Capítulo 34

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Llegamos a nuestro departamento.

Suena el teléfono de Adrien.

—Voy a contestar amor— me dice.
—Si amor—le doy un beso. Adrien sonríe y va a nuestra habitación.

Yo me siento a descansar. Mensajeo con mi hermana. Me pregunta si estoy bien y como nos la estamos pasando en nuestra luna de miel adelantada. Yo le contesto que estamos bien. Gracias a Dios estamos bien y muy pero muy felices. Estamos ansiosos porque se llegue la boda y poder convertirnos en marido y mujer.

Ella también está feliz por ambos. Esta feliz porque Adrien y yo por fin estamos juntos. Y más juntos que nunca <<eso lo puedo asegurar>>. Esta vez nadie nos podrá separar. Esta vez el destino nos está dando una segunda oportunidad y no la vamos a desaprovechar.

Penélope me dice que tenga cuidado de Salomé y de Ericka. Que esas mujeres son de armas tomar y que no van a descansar hasta vernos a Adrien y a mí separados. Le digo que no se preocupe que NO voy a dejar que eso pase, que yo también sé defenderme y no me sé dejar.

Dejo de mandar mensaje con mi hermana. Adrien sale y lo veo preocupado.

—¿Qué pasó?—me levanto y le pregunto preocupada. Temo lo peor.
—Mamá está en el hospital—me contesta con un nudo en la garganta.

Yo no puedo creerlo. ¿Cristina en el hospital?

—Oh por Dios—digo preocupada. No puedo cree que ella esté en el hospital.
—Tenemos que volver, necesito estar con ella—me dice.
—Claro mi amor—asiento.

Empezamos a empacar nuestras cosas. Pido a Dios que Cristina esté bien. Que todo salga bien.

[***]

—Adrien, Leticia—nos dice el señor Fournier. Esta con Anne-Marie y el padre Aurelio.
—¿Cómo está?—le pregunta Adrien.
—Aún no nos dicen nada, la están revisando—le contesta su padre—pero temo que el cáncer volvió.
—No, no puede ser, ¡Carajo!—dice furioso y da un puñetazo a la pared.
—Amor cálmate—trato de calmarlo. No me gusta verlo así. Eso no ayuda en nada a Cristina.
—Como me pides que me calme, cuando mi madre puede volver a tener cáncer—dice aún furioso.
—Adrien, cálmate, eso no le ayuda a tu madre—lo miro.
—Leticia tiene razón mi niño, ponerse así no le ayuda en nada a su madre—le dice Anne-Marie.
—Tenemos que tener fe sobrino, hay que pedir a Dios por la salud de Cristina—también dice el padre Aurelio.
—En estos momentos la fe no sirve—dice molesto Adrien y sale. No puedo creer que diga eso.
—Adrien—salgo detrás de él.

Adrien me ignora y sigue caminando.

—Adrien—lo detengo.
—No quiero hablar con nadie Leticia, necesito estar solo—me contesta serio. No puedo creer que se comporte así.
—¿Es enserio?—no puedo creerlo—no puedo creer que te pongas en este plan, ahora que tu madre te necesita—le contesto molesta.
—Tú no sabes nada—me dice molesto.
—Ok perfecto, haya tú—le digo aún molesta y entro al hospital.

No puedo cree que se ponga en ese plan y justo ahora que lo necesita su madre. Entiendo que esté mal en este momento, que se sienta imponente. Pero esa no es la solución, su madre necesita que esté con ella. Yo lo amo y me duele verlo así, pero su actitud ante esta situación no es la correcta.

Dios no tiene la culpa de lo que le está pasando a Cristina. Yo sé que es valiente y saldrá de esta.

Regreso con la familia de Adrien.

—¿Adrien?—me preguntan.
—Está molesto, no sabe cómo llevar está situación—contesto.
—Dale tiempo, él ahora necesita relajarse y estar bien para su madre—me dice el señor Fournier.
—Yo lo comprendo, pero esa no es la forma de llevar esta situación, su madre lo necesita—suspiro.
—Adrien—dicen. Yo volteo y lo veo. Pero inmediatamente me volteo. Estoy un poco molesta con él.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora