Capítulo 40

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—No puedo creer que estés embarazada—me dice Solet feliz.

Ya saben que estoy esperando un hijo de Adrien.

—Ni yo—sonrío.
—¿Por qué no nos dijiste?—me pregunta Cristina.
—Yo no quería arruinar el compromiso de Adrien con Ericka, por eso no se lo había contado—le confieso.
—Tranquila que no arruinaste nada, Adrien sigue en pie con la boda con ella—me contesta Solet.
—Que bien—sonrío.
—¿No te duele?, ¿Ya no amas a mi hijo?—me pregunta Cristina.
—Lo quiero si, pero ahora cada quién hará su vida por su lado, él es el padre de mis hijos y ocupa un lugar muy especial en mi corazón—le contesto.

Espero que se lo crean.

Yo aún lo amo y amaré siempre.

Sé que fui una estúpida al irme así como así de la iglesia y no casarme con él. Pero lo hecho, hecho está y ya no hay vuelta atrás.

Ahora solo me queda seguir con mi vida y ser feliz.

Adrien se hará cargo de mi bebé y eso es lo importante. Yo por mi parte seguiré con mi vida, dando clases en el convento y quién sabe, tal vez me dé otra oportunidad amor.

Pero eso será más adelante.

Por ahora lo único que me importa son mis hijos y este bebé que viene en camino.

—Esta bien cariño, solo cuídate y cuida de mi próximo nieto—me dice Cristina acariciando mi vientre.
—No te preocupes Cristina, estaremos bien—sonrío—bueno, yo me voy, quedé con Alejandro en salir a comer con él—les digo tomando mi bolso.
—¿Están saliendo?—me preguntan.
—No, solo somos amigos—les contesto—nos vemos.

Me despido de ellas.

—Leticia—me dice Éricka.
—Ericka—le contesto.
—¿Qué haces aquí?—me pregunta.
—Vine a visitar a Cristina y a Solet, pero ya me voy—le contesto—compermiso.

Camino.

—Espero que te quede claro que Adrien y yo nos vamos a casar—me dice.

Yo me detengo y volteo.

—No te preocupes que yo ya lo sé—le contesto.
—También espero que por respeto a mi compromiso, no te pares tan seguido por aquí.
—¿Disculpa?, Aquí  la única que puede decirme que no venga es Cristina, que está es su casa, ¿Quedó claro?, Y no te preocupes que yo no pienso interponerme en su relación, no soy Salomé.
—Pues te recuerdo que la primera vez, tú te metiste en mi relación, te acostaste con él, ¿Oh ya se te olvidó?—me mira seria.

Vaya ya esta sacando a la luz su verdadero rostro.

—Eso no volverá a pasar, no tienes que preocuparte—le contesto.
—Más te vale y será mejor que no vengas por aquí, respeta que Adrien este casado, ah y por tus hijos no te preocupes que tendrán una buena madrastra, pero si me dan problemas, les haré la vida imposible—amenaza.

Oh no.

Eso sí que no.

Antes muerta que dejar que esa mujer se atreva hacerle daño a mis hijos.

—Escuchame bien, muy bien, porque no pienso decírtelo otra vez, con MIS hijos NO te metas, si yo me entero que llegas a tocarles un pelo, UN pelo, te vas arrepentir, ¿Entendiste?—le advierto.

Y espero que lo haya entendido, porque no respondo de mis actos. No voy a dejar que los lastime, ni ella, ni nadie.

Los voy a defender con uñas y dientes si es necesario.

—Uy la gatita sacó sus garras—me dice burlona.

Cree que le tengo miedo.

Pues está muy equivocada.

Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora