¡Eres tú!

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Sasuke había sido arreglado para ser enviado a sus nuevos dueños. Los Uzumakis. Vestía un elegante y fino traje negro y camisa blanca. Sus negros cabellos estaban perfectamente peinados.

Perfumado y limpio, Sasuke era conducido hacia la mansión Uzumaki, ya que el pago había sido realizado. El emo no se imaginaba otro tipo de vida.

Fuera hacía frío, mucho frío pero Sasuke estaba vestido perfectamente hermoso sin ropa abrigada. No importaba que sienta frío ni nada de sus necesidades.

Cuando llegaron el señor Minato Uzumaki los aguardaba. Fueron conducidos a la sala de visitas donde acabaron con las cuestiones técnicas del papeleo. Finalmente sus secuestradores se fueron dejando a Sasuke allí.

- Bienvenido Sasuke Uchiha. Soy Minato y serás el doncel de mi hijo que tiene tu edad. Sigueme por favor.

Sasuke fue conducido por esa lujosa mansión hacia la biblioteca donde el hijo de Minato estaba.

-Naruto, feliz cumpleaños hijo
- ¡Papá! - el rubio corrió a los brazos de su padre feliz - ¡Gracias!
- Te compre un regalo hijo.
- Papá sabes que el mejor regalo que puedes darme eres tú.

Pero el rubio enmudeció al ver a Sasuke allí parado frente suyo. Casi al instante enrojeció hasta la raíz de sus dorados cabellos. Sasuke estaba más hermoso que nunca.

-¿Sasuke? ¿Qué haces aquí?
- Es tu regalo de cumpleaños hijo - dijo su padre

- ¿Qué dijiste padre?
- El doncel Sasuke Uchiha es tu regalo. Lo compre en la agencia El Doncel Perfecto.
- ¿Que hiciste qué?

Naruto fue retrocediendo ya que no daba credito a lo que escuchaba y veía.

-¿Desde cuándo Sasuke estaba a la venta? - al oír aquello el pelinegro cerró lo ojos con pesar ya que acababa de acordarse de ese rubio.

Durante los primeros años de secundario iban a la misma escuela, él no era millonario y Uzumaki no era su apellido sino Namikage.

Además solo sabía seguirlo a donde sea que Sasuke fuera. Era un buen amigo pero el doncel en esa época solía ser hetero.

Cómo cambian las cosas, ahora ese rubio no solo tenía un nuevo apellido sino también mucho dinero y era su dueño.

Naruto era millonario y Sasuke era el doncel perfecto perteneciendole a ese rubio, quien podía hacerle lo que quiera sin que él pueda protestar siquiera.

Cuando sus miradas se cruzaron otra vez, Naruto vio el vacío en los ojos de Sasuke, comprobando que ya no era aquel compañero del colegio del pasado.

Pero poco a poco fue tomando consciencia de lo que en verdad le sucedió a ese tan hermoso doncel. Miró a su padre con dolor.

- ¿Naruto? ¿Hijo? ¿Qué sucede?
- Sasuke fue aquel doncel que siempre me gustó papá. Pero lo mataron.

Minato miró a los jovenes asombrado, algo tenía que hacer.
- Naruto, no sabía nada de nada de eso.
- Nunca se lo dije a nadie papá.
- En ese caso tienes la posibilidad de revivirlo ¿cierto?

Naruto miraba a Sasuke sintiendo cómo su amor por él estaba intacto. Seguía gustandole a más no poder. Y pese a sí mismo en verdad era perfecto. Las palabras de su padre tenían sentido.

- Si, es cierto papá.
- Eres muy sensible hijo, tu podrás lograrlo. Suerte con eso Naruto. Me retiro.

Así Minato los dejó solos, y se alejó para seguir trabajando. Fue cuando Naruto abrazó a Sasuke y notó el frío de su cuerpo.

- Sasuke ¿tienes frío?
- Si
- Debiste decirlo
- No
-¿No?

- Un perfecto doncel nunca....nunca...dice nada ¿verdad?
-No, no es verdad. Por dios Sasuke ¿qué....qué te hicieron?

Pero Sasuke no respondió a esa pregunta. Naruto lo llevó a su habitación donde le prestó ropas. Luego se lo llevó a comprarle ropas nuevas. Sin embargo Sasuke no mostró emoción alguna por nada, dejando que sea Naruto quien elija por él.

Acabaron en una confitería tomando algo, el rubio no paraba de reír y hablar, pero el pelinegro se limitaba a callar y responder solo cuando el rubio le preguntaba.  Muy a su pesar, Sasuke actuaba como le fue enseñado por sus secuestradores.

Callado, obediente, leal, solo hablar cuando su dueño así le ordene.

Aquello retumbaba en su mente desesperándolo, ya que no soportaba haberse convertido en alguien así.

Encima ahora le pertenecía ese rubio que lo hubo conocido hace tiempo. Cuando él aún era una persona y no ahora, que era un ente vacío y sin vida.

Naruto sujetó las manos de Sasuke con suavidad, al tiempo que decía:

- Sasuke te juro que te ayudaré, lo último que quiero es....es....es que ellos hayan ganado. Por favor confía en mi. ¿Entiendes lo que te digo?

Con intensa frialdad y sin mover un músculo, Sasuke miraba a su dueño. Instantes después respondió con una voz sin vida:
- Yeas, my lord.

El Doncel Perfecto ~ NaruSasu ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora