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NARRADOR
Hoy es día estaba más nublado de lo normal. El sol no había salido en todo el día y la lluvia amenazaba con dejarse ver en las próximas horas.

El hotel Sapphire había sido de las pocas cosas que se había mantenido igual en este último año. Las personas entraban y salían, los trabajadores hacían sus tareas; y la que era la verdadera dueña era opacada mientras esperaba en recepción a que alguien le dijera donde podía encontrar a la persona que había quedado con ella.

Sus guardas de seguridad se encargaban de darles miradas desconfiadas a todo aquel que osaba mirarla de más.

— Sígame, señora —dice la recepcionista comenzando a alejarse.

Ella le sigue por los pasillos con personas extranjeras y del mismo país, hasta llegar al comedor. Se adentran ignorando las mesas y el ambiente hasta abrir una puerta que daba a un salón de celebraciones. La mujer se va y ella me da una mirada a sus cuatro guardas para adentrarse.

Un hombre con pelo canoso se levanta con una sonrisa fingida. Ella se acerca y hace una reverencia ignorando la mano que le ofrecía el hombre. Ambos toman asiento.

— Kyun _________... —ella se tensa. Realmente su miedo era notado por el hombre más mayor, lo que le hacía permanecer por encima— Me alegro de que hayas aceptado mi invitación, ¿Cómo te encuentras?

— Bien —ella no sonríe en ningún momento— Aunque no gracias a usted —el hombre sonríe.

— No seas tan dura conmigo, las personas cambian.

— Usted no —se inclina hacia delante— Una persona que es horrible con su familia nunca cambia con los de fuera.

— Ya entiendo porqué mi hijo desarrolló esa obsesión por ti —sonríe— Jungkook no tiene autoridad, pero tú... tú eres capaz de reunirte con el hombre que lleva intentando matarte mucho tiempo para decirle que es horrible a la cara.

— Deje de hablar de Jungkook —él eleva sus cejas— ¿Es a mí a quien quiere hacerle daño sin importar si su propio hijo sale herido? Explíqueme por qué.

— Porque mi hijo debe tener a una mujer que le aporte, no que le cause dolores de cabeza —ríe— ¿O me equivoco? ¿Cuanto le has aportado en el tiempo en el que te aprovechas de él? —ella no dice nada— Exacto, le has aportado el dolor de cabeza de estar distanciado de su familia y de solucionarte los problemas por ser una mujer sin recursos.

— Señor, yo trabajo y aporto todo mi sueldo —se defiende.

— ¿Cuánto aportas? ¿La mitad del dinero que hay en la cuenta del banco? —espera a que le responda pero ella simplemente baja su cabeza— Eso me imaginaba.

_________ sabía que lo que ella aportaba no era ni un grano de arena en toda la playa. Su sueldo era muy bueno y ahora que también dirigiría el centro psiquiátrico cobraría aún más. Ya había tenido esa discusión con Jungkook, ya que él quería que el dinero que ella ganara se quedara en su cuenta y lo usara para lo que quisiera mientras que sus ganancias casi billonarias en semanas eran compartidas por ambos. Ella sabía sobre todo eso, pero oírlo de otra persona dolía mucho más.

— Jungkook no se ha distanciado de usted por mí, lo ha hecho porque es una persona horrible que quiere manejarlo a su antojo como hizo con su madre —el hombre frunció las cejas hacia las palabras de odio de la chica— Se ha quedado solo por no saber controlar su puto ego —le señala— Y se va a quedar aún más solo cuando todo el mundo sepa la clase de persona que es.

Ambos quedan en silencio por unos segundos. El señor Jeon se levanta y da un golpe en la mesa sobresaltándola.

— Tú no eres nadie para hablarme de esa manera —se inclina hacia ella.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora