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Hacía cinco días desde que me llevé la desilusión amorosa de mi vida. Cuatro noches que había estado pasando en consulta supuestamente adelantando trabajo y escribiendo tesis doctorales sobre algún tema psicológico específico. En parte había sido verdad, alguna cosa había escrito, pero la mayoría de la noche dormía sobre aquel sillón de cuero negro.

— Muchas gracias, doctora —me levanté tomando la mano que me tendió— Desde que vengo a terapia he aprendido a entender a mi esposa, ahora todo parece haber vuelto a la época en la que nos conocimos —sonreí— ¡Incluso planeé un viaje para nosotros solos! —buscaba unos billetes en su cartera. Me los entrega y yo voy hacia la mesa de madera negra.

Saco del cajón una pequeña caja fuerte que descubrí el otro día mientras me aburría de madrugada. Empezaría a dejar el dinero ahí dentro y solo me llevaría lo necesario. Saco otro billete para ofrecerle el cambio, pero él comienza a negar mientras me acerco haciendo que el único sonido fuera el de mis botas chocando con el suelo.

— Quédate el cambio —dijo mientras se acercaba a la puerta siendo seguido por mí.

— No puedo, señor Gyuk... —él se detuvo fuera de la consulta— Es demasiado —le tendí el billete.

— Tómalo como un regalo por salvar mi matrimonio —me dio una sonrisa antes de comenzar a caminar hacia la sala de espera.

No sé por qué sentía que no me lo merecía. No había descuidado a mis pacientes pero no trabajaba en casa como antes con sus expedientes. Cierro la puerta y camino hacia la mesa para volver a guardar el dinero. Dejo la cajita en su lugar y miro mi teléfono. Mi madre había vuelto a casa después de estar varias semanas en paradero desconocido y le obsesionaba el hecho de visitar mi nuevo hogar. Por otro lado había recibido múltiples llamadas del número de Baek, aunque lo había borrado sabía que era él, me lo había aprendido de memoria para alguna urgencia. Después de bloquearle la opción a llamadas me giro hacia la puerta cuando se abre a toda velocidad. Jungkook me mira antes de dirigirse hacia el perchero en el que estaban mis cosas. Lo toma todo y se acerca a la mesa para agarrar mi cuaderno también. Se acerca a mí y yo no puedo evitar el retroceder con cierto miedo. Me toma del brazo y comienza a tirar de mí hacia el exterior.

— Jungkook, espera —intenté quitarme su mano de encima— Tengo pacientes que atender.

Sin abrir la boca me guió al exterior. Me obligó a entrar en un vehículo negro con ventanas tintadas y él guardó mis cosas en el maletero. Se subió a mi lado y el chófer comenzó a conducir sin rumbo. Me quedo estática. ¿Sería esto un secuestro? Jungkook se acerca a mí hasta que su rostro está a escasos centímetros del mío. Mi pulso se acelera y mis ojos no pueden evitar no mirar a sus labios. Él toma el cinturón y tira de él hasta oír un click a mi costado. Tomó asiento a mi lado y abrochó el suyo también. ¿Por qué se me volvía loco el corazón cuando Jungkook se acercaba? Era un sucio prepotente.

— ¿A-a dónde vamos? —miré por la ventana— Tengo que dar terapia...

— Mentirosa... —habló cerrando sus ojos mientras su mano sostenía su cabeza— La secretaria me dijo que no tenías consulta de nuevo hasta la tarde.

Mierda. Mordí el interior de mis mejillas aceptando la derrota.

— Está bien, pero a donde me llevas —abrió sus ojos y me miró con interés.

— A casa.

Al oír esas palabras comienzo a entrar en pánico. ¿Cómo que a casa? ¿Mi casa? No, Baek seguro que estaría ahí y no estaba preparada para verle. Tiro de mi cinturón para deshacerme de él. Me tiraría por la puerta si era necesario, pero no pasaría por esa vergonzosa situación. Jungkook toma el cinturón antes de que pudiera desabrocharlo. Llevo mis ojos a mi pierna cuando coloca su mano en mi muslo. Me quedo congelada ante su gesto. Él le da un ligero apretón a mi muslo y mi piel se eriza como acto reflejo. Su gran mano era prácticamente del tamaño de casi todo el muslo. Miro los tatuaje en sus dedos, ¿Por qué nunca me había fijado en sus tatuajes? Llevo mi mano hacia la suya y la tomo para que soltara su agarre. Él mira nuestras manos y lleva sus ojos a mi rostro cuando dejo reposar su mano sobre su muslo. Le doy una mirada de advertencia cuando siento el vehículo detenerse. El chofer sale del vehículo y abre mi puerta. Jungkook sale por el otro lado mientras yo tímidamente aceptaba la mano de aquel hombre de mediana edad.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora