Adicción +18

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Las palabras imposible y sexo no cabían en la misma frase para Jeon Jungkook.

Tan solo había que verle para saber que acabarías apuntándote a su infinita lista de mujeres que habían visto su trabajado cuerpo sobre ellas. Serías una más de aquellas que le ruegan una segunda vez y que acaban siendo rechazadas de la peor manera posible.

Era tan fácil ante sus pícaros ojos negros. Una simple mirada delataba las intenciones que había despertado en ti y el resto simplemente pasaba sin más; no pregunten como, estaba seguro de que acabarían teniendo sexo en cualquier lugar.

Tal y como estaba pasando en este momento.

El sonido de unas respiraciones agitadas retumbaban por las paredes de aquel cuarto de baño con decorados caros. La puerta intenta abrirse pero era imposible por el seguro que Jungkook se encargó de echar antes de repetir su mismo plan perverso.

Una chica de pelo negro, largo y lacio hasta sus caderas cabalgaba sobre Jungkook sin poder dejar escapar una infinidad de gemidos. Jungkook pasaba sus manos por su cuerpo deteniéndose en sus glúteos. Los apretaba con fuerza mientras la ayudaba a subir y bajar. Su boca, en cambio, jugaban con los pezones rosados de aquella chica. Los mordía o los lamía para escucharla gemir. Ese era su premio: oír su nombre entre gemidos le hacía sentirse el hombre más poderoso de toda Corea, y prácticamente lo era a ojos de todas esas mujeres.

La chica grita clavando sus uñas en la espalda de Jungkook. Ambos se detienen. Ella apoya su cabeza en el hombro musculoso del chico. Jungkook se levanta aún cargándola y comienza a salir de ella dejándola de pie sobre sus piernas flaqueantes. Ella comienza a colocar su vestido caro de nuevo mientras Jungkook tiraba aquella goma de color amarilla en la papelera. Sin mediar palabra se acerca al espejo abrochando su pantalón. Coloca su pelo perfecto antes de dirigirse hacia la salida. La chica se coloca frente a él impidiéndole el paso. Se abalanza sobre él intentando atrapar sus labios pero Jungkook hace uso de su altura para esquivar su rostro. La chica le da una mirada confusa. Jungkook pasa por su lado pasar salir de aquel cuarto de baño.

Y esto, señoras y señores, había sido otro de los logros de Jungkook de hace tres días.

El padre de Jungkook cierra el portátil consiguiendo que su hijo sonriera irónicamente. Aquel hombre apuesto con notables arrugas por la edad da unas vueltas sobre si mismo antes de rellenar su vaso de diamantes con el mejor vino fermentado en las viñas de algún lugar del mundo.

— ¿Me vas a explicar que es eso? —le pregunta en un tono cansado.

— ¿Yo follandome a la hija del Presidente ejecutivo de Hyundai? —el joven no lucha por ocultar su sonrisa.

— No es la primera vez que tengo que eliminar algo así de las cámaras de seguridad de algún evento de nuestros hoteles, Jungkook —le regañaba— ¿Cuántas veces han sido este mes?

— Dos más que el mes pasado —seguía burlándose.

Su padre golpea la mesa con ira. Jungkook borra su sonrisa instantáneamente.

— Estoy harto de tus mierdas de malcriado —escupe con odio— Tienes un problema.

— ¿El problema de que todas esas putas se lancen a mi bragueta? —se inclina hacia delante— Yo solo les doy lo que ellas piden.

— ¡Oh! —su padre aplaude— ¡Te deberían dar el premio al imbécil más generoso de Corea! —se burla— Vas a empezar a ir a terapia.

— ¿Qué? ¿Terapia? ¿Para qué?

La puerta del despacho se abre. Un hombre trajeado con bigote blanco y pelo peinado hacia atrás entra ignorando la presencia del más joven de los Jeon.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora