CAPITULO 26

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Una mano se extendió hacia el mostrandole aquel frasco con un contenido rojizo, el anciano lo miro confundido y con sospecha tanto al hombre como al frasco.

—¿Que se supone que es esto?— pregunto tomando el frasco y entrecerrando sus ojos hacia el con sospecha.

La otra persona simplemente sonrío con malicia y simplemente dijo; —Es una poción.

—Ya me di cuenta pero cual es su uso y para quien es exactamente— la peliroja se encogió en su lugar con los ojos cerrados mientras los escuchaba hablar.

—Te acuerdas de la pocion que decidimos probar en Dorea Black luego de que tuviera a James Potter.

Los ojos de Dumbledore brillaron aún más sabiendo sus intenciones y desvió la mirada hacia Leah que en estos momentos los estaba observando con el vivo pánico en sus ojos esmeraldas.

—Vamos a darle esta poción a Harriet— continúo el con una gran sonrisa.—Vamos hacer que ella no pueda tener hijos en algún futuro cercano y de esta menera se conservara su sangre sin peligrar por un hijo o hija que salga de ella y quite su herencia de Sangre.

—Entonces debo ordenar en éstos momentos en que esto sea puesto en su comida— dijo Dumbledore mientras les daba la espalda decidiendo irse a dar órdenes a los elfos.

—Recuerda que debes empezar con una pequeña dosis, ya sabes por si las moscas— el anciano sonrío y asintió abandonando aquel lugar.

Leah sintió un frío recorrer por su espalda cuando otra presencia se sumo a la habitación causándole un pánico y sabia de quien trataba.

—Señor— saludó Lorian con una leve inclinación aunque también se preocupo cuando noto que dudas a penas aquella silueta podia mantenerse de pie. —Mi señor se encuentra usted bien.

Toda la magia que habia logrado absorber se desperdició en su lucha contra aquel horrocrux.

—Cállate— gruño molesto inclinándose sobre la figura de la chica que se encontraba con la mirada perdida por los recuerdos y sin importarle que la sangre de unicornios la manchara. —Leah quiero que me digas en cuántas partes se dividió el alma de Tom Riddle y donde las encuentro.

Como una muñeca sin vida Connor volteo a la peliroja con brusquedad y analizo su rostro... Leah Morgan no es nada parecido a Lestia, excepto por su terquedad.

—Parece que no vas a confesar, entonces espero y veas de lo que soy capaz aunque lo sabes bien ¿Verdad?— un grito salio de su garganta cuando los colmillos de el se clavaron en aquel cuello pálido absorbiendo su sangre y la poca vitalidad que le brindaba esta. —Por que muy pronto no estaras sola por que Lestia vendra hacerte compañía.... ¿Talvez?

Leah arrugo el rostro de dolor cuando sintió que nuevamente los dientes se clavaron en su piel sin piedad extrayendo su sangre sin pudor y dejándola más debil de lo que ya estaba, actualmente su cuerpo era inútil ya que ni de pie puede estar sin caer debido a la perdida de movilidad en su cuerpo por estar atada por muchos años, como también la perdida de su sangre.

—Eres hermosa Leah Morgan pese a estar en estas condiciones— susurró el mientras pasaba su dedos huesudos por su rostro. —Sigues conservando tu edad de dieciséis años, la edad en que diste a luz a tu hija, debes estar agradecida a que gracias a mi poder sigues siendo jóven, incluso Tom aun se mantiene de dieciocho años.

Lorian observó detenidamente justo en el momento en que su señor volteó a Leah dejándola boca abajo y rasgo la tela que cubria su espalda revelando una que otras cicatrices de antiguos cortes y latigazos durante sus años aqui encerrada.

DESTINATUS ||THEODORE NOTT|| (SAGA DESTINO) Parte 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora