050

5K 359 89
                                    

— Todos los hombres son iguales —digo tomando una pelota de la bolsa mientras me mantengo sentada en el pequeño vehículo blanco para moverse en el campo de golf

— Lo dices como si yo no fuera un hombre —Jin le da a la pequeña pelota con el palo y coloca su mano en su frente para que el sol no le molestara al visualizar como se acercaba al hoyo.

— Tú eres maravilloso, Jin —él me da una sonrisa mientras se subía al vehículo para conducir hasta el hoyo— Aún no entiendo como no tienes novia.

— Algo hay —se baja del vehículo— Pero estoy trabajando para sacar la nueva línea... —saca la bola y la vuelve a guardar en la bolsa. Se acerca a mí y toma asiento en el vehículo sin moverlo— Ya sabes que Jungkook es un cabezota —asiento— Y se cree que todo se basa en él contra el mundo.

— Pero no me integra, podríamos ser nosotros contra el mundo si quiere —suspiro— Imbécil...

— El problema es que Jungkook lleva toda su vida resolviéndole los problemas a los demás —vuelve a levantarse— Me incluyo —comienza a mirar los palos de golf— Y siempre le hemos admirado por esa facilidad que tiene para buscar soluciones rápidas. Yo creo que lo de su padre le viene demasiado grande y quiere que tú también le admires.

— Yo no le admiro porque resuelva problemas rápido —cierro la boca— Bueno sí... la verdad es increíble.

— ¿Verdad? No se como puede llegar a pensar que cosas descabelladas pueden funcionar, y luego acaban funcionando.

— Sí, pero no es lo único que me hace admirarlo... —me apoyo en el volante.

— Habla con él, eso se te da bien —le vuelve a dar a la bola con fuerza.

— ¿Cómo? Se fue ayer sin decirme nada, no ha venido a dormir y... no me atrevo a mandarle un mensaje por si está enfadado —Jin me da una mirada cómplice.

— ¿No estaba en Busan?

— Eso oí, pero no se si habrá ido allí.

— Lo siento, _______ —conduzco hasta la bola y el baja del vehículo— Jungkook necesita volver a la escuela y tú... —vuelve a darle— necesitas pensar y dejar de meterte en sus asuntos.

Lloriqueo de manera falsa sobre el volante. Otro que me decía que no me metiera en sus asuntos. Jungkook nunca se había entrometido en asuntos de mi familia sin que yo se lo pidiera, pero yo no podía ver como jugaban con él y quedarme quieta. Además, yo era el objetivo principal de su padre, y no le importaba llevarse a su hijo de por medio si conseguía acabar conmigo.

Siempre había escuchado cosas horribles sobre las suegras, no sobre los suegros.

Mi teléfono suena en el bolsillo de mi chaqueta. Lo saco mientras Jin hace lo mismo con el suyo. Visualizo un mensaje de Jimin.

"A las 1 en el Restaurante Cleo" Jimin, 10:47.

¿Enserio? No me apetecía nada ir. Había salido de casa para ver a Jin porque me aburría. No comenzaba en el trabajo hasta mañana y todo el mundo parecía estar ocupados con sus vidas. A veces me preguntaba como Hui podía sobrevivir en una casa enorme sin ir a trabajar.

— ¿También te ha llegado? —me muestra su teléfono y veo el mismo mensaje de Jimin— Supongo que tenemos plan para el almuerzo.

— No quiero ir —me quejo como una niña pequeña.

Jin ríe al verme casi desplomarme por la pereza del momento. Se acerca al vehículo y me echo a un lado para dejarle conducir. Comienza a conducir de vuelta a la casa. Me permito visualizar lo bonito que era este jardín que sería igual de grande que Central Park. Había un estanque con patos y una especie de pista de tenis.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora