Woking Ripley, Inglaterra, 23 de agosto 1971
Severus Snape estaba emocionado, este año entraría a Hogwarts, dejaría de ver a su padre por meses y estaría sano y salvo en un colegio donde todos eran como él, estaba ahora mismo con diferentes sentimientos encontrados, por un lado estaba aterrado de dejar a su madre sola en casa, por el otro, estaba emocionado de asistir a un colegio de magia, se prometió a si mismo convertirse en el mejor mago de la historia, tal vez así, cuando logrará aprender muchos hechizos ayudaría a su madre a escapar de casa y juntos formar una vida nueva.
Durante años había estado escuchando las historias fascinantes que su madre le contaba mientras hacían la limpieza o preparaban alguna de las pociones que ocupaban cuando su padre se ponía bastante violento y al no tener dinero para un médico debían ocupar esa rama de la magia para poder sanar sus heridas, de hecho, ahora que lo pensaba era la única magia que se ocupaba en casa, sí en algún momento tenía un ataque de magia accidental incluso su madre se ponía furiosa, por eso prefería estar fuera, en el parque y, aunque no tenía amigos con quienes jugar sí tenía una amiga, una niña extraordinaria con la quien también asistiría a Hogwarts, Lily Evans sería su mejor amiga y ambos llegarían a ser el apoyo del otro, siempre.
Severus ya había memorizado los libros de primer y segundo año, desde la vez en que al cumplir 9 años su madre le entregará sus viejos libros de la escuela y le pidiera ir a su habitación y leerlos en silencio mientras ella atendía a su padre. Había memorizado que el colegio tenía su propio tren para poder llegar hasta ahí, que había 142 escaleras que podían cambiar de lugar y que existían cuatro casas con el nombre de los fundadores y que la mejor de esas casas era Slytherin, donde su madre contó, todos eran amigos, compañeros y se ayudaban uno al otro, donde el lema era "Una vez Slytherin, siempre serás Slytherin, se tu propia espada, se tu propia protección, se tu propio rey o reina" y el ansiaba eso, quería estar en Slytherin y poner orgullosa a su madre.—Severus, es aquí— Habló su madre sacándolo de sus pensamientos, suspiró, su madre había ahorrado durante meses para poder comprar algunos de los materiales que se ocuparían al entrar a Hogwarts, ocuparía los viejos libros de su madre, habían comprado unos cuantos ingredientes y un caldero de segunda mano en uno de los múltiples negocios del Callejón Diagon, sin duda estar ahí había sido una experiencia agridulce y ahora, estaban por entrar a una tienda muggle para comprar ropa de segunda mano.
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Ella no había entendido al inicio el por qué estar ahí, conocía el mundo muggle, lo conocía bastante bien, muchas veces era la mejor manera de conseguir dinero, suministros y algunos recursos para la manada incluso algunos trabajos mal pagados, pero, aún así no era el lugar favorito de su padre, al leer el letrero de bienvenida lo entendió, estaban en una tienda de ropa de segunda mano, observaba todo con sumo detalle, estaba acostumbrada a ello, principalmente por que hombres lobo dentro de la comunidad mágica no podían usar ropa buena, debido a la falta de empleo y los estúpidos prejuicios, eso y la ridícula y nueva regla de registro de lobos en el ministerio.
Su padre estaba moviendo los montones de ropa buscando algo que se ajustará a su talla y presupuesto, principalmente a lo segundo.—¿Qué te parece este? Se ve... Femenino— Habló Fenrir mostrando un vestido rosa chillón con listones blancos y justo en la cintura parecía tener un cinturón marrón, ahora entendía por qué se deshacían de esa ropa, era horrible.
—Muy... Rosa— Respondió Darcy finalmente haciendo una ligera mueca de disgusto por el color casi fosforescente—Tal vez sí fuera azul o negro.
Su padre asintió volviendo a arrojar el vestido al montón de ropa descartada y continuo sacando un par de suéters de punto y pantalones de color marrón que parecían ser de hombre.
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Slytherin Family
FanfictionA veces solo se necesita un golpe de suerte para cambiar todo el destino, el tuyo, el mío, el nuestro. A veces las apariencias engañan y un error puede desencadenar más problemas cual efecto mariposa. -Juntos haremos que el mundo se ponga a nuestro...