El Doncel Perfecto ~ NaruSasu ~

Pasión Dorada Y Oscura

Sasuke estaba en la cama desnudo dormido en los brazos de su amado Naruto, quien estaba desnudo también pero despierto deleitandose con hermoso cuerpo de su esposo a quien amaba con cada fibra de su ser.

Acariciaba cada sector del cuerpo de Sasuke sintiendolo más vivo que nunca. Lo había extrañado tanto que aún no podía ceer que él estaba allí, a su lado y embarazado.

Colocó sus manos en el vientre de su oscuro amor, y empezó a besarlo sintiendo al bebe allí también. Sin abrir los ojos Sasuke dijo:

- Al bebe le gusta mucho que hagas eso, se está riendo ¿sabes?
- Te desperté, perdón amor.
- Ambos me despertaron y está bien.

Recién abrió los ojos mirando a su dorado esposo feliz. Naruto se acercó a él abrazandolo con ternura. Se besaron con pasión intensa. Cuando se separaron para respirar, Sasuke dijo:

- Eres lo mejor que me pudo haber pasado, amo todo en tí Naruto. Por eso deseo que todos nuestros hijos se parezcan a tí. Todos.

- Te extrañé Sasuke, no tienes idea lo mucho que te extrañé. Por eso deseo que al menos uno de nuestros hijitos sea igualito a tí.

-¿Así como Boruto es identico a tí? ¿Y yo me deleito comiendomelo a besos? - dijo Sasuke riendo de placer.

- Exactamente Sasuke, nada más exacto.
- Lo intentaré pero no prometo nada.

Volvieron a besarse mientras Sasuke colocaba sus brazos alrededor de Naruto, mientras el rubio amasaba las nalgas y los muslos del pelinegro presionándolo contra su miembro.

Volvieron a hacer el amor con suavidad, poniendo el corazón en el acto sexual. Así las embestidas del rubio fueron lentas y suaves ya que no quería lastimarlos a ninguno de los dos.

Fuera se largó una gran tormenta con rayos y relámpagos. El clima perfecto para ellos y su amor intenso.

Volvieron a dormirse una vez acabado estando abrazados. Sasuke dormía sin pesadillas gracias a Naruto. Es allí donde anhelaba permanecer por siempre, en sus protectores brazos.

Naruto lo abrazaba con protectora fuerza impidiendole moverse ni mucho menos alejarse de su persona.

Temía perderlo otra vez, era algo inconsciente en el rubio. Pero en ésta ocasión no lo permitiría. Sintiendolo a su lado se durmió tranquilamente. Fuera la tormenta se iba intensificando cada vez más.