Capítulo 22

2.1K 71 0
                                    

—Contéstame, ¿Vas a darme la toalla o seguirás deleitándote con la vista?—me dice riendo.
—Quisieras fíjate—ruedo los ojos—aquí tie...

No me da tiempo de terminar porque me toma y pega a él.

—¿Decías?—me susurra en el oído y muerde el lóbulo de mi oreja. Inmediatamente mi cuerpo reacciona a él.

Me maldigo por eso.

<<Por favor Leticia, ten fuerza de voluntad>>me digo a mi misma.

Aunque en el fondo quiero besarlo. Pero no puedo. Me prometí que no volvería a pasar nada entre nosotros. Tengo que resistir ante la tentación.

—Adrien...suéltame y toma tu toalla—le digo nerviosa.
—No puedo olvidar lo que hicimos en el baño, sueño con ese momento, me gustaría repetirlo—sigue susurrando en mi oído. Mi piel se eriza y cierro los ojos. Estoy excitada y he mojado mis bragas—puedo sentir que ya has mojado tus bragas, sé que te mueres porque te lo haga aquí en la regadera, te mueres porque te vuelva hacer mía.
—Adrien—se me escapa en un gemido. Dios, tengo que resistirme. No puedo caer nuevamente en su juego.

<<No te resistas Leticia, sabemos que te mueres tu también porque te haga suya>>me dice mi subconsciente.

No lo puedo negar. Deseo que me haga suya ahora mismo. Deseo sus manos recorriendo cada parte de mi cuerpo.

No puedo más.

<<A la mierda la razón>>digo en mi mente.

Lo beso.

Él me sigue el beso y me empieza a desnudar.

En un dos por tres estoy desnuda. Me toma y entramos a la ducha. Nos seguimos besando.

Dios se siente tan bien. Soy adicta a sus besos, a sus caricias. Me encanta la forma en como me besa y toca mi cuerpo.

Me carga y me recarga en la pared. Antes de que me dé cuenta entra en mí. Suelto un gemido. Se siente tan bien, es como si estuviera tocando el cielo.

Adrien se mueve y yo me aferro a sus hombros para no caerme. Disfruto al máximo. Estoy cegada por el deseo.

—Adrien—gimo cuando se empieza a mover más rápido. Él besa mi cuello. Yo disfruto.

Se sigue moviendo.

—Te amo—me dice mientras me hace suya.
—¿Eh?—digo entre un gemido. Él se detiene y me mira.
—Te amo, vuelve conmigo—me dice aún mirándome. Yo no sé que decir. Estoy en shock—sé que la última vez yo la cagué, dude de ti, me dejé llevar por los celos, pero no podía imaginar la idea de que la mujer que amo estuviera viéndome la cara y con mi propio hermano, sé que mandé a mi hermano al hospital y es algo que no me perdono, me culpo día con día lo que hice, incluso le pedí perdón, también le pedí perdón a mi madre por como la había tratado, tú me ayudaste a perdonarla y acercarme más a ella, cuando me dijiste que tenía cáncer fue un valde de agua fría para mí, fue ahí cuando me dí cuenta que podría perderla y ahora sí para siempre, me dolió que te fueras así, me volví alcohólico y mis padres me enviaron a rehabilitación, no quería ir, pero por mi madre lo hice, ella me necesitaba, estaba tomando sus quimioterapias y necesitaba el apoyo de todos nosotros de su esposo y de sus hijos,¿Sabes?, Quise ir por ti a México, pero mis padres me dijeron que no estaba bien, que no estaba en las condiciones que debería estar para hablar contigo, así que les hice caso, me prometí que en cuanto estuviera recuperado, iría por ti, pero después supe que te habías casado, me dolió, me dolió como no tienes idea, fue ahí cuando conocí a Ericka, intenté rehacer mi vida, así como tú lo habías hecho, pero se me hizo imposible porque aún estabas y estás en mis pensamientos, aún te amo, por favor dame una oportunidad, volvamos a estar juntos, seamos esa familia que tanto anhelamos, por favor mi amor, ya no nos hagamos sufrir sin estar el uno sin el otro—me súplica.

Yo no sé que decir...

Su confesión me ha dejado sin habla, no me imagino por lo que tuvo que pasar cuando me fuí. Ambos sufrimos al no estar juntos, porque no puedo mentir que yo también lo extrañé. Cada vez que miraba a mis angelitos, él venía a mi mente.

Veo en su rostro decepción. Intenta bajarme. Pero yo lo detengo. Me mira.

—Te amo, te amo Adrien Fournier—le contesto y lo beso. Lo beso tiernamente. Diciéndole con mi beso, lo mucho que lo amo y lo mucho que lo eché de menos.
—Te amo—sonríe en medio del beso.
—Yo más—sonrío—ahora sigue en lo que estabas—lo miro seria.
—Entonces, ¿Si vas a volver conmigo?—me pregunta riendo.
—Por supuesto mi amor—sonrío y le robo un beso.
—Te amo—sonríe y se empieza a mover.
—Te amo—digo en un gemido. Estoy feliz. Esta vez voy hacer feliz con el hombre que amo y nada ni nadie podrá separarnos.

Esta vez nuestro amor será más fuerte. Por fin podremos ser la familia que tanto hemos deseado.

Me hace el amor con delicadeza. En casa beso y cada caricia me dice lo mucho que me ama. Yo también lo amo. Lo amo con todas mis fuerzas y todo mi corazón.

Llegamos al clímax.

Estamos agotados. Nuestras respiraciones están agotadas. Tratamos de reponernos.

—Te amo Leticia Ramírez, te amo más de lo que te imaginas—me dice tiernamente acariciando mi mejilla.
—Te amo Adrien Fournier—sonrío enamorada. Me llena de besos. Pero recuerdo lo que me dijo anoche cuando lloró —amor, ¿Por qué llorando me dijiste que habías perdido a la mujer que amabas?—le pregunto curiosa.
—Porque creí que te había perdido, me enojé tanto conmigo mismo, por no haber luchado por ti, creí que tú ya no me ambas, que jamás estaríamos de nuevo juntos—me dice con tristeza.
—¿Te referías a mí?—pregunto sorprendida.
—Si mi amor—me roba un beso.
—Pues no me has perdido, aquí estoy contigo mi amor y está vez será para siempre—acaricio su mejilla.
—Si, está vez no te pienso dejar ir—me abraza.
—Ni yo pienso irme—sonrío. Pero recuerdo mi trabajo—aunque hay un problema amor, yo tengo un trabajo y los niños están en la escuela—lo miro.
—Oh no, no los dejaré ir otra vez, puedes renunciar a tu trabajo y cambiar a los niños, los meteremos aquí a un colegio—me dice seguro.
—Oye, no quiero dejar de trabajar—lo miro frunciendo el ceño.
—Pues trabajaras para mí, pero usted señorita Ramírez se queda conmigo—me asegura.
—Ok mi amor, yo encantada—sonrío.

Nos besamos. Todo esto parece un sueño. Un sueño del cual no quiero despertar. Esta vez seremos felices. Algo en mí dice que así será.

Terminamos de ducharnos. Nos sacamos.

—Te amo—me dice abrazándome por la cintura.
—Te amo—sonrío.
—Hora de vestirnos, aunque por mí fuera me quedaría en la habitación haciéndote todo el día el amor—me confiesa y me da un beso en mi cuello.
—Amor—digo sonrojada. Aunque la idea no está mal.

A mí también me encantaría.

[***]

—Chicos—nos dicen los padres de Adrien. Miran que estamos tomados de la mano—¿De que nos perdimos?
—Leticia y yo volvimos—les da la noticia Adrien.
—Oh por Dios, felicidades—dice emocionada su madre y nos abraza.
—Gracias mamá—sonríe Adrien. Yo sonrío.
—Me da gusto que hayan vuelto, pero eso no se me olvida que tenemos que hablar Adrien—le dice su padre.
—Si papá.

Sé que van hablar de lo que pasó anoche. Solo espero que no termine otra vez en una discusión. No quiero que él y su padre vuelvan a discutir. No ahora que estamos bien.

Les damos la noticia a los niños. Los cuales se ponen felices al saber que sus padres están juntos de nuevo. Nos hacen prometerles que no volveremos a pelear y a separarnos. Nosotros se los prometemos. Esta vez no nos van a separar.

Estamos en el jardín. Los niños juegan. Adrien y yo estamos abrazados.

Aún no puedo creer que esto esté pasando.

—Adrien—dicen y volteamos a ver.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora