tiempo—le digo furiosa—te ODIO.

Camino molesta.

—Amor, espera—viene detrás de mí.

Yo lo ignoro.

No puedo creer que se haya besando con esa estúpida.

Camino y voy con Bastian y Solet.

—Leti, ¿Qué pasa?—me preguntan preocupados.
—Yo voy a volver a casa chicos, diviertanse—les digo y sigo caminado. Los dejo confundidos.

Salgo y camino por la calle.

Busco un taxi.

—¡Leticia!—me llama Adrien. Yo lo ignoro y camino más rápido—Leticia, espera—me detiene—tenemos que hablar.
—Suéltame, tú y yo no tenemos nada que hablar—me suelto molesta.
—Claro que si, tú y yo hablaremos, quieras o no—me advierte.
—NO, tú y yo no vamos hablar, y para tu información yo también me bese con Alejandro—le confieso.
—¡Que!—me dice en shock—¿Te besaste con ese idiota?—me pregunta molesto.
—Si, fíjate que sí, ahora estamos a mano—me volteo e intento caminar.

Él me detiene.

—Tú eres mía—me dice y me carga.
—¡Adrien, bajáme!—pataleo.

Él me ignora y me sube al auto.

Me lleva a no se a dónde. Yo voy molesta, veo por la ventana.

Llegamos a una pequeña playa.

—¿Qué hacemos aquí?—le pregunto confundida.
—Aquí hablaremos—me contesta y baja del auto. Me abre la puerta.

Yo bajo no muy convencida.

Caminamos por la playa.

Hay una cama con velas al rededor.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora