Dulce Tentación De Vuelta a Mi ✔️

Capítulo 46

LETICIA

Entra a mi habitación ese hombre, ¿Cómo dijeron que se llama?...Adrien, así su padre le dijo.

Entra con tres niños.

Dos de como cuatro años y un bebé de un año.

—Mami—me dicen los niños más grandes. Los cuales son gemelos.
—Ho... hola—les contesto nerviosa y algo tímida.

No recuerdo a estos niños.

—¿Qué pasa mami?—me preguntan preocupados—¿No nos recuerdas?—me miran tristes.

Me parte el corazón ver sus caritas tristes.

—Mami por lo pronto no recuerda niños, pero ya pronto nos reconocerá—les contesta Adrien.
—Su padre tiene razón niños, yo no los recuerdo por ahora, pero estoy segura que pronto los recordaré—les digo a los niños y sonrío.

No sé pero sentí una conexión rápida con estos pequeños.

—Ok mami, no te preocupes, nosotros te ayudaremos a recordarnos a nosotros y a papi—sonríen.
—Esta bien.
—Yo me llamo Adrián—contesta el niño.
—Yo me llamo Adriana—contesta la niña.
—Y él es Adriel, nuestro pequeño—me dice Adrien y me lo presenta.

Sonrío al verlo.

Es tan hermoso.

—¿Puedo cargarlo?—le pregunto.
—Por supuesto—me contesta.

Me da el niño y yo lo cargo.

Sonrío al tenerlo en mis brazos.

Es tan hermoso este bebé. Lo miro y este me sonríe, recarga su cabecita en mi hombro e inmediatamente una corriente eléctrica recorre mi cuerpo.

Mi corazón reconoce a este niño, pero...pero mi mente no puede recordarlo.

ADRIEN

Se ve tan hermosa con nuestro hijo cargado, tengo unas ganas de besarla. Me duele saber que no me recuerda y que no recuerda a los niños.

Pero le ayudaré a recordarnos, no pienso perderla, no ahora que nos vamos a casar.

—Es hermoso—me dice mirando a nuestro bebé.
—Es nuestro bebé, mi amor—le contesto sonriendo.
—¿Cómo dice que me llamo?—me pregunta curiosa.
—Leticia Ramírez—me contesta.
—¿De donde soy?
—Eres de México.
—Wow, que...que bien, lamento no poder recordar—dice con algo de tristeza.
—Nosotros te ayudaremos a recordar,por eso no te preocupes.
—Si, necesito recordar a mis hijos—mira a los niños.
—Y a mí, soy el padre de tus hijos y próximamente tu esposo—le confieso.
—¿Por eso traigo este anillo?—me pregunta mostrando el anillo puesto en su mano.
—Si, nos vamos a casar en una semana—le contesto.
—¿En una semana?—me pregunta sorprendida.
—Si.
—No...puedo casarme...no ahora, no lo recuerdo a usted—me mira.
—Oh no señorita, usted y yo nos vamos a casar, yo le ayudaré a recordarme.
—No creo que eso sea lo correcto, no ahora que no recuerdo nada, yo...yo no siento nada por usted.

Esto último me duele en el alma...

Me duele que me diga que no me ama, que no siente nada por mí, yo la amo y sé que en el fondo de su corazón me ama. Ella no me reconoce, pero su corazón si.

—Claro que si mi amor, yo te amo y sé que en el fondo de tu corazón, también me amas, tú no me reconoces, pero tu corazón si—le contesto.

Ni crea que se va a salvar de mi, ella será mi esposa, yo la haré recordar.

—Está bien, pero por favor deme tiempo, no recuerdo aún—me mira.
—Tranquila, tomate tu tiempo—le contesto.

Ella sonríe.