020

7K 434 180
                                    

NARRA JUNGKOOK
Aprieto el agarre a mi almohada. Aquí en mi habitación había tanta paz. Nadie me molestaba con nada y le había dejado bien claro a Doyun que no quería verle a mi alrededor diciéndome que tenía que hacer. Suspiro cerrando mis ojos bajo las suaves sábanas.

Dejo escapar un suspiro molesto cuando la puerta se abre. No sabía quien osaba perturbar mi paz pero sabía que me iba a enfadar con quien fuera. Enciende la luz y emito un quejido mientras escondo mi rostro bajo las almohadas.

— Jungkook, tienes que salir de la cama.

Quito las sábanas de mi cabeza para darle una mueca confusa a mi madre. Se suponía que ella estaba en los Estados Unidos.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté sin energía.

— Bueno —caminó hacia la cama— Resulta que inesperadamente recibí una llamada del secretario de tu padre diciéndome que llevabas dos días metido en la cama —se deshizo de la manta— Y que no salías aunque te rogaran.

— Déjame, mamá —me quejo cuando tira de mi brazo— Estoy cansado de tanto trabajo.

— Y yo nací ayer —gruñó cerca de mi oreja— Namjoon me dijo que ________ volvió a Corea y que... —se dejó caer en la cama— ...vino con anillo incluido...

De nuevo sentía un puñal clavarse en mi pecho. Mi madre gira su rostro para mirarme. Ella se había negado desde el primer día a mi compromiso, pero como yo acepté decidió apoyarme. Ahora que ________ estaba aquí la existencia de Hana había desparecido totalmente. Me daba igual esa chica, no me iba a casar con ella, solo podía pensar en _________. Giro sobre la cama para optar por su misma posición y mirar al techo.

— Tenías razón —noté como sus ojos se clavaban en mí— Nunca debí haber permitido que tomara ese avión. Ahora la he perdido para siempre.

— Tú también te vas a casar —sonreí de forma irónica— Así que levántate y haz algo para conocer a tu futura esposa.

— No me gusta, mamá —ella suspiró levantándose— A mí solo me gusta una persona.

— Ya, pero la dejaste escapar y ahora está comprometida —tiró de las sábanas para echarlas al suelo— Así que levántate, ponte guapo y ve a ver a Namjoon.

— A Namjoon para qué —la miré mientras sacaba ropa de mi armario.

— Para que paséis tiempo juntos —dejó un pantalón sobre mis piernas— La vida de casado no te permite ver mucho a tus amigos.

— Que no me voy a casar... —hablé con molestia.

— Díselo a tu padre —mi madre rió con ironía— Y que yo no esté cuando lo hagas, gracias.

Sonreí. Si le decía a mi padre después de casi dos años que no me quería casar, era capaz de matarme. Mi madre toma mi brazo y me obliga a levantarme. Tira de mí hasta que llegamos al cuarto de baño. Cierra la puerta a su espalda y yo camino con pesadez hacia la ducha. Cuando salgo enredo una toalla en mis caderas y tomo el cepillo para arreglar el desastre de cabello largo que tenía. La puerta se abre y veo a un hombre con un maletín. No dice absolutamente nada y me obliga a tomar asiento en un pequeño banco cerca del espejo. Abrió el maletín y pude visualizar muchos utensilios de peluquería. Mi madre se dejó ver tras la puerta.

— Ya era hora de que cortaras ese pelo —cruzó sus brazos.

— A ella le gustaba largo... —digo apenado.

— Jungkook —toma una de mis manos— Se que aún estás enamorado de ________, pero ella ha rehecho su vida —miro a otra parte— Es hora de que tú hagas lo mismo —asentí.

Adicción +18  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora