El Doncel Perfecto ~ NaruSasu ~

El Dolor De Shinki II

Shinki caminaba sin parar por la estrecha habitación donde fue confinado tras ser encerrado por su padre en el convento del sacerdocio.

Por más que fuese mayor de edad no podía decidir por sí mismo ni irse a voluntad. Si o si necesitaba el permiso de su autoritario padre.

Aquel lugar era en extremo estrecho para él debido a que estaba acostumbrado a su gigantezca habitación de la mansión donde se hubo criado. No obstante tendría que adaptarse si o sí a ese tipo de vida.

El director del lugar ordenó mantenerlo bajo llave y estricta vigilancia, debido a la orden recibida por el aritócrata de su padre. Ésto hacía que su tormento siga en continuo aumento.

Shinki se sentía asfixiado, desesperado al punto de no poder dejar de caminar como si fuese un animal enjaulado. Lloraba en silencio continuamente. Él había estado encerrado toda su vida, debido a las inseguridades de su padre quien le tenía prohibido salir de la mansión por sí mismo.

Ahora cambio de lugar, confinandolo en una prisión más estrecha. No quería seguir viviendo así. Por dios que no era lo que deseaba para su vida. Pero de nada servía hablar con su padre, él jamás escuchaba sus deseos ni le importaba su dolor.

- No quiero estar aquí, no quiero ser sacerdote, no soporto más esta vida. Padre ¿por qué no lo entiendes? - repetía Shinki con desolación.

Ni siquiera le era permitido tener un celular. Lo tenían completamente incomunicado y aislado.

La idea era alejarlo del mundo exterior para siempre. En un momento de desolación intensa, Shinki dió un fuerte golpe a la pared exclamando:

- ¡Maldición! Me quieren volver loco ¿verdad? - se dejó caer al suelo apoyandose a en la pared llorando con intenso pesar - Eso es lo que desean ¿cierto? Enloquecerme. Dios mío.

La imagen de su amado Boruto invadió su mente desesperandolo más aún.
- Boruto, mi amor. Ayúdame, por favor te lo pido. ¡Boruto!

Shinki no sabía si era de día o de noche, si fuera llovía o estaba el sol radiante. Ni siquiera eso era capaz de poder saber debido a que estaba herméticamente encerrado. Parecía ser que el tiempo se había detenido.

Boruto podía sentir el intenso dolor de su amado Shinki pero nada podía hacer debido a que no contaba con el apoyo de nadie.

Si deseaba liberarlo, tendría que infringir varias leyes y eso solo perjudicaría a sus padres. Por tal razón decidió dejarse morir.

Itachi salía de la escuela esa tarde. Tenía trece años ya. Por tal razón bien podía volver a casa solo. Pero a mitad de camino alguien lo llamó.

- Itachi, eres el hermano menor de Boruto ¿cierto?

El niño contempló a quien le hubo hablado asombrado, ya que era la primera vez que lo veía.

Quien lo habló sonrió, su celeste cabellera flameba al compáz del viento. Era en verdad muy atractivo e Itachi enrojeció hasta la raíz de su oscura cabellera.

- Si, y tú ¿quién eres?
- Soy Mitsuki y tengo que hablarte. Es importante.

-¿En serio?
-¿Deseas caminar conmigo por favor?
- Claro

Mitsuki podía notar la pureza de ese niño, pureza e ingenuidad. Además de ser muy lindo.

Con razón te fijaste en él, Sakura. Maldita perra. Pero no dejaré que lo dañes ni permitiré que me sigas usando a tu antojo.

Mitsuki le contó todo sobre su relación con Boruto y cómo fue forzado a arruinarle la hermosa relación que el rubio tenía con Shinki por órdenes de Sakura. Órdenes que se vio obligado a obedecer si quería que su hermano mayor siga vivo.

A medida que iba avanzando en su relato, el pequeño Itachi abría los ojos enormemente debido al intenso asombro.

- Ella es un monstruo ¿sabes? Por eso te pido que me ayudes a salvar a mi hermano y a cambio yo la delataré para que al fin sea arrestada. ¿Qué dices?

-¿Por qué recurres a mí? Podrías hablar directamente con mis padres...
- No, eso no funcionará. Sakura es muy lista, pero sé que contigo bajará la guardia.

-¿Eh? ¿Y por qué estás tan seguro de eso Mitsuki?
- Porque ella te aprecia en verdad. Se que a tí te dirá la verdad aunque no lo parezca.

Ante esas palabras el niño desvió la mirada. Sentía que el destino le había jugado una mala pasada, un chiste de mal gusto era aquello.

¿Cómo podía ser que el único humano en este mundo que lo quería en verdad era una psicópata asesina en serie? Encima le pedían que la traicione. Respiró profundo antes de contestar con dureza.
-Mitsuki es tu nombre ¿cierto?
- Si

- Deberías tener más cuidado con lo que hablas y lo que haces. Si en verdad aprecias a tu hermano - el niño le clavó una siniestra mirada - No vuelvas a intentar traicionar a Sakura.

-¿Eh? - el peliceleste retrocedió un par de pasos asombrado
- ¿O es que en serio quieres recibir el cadáver de tu hermano?

Mitsuki no esperaba aquella reacciòn. Había creído que el hermano menor de Boruto era un niño dulce y puro. Pero ahora comprobaba que se había equivocado. Sakura logró corromperlo al fin de cuentas. Frunció el ceño.

- Itachi, en verdad eres un idiota por creer en ella. Solo te está utilizando por ser el hijo de sus peores enemigos.

- No me importa, ella es la única que ha demostrado interés por mí, es la única que se preocupa por mí. ¡No me interesan los motivos que tenga al hacerlo!

- Ya veo, es una lástima. Teniendo una gran familia, eliges traicionarlos.

-¡No tienes idea de lo que dices! ¡¿Una gran familia?! Ja ¡Que buen chiste! A ellos no les importo yo, nunca se preocuparon por mí.

Sin decir más Itachi se alejó del peliazúl, pero se detuvo de golpe tras respirar profundo.
- Oye Mitsuki ¿tienes celular?

Mitsuki sonrió, quizás no esté tan equivocado después de todo con respecto a ese chico. Le entregó su tarjeta.

- Aquí tienes muchacho, llamame y te agendaré ¿de acuerdo? - le dijo sonriendo.
- De acuerdo....pero no vuelvas a intentar traicionar a Sakura ¿estamos?

- Solo quiero recuperar a mi hermano. Es todo lo que tengo en el mundo.
- Vale, veré qué puedo hacer. Pero no te prometo nada.
- Gracias.

Itachi se alejó dejando a Mitsuki pensativo.
- Itachi, estás necesitado de cariño al parecer. Pero no eres una mala persona.