Un año después de ir a Oxford...
Miro el reloj en el ordenador viendo que quedaban dos minutos para que acabara la hora. Elevo mi mirada y veo a todos aquellos alumnos universitarios hacer sus exámenes con suma concentración. Recordaba aquel sentimiento horrible que te producían los exámenes parciales.
— Id pasando por mi mesa para dejarme los exámenes —dije cuando la aguja del reloj se posó sobre el número doce.
Aquellos jóvenes comenzaron a dejar sus hojas amontonadas sobre mi mesa.
— Sea generosa conmigo, doctora Kyun —le doy una sonrisa al chico.
— Me lo pensaré, Smith —él sonrió antes de salir por la puerta.
Guardo todas mis cosas y comienzo a caminar por los pasillos repletos de alumnos. Subo una planta y saco la llaves de mi despacho. Le sonrío al anciano que corregía trabajos en el despacho frente al mío y entro para dejar los exámenes sobre mi mesa. Me deshago de mi chaqueta y la dejo sobre la silla. Tomo asiento y comienzo a corregir. Tenía que dejarlo todo terminado para poder ir al laboratorio esta tarde. La puerta de mi despacho se abre después de que unos golpecitos sonaran en la madera.
Un hombre se adentra. Vestía un traje azul oscuro y en una de sus manos sostenía dos cafés. Le doy una sonrisa y cierra la puerta a su espalda. Se acerca a mi mesa y cuando está frente a mí saca un pequeño ramo de rosas de su espalda.
— Oliver... —tomo las flores— Son preciosas, gracias —el me sonríe y deja el café junto a los exámenes.
— No tanto como tú —sonreí. Él rodeó la mesa y se acercó a mí para besarme con mucha intensidad— ¿Cómo ha ido la mañana de trabajo?
Va hacia las sillas y toma asiento frente a mí.
— Dos exámenes y una clase del máster —llevo las rosas hacia el jarrón. Tomo las que había antes y las sustituyo por las nuevas— Soportable, ¿Y la tuya?
— He operado dos tumores y... —miró su reloj— Tengo una clase en la facultad de medicina en diez minutos —se levantó. Me tomó de la cintura y volvió a besarme— He reservado en el restaurante japonés que tanto te gusta —sonreí— ¿Te paso a buscar a las dos? —asiento— Nos vemos más tarde, amor.
Oliver sale de la habitación sosteniendo su café. Muerdo mi labio tomando asiento de nuevo. Oliver era mi pareja desde hace dos meses. Él es mestizo y su padre es Coreano, por lo que siempre habla en ese idioma para no olvidarse de él. Nos habíamos conocido al llegar a la ciudad universitaria y rápidamente intentó acercarse a mí. Me ayudó a olvidar a... me ayudó a olvidar a esa persona que aún está en Corea y de la cual no quería acordarme nunca más, y ahora salíamos juntos. Era atento, inteligente y muy detallista, prácticamente un principe azul de los cuentos para niños. También era el director del hospital más cercano de la ciudad universitaria de Oxford, daba clases en la facultad de medicina y se había especializado en la neurocirugía. Sí, era neurocirujano y yo no podía estar más feliz de que disfrutara con su trabajo.
En este momento no tenía ni un solo vínculo con Corea, estaba bien en Reino Unido. No tenía relación ni con mi madre, ni con nadie que pretendía olvidar. Oliver y yo no vivíamos juntos pero siempre estábamos en la casa del otro trabajando y pasando tiempo juntos. Definitivamente era feliz de nuevo, había encontrado la estabilidad que tanto buscaba con él.
— ¿Puedo pasar, doctora? —no me fijé en que habían llamado a la puerta.
— Sí, claro —le sonreí al chico que se adentraba— Tome asiento.
— Disculpe si la molesto, doctora, pero quería hacer una consulta...
— Sí, claro, ¿En qué clase está? —abrí el cuaderno con el nombre de todos mis alumnos.
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Adicción +18 ©JJK
Fanfiction"Todos creyeron que le curaría su supuesta adicción al sexo, pero fue ella quien la acabó provocando..." Después de que las aventuras sexuales de Jungkook llegaran a oídos de su sofisticada y bien posicionada familia, deciden hacerle ver a un especi...