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NARRA JUNGKOOK
Muevo mi pierna nervioso mientras intento escuchar a doctor frente a mí. Él apunta algo en su papel y me vuelve a mirar

— ¿Le diste la carta? —asentí— ¿Y qué tal fue? —sonreí y eso le bastó para devolverme la sonrisa y apuntar— Entonces todo parece haber mejorado.

— Sí, doctor.

— Me alegro mucho, señor Jeon —se levanta y ambos estrechamos nuestras manos— Vuelva a pedir cita por la aplicación —asentí— Nos vemos.

Salí de la consulta. Estos cuatro meses había vuelto a terapia, pero era algo distinto. Había elegido un doctor totalmente desconocido y me limitaba a hablar sobre lo que sentía por _________. Él me dio la idea de escribir lo que sentía, ya que nunca era capaz de decirlo con palabras, y había funcionado. Miro el reloj, tenía que darme prisa para llegar a mi cita. Voy al ascensor y cuando este abre sus puertas veo los únicos ojos capaces de acelerar cada una de las funciones de mi cuerpo. Su rostro se ilumina con una sonrisa, y noto un cosquilleo en mi pecho. Me adentro yendo hacia ella. Rodeo su cintura atrayéndola hacia mí para dejar un beso sobre sus labios. Joder, que bien sentaba hacerlo cuando yo quisiera. Miro su ropa y ella se sonroja. ¿Por qué se sonrojaba más cuando la miraba con ropa que cuando estaba desnuda? Llevaba un vestido celeste junto con una chaqueta de un traje, y sus tacones. Me ponía tanto cuando se vestía como una doctora.

— Estás perfecta —dio un golpecito en mi pecho con timidez.

— No sabía si era adecuado para la ocasión —miró su vestido mientras yo entrelazaba nuestras manos— ¿Debería cambiarme? Puedo pasar por mi casa y...

— He dicho que estás perfecta —ella me sonrió mientras caminábamos hacia el exterior— Y eso de tu casa... ¿Has pensado lo que te dije esta mañana?

Ella me da una mirada de advertencia. Esta mañana cuando despertamos le pedí que volviera al hotel y viviera conmigo. Al principio recibí un no rotundo, pero tras algunas insistencias me dijo que lo pensaría.

— No —abrí la puerta del coche dejándole entrar primero— He estado trabajando, no pensando en dejar mi casa para irme a vivir contigo.

Me senté a su lado y el chofer puso el vehículo en marcha.

— Vente a vivir conmigo —hablé como un niño que le pide a su madre que le compre un dulce— ¿Por favor? —ella sonrió guardando su teléfono en su bolso.

— Tengo un contrato, Jungkook.

— Lo cancelamos —hablé a toda velocidad— Llamo a mi abogado, él puede...

— Jungkook... —tomó mi mano. Se giró hacia mi en su asiento— No tengas tanta prisa, tenemos todo el tiempo del mundo —llevó su mano a mi mejilla y la acarició— Disfrutemos de que todo va bien en este momento.

Le doy una sonrisa triste y ella vuelve a girarse hacia el frente. Sí, todo parecía ir bien, pero podría ir mejor. Que se mudara conmigo nos convertiría en una pareja frente a la sociedad. Comenzarían a tomarla en cuenta cuando me inviten a inauguraciones y podría presumirla ante los babosos millonarios que acudían a aquellas fiestas. Después pasaría el tiempo y nos iríamos solos a una casa alejados de esta sociedad de mierda y entonces podríamos formar una familia. Tener todos los hijos que ella quiera y disfrutar haciéndolos una y otra vez.

— Jungkook —la miro— Abre la puerta, nos esperan.

¿Habíamos llegado? Hago lo que ella me pide y le ofrezco mi mano. Ella la toma y caminamos hacia el interior de aquel restaurante en el que mi madre había reservado. Mi madre quería conocer a __________ antes de marcharse a los Estados Unidos con su esposo. Al principio no pensé en que sería una buena idea, pero cuando me dijo que su esposo se tuvo que ir de madrugada a los Estados Unidos y que ella tendría que irse en unos días con él, supe que sería la única oportunidad para presentarle a ________.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora