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NARRA JUNGKOOK
Vuelvo a mirar de nuevo la última ubicación que tenía de mi padre. Sabía que se estaba hospedando en un hotel a las afueras de la ciudad y que se las pasaba de allá para acá, pero no sabía su propósito.

Doyun deja otro montón de documentos sobre mi mesa y suspiro.

— ¿Más? —me quejo.

— Eres el jefe, tienes que firmar todo —me regaña— Lo quiero todo listo en una hora.

— Yo seré el jefe pero tú actúas más de ello que yo —me sonríe antes de salir de mi despacho.

Abro una de las carpetas y leo la primera página. Me daba tanta pereza esta parte de llevar un negocio. La puerta del despacho se abre y sonrío al ver a _________ adentrarse cargando a Junie con uno de sus brazos y empujando su carro con su otra mano. Llevaba un traje suave de oso marrón y sacaba su lengua de vez en cuando.

— Acabamos de llegar del chequeo del doctor... —se acerca— Y queríamos enseñarle a papá el regalo de la abuela por comportarse bien cuando le pusieron su vacuna  —me lo entrega mientras él sostenía con dificultad una pequeña pelota de fútbol. Saca los papeles del doctor y lo deja frente a mí— Tiene un peso normal para su tamaño, no lo alimento en exceso —me dice con obviedad.

Solo había tenido la referencia de Hei en este año. Sabía que las niñas podían ser más pequeñas que los niños en ocasiones, pero Junie era muy grande. Pensé que quizás podía ocurrirle algo aunque mi madre decía que era normal, ya que yo también fui grande cuando era un bebé.

— Entonces solo eres un grandullón, ¿verdad, campeón? —él me mira con sus ojos negros y abre su boca en una sonrisa mientras cerraba sus ojos y movía la pelota. _______ lleva sus manos con emoción a su boca.

— ¡Ha sonreído! —aplaude.

Era la primera vez que le veíamos sonreír. Era un bebé que siempre dormía o se quedaba viendo al televisor escuchando la música de programas infantiles, pero nunca gesticulaba sino iba a llorar. Sonrío también con emoción.

_________ toma asiento en las sillas frente a mi mesa después de dejar el carrito a mi lado. Mira todo lo que había en la mesa y frunce sus cejas.

— Pensaba dejártelo mientras me daba una ducha, pero veo que tienes mucho trabajo... —me mira.

— Puedo trabajar y cuidarlo —él casi ya cerraba sus ojos— Ya se va a dormir.

— ¿Seguro? Puedo pedirle a alguien que le vigile o...

— Puedo hacerlo —ella sonríe— Vete a la ducha.

Ella asiente con una sonrisa. Se levanta y se acerca para dejar un beso en la cabeza de Junie y luego dejar un beso corto en mis labios. Sale de la sala perdiéndose por el pasillo.

Paso la página para seguir leyendo mientras tenía a Junie en brazos. Podía acostumbrarme a esto de los bebés y tener muchos más. La habitación se ilumina por un relámpago. En unos meses podríamos ir a Busan para que conociera la playa, pero mientras siguieran las tormentas era mejor no arriesgarnos a tomar un avión. Mi teléfono se enciende por una notificación. Suelto el documento y lo miro.

"¿Me echabas de menos?" Número desconocido, 16:34.

Frunzo mis cejas. ¿Quién mierda era ahora? Tecleo a toda velocidad.

"¿Eres tú, papá? Porque como seas juro que voy a hundirte la vida" Yo, 16:34.

Espero una respuesta pero nunca llega. Una notificación hace que mi IPad se ilumine.

"Puede que sea tu padre o puede que no..." Número desconocido, 16:35.

¿Cómo mierda mandaba mensajes a todas partes? No le respondo. Si lo que mi padre quería era que me pusiera nervioso no lo iba a lograr.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora