El Doncel Perfecto ~ NaruSasu ~

¡Habla De Una Vez!

En la comisaría, Nagi estaba en una de las salas de interrogatorios solo, mientras aguardaba ser interrogado por algún detective junto a sus padres.

Aparentaba estar tranquilo y sin inconveniente alguno, respiraba y se movía con sensual maestría provocando en todo aquel que lo viera intensos deseos sexuales.

El policía que debía vigilarlo en la sala sentía que con cada segundo que pasaba le costaba más mantener su máscara de frialdad, debido a la intena sensualidad del joven doncel.

En su mente lo violó incontables veces, lo torturó y volvió a abusar de él. Aquel doncel era exquisito en verdad, y era muy consciente de los estragos que su persona ocasionaba sobre los hombres y mujeres por igual.

Nagi empezó a desplegar sus encantos con ese policía, quien sudaba frío. Le sonrió con sensual interés al tiempo que apartaba sus dorados cabellos de su rostro de forma sexy respirando profundo.

Cuando sus miradas se cruzaron, la puerta se abrió dejando pasar a sus padres seguidos de un detective. El policía se retiró más excitado que nunca.

Naruto se sentó a su derecha mientras que Sasuke a su izquierda y el detective frente de Nagi. El joven doncel miró al oficial de la ley con indiferencia.

Cuando las preguntas arrancaron, él nada dijo limitandose a observar a su interrogador en total silencio. Al cabo de quince minutos sin lograr arrancarle una sola palabra, los nervios se alteraron.

- ¡Maldita sea Nagi Uzumaki! ¡Responde de una vez! - el detective golpeó la mesa con su mano derecha ocasionandole una singular sonrisa al doncel dorado - Dejate de jueguitos maldito mocoso promiscuo....

- Cuidado detective - intervino Naruto - Como abogado, debo advertirle que no es buena idea amenazar y mucho menos insultar a mi cliente.

- En ese caso dígale a su cliente que coopere o se las verá muy mal abogado - contestó el detective frustrado por la actitud de Nagi.

- Detective - expresó casi en un susurro Nagi moviendose con gracia y elegancia en la silla - Debería dejar de intentar inmiscuirse en asuntos que no le concierne. Podría hacer enfadar a personas peligrosas.

-¿Quiénes? ¿De quiénes hablas mocoso? ¿De los que te secuestraron?

-No se quiénes me secuestraron. No los ví
-Mentira, habla o te acusaremos de complice.
- No lo sé, me vendaron los ojos.

- Bien - dijo el detective indignado con Nagi ya que lo empezaba a excitar y eso lo enfurecía - De víctima pasarás a ser considerado cómplice de Sakura.

Naruto empezó a ejercer sus encantos de abogado siendo el mejor de todos. Así logró voltear la situación a favor de Nagi.

-Mi cliente es inocente, no estuvo junto a Sakura Haruno durante cuatro años por gusto. Fue en contra de su voluntad.

- Necesito al menos una prueba que me demuestre que eso es cierto, abogado.

Sasuke intervino en esos momentos al decir:
- Detective no tiene suficientes pruebas para acusar a nuestro hijo ¿verdad?

- No, pero las tendré.
- Le aconsejo que investigue a Sakura, ella es la culpable de todo - prosiguió Sasuke.

- Como aún no hay nada contra mi cliente nos vamos - finalizó Naruto y se marcharon los tres.

Nagi nada dijo durante el trayecto hasta llegar a casa, aunque una vez en la mansión siguió en silencio. Boruto lo abrazó con fuerza dandole la bienvenida.

No estás sucio hermano, nada fue tu culpa. Te ayudaré, ya lo verás Nagi.

El doncel dorado lo abrazó también sin sentir asco ni temor. Después de todo Boruto era su gemelo. Cerró los ojos embriagandose del aroma de su gemelo, hacía tiempo que no lo tenía cerca.

Boruto...ayúdame hermano....

Aquí estamos todos para hacerlo Nagi.

No, nuestros padres no. Ellos nunca entenderían nada....

Cuando se apartaron los gritos alegres del pequeño Itachi resonaron en el lugar. El niño corrió a los brazos de Nagi felíz. El joven doncel abrazó a su pequeño hermanito también.

Sus hermanos jamás lo lastimarían, pero no podía confiar en nadie como tampoco le era permitido traicionar a Sakura. Solo debía callar tal como ella se lo hubo ordenado.

Sasuke llevó a Naruto aparte dejando a los chicos solos. Haría que Nagi se relaje y baje la guardia, para poder  hacerlo hablar.

Como Naruto no entendía nada, el pelinegro le explicaría todo en la habitación de ambos.

En tanto Nagi era conducido por sus hermanos a la sala de arte donde podrían estar solos. Era lo que el doncel dorado necesitaba.

Nagi, hermano, todo estará bien. Solo confía en nosotros una vez más.

En tí y en Itachi siempre, pero en nuestros padres jamás. Ellos son perfectos en cambio yo estoy sucio.

No es cierto

Boruto abrazó a su gemelo, mientras Itachi dibujaba en su cuaderno con sus lápices de colores.

- Respira Nagi - le susurró Boruto - Estás a salvo aquí.

Junto a sus hermanos el doncel dorado volvía a ser él mismo sin problemas.