Calamity Town, 06 de abril 1978.
—No te muevas de ahí, Kreacher y deja de golpearte— Le amenazó con voz dura, al ver de reojo como volvía a intentar golpearse la cabeza contra el suelo mientras ayudaba a Severus empacar cualquier poción que pudiese ser necesaria.
—Tienes que llevarnos de vuelta a ese lugar, tienes que ayudarme a salvarlo, Kreacher— Hablo el Snape cogiéndo al sollozante elfo por los hombros— Sé que has cuidado de él toda su vida, que eres tú el que le ayudaba a salir de su casa y curaba sus heridas cuando era golpeado por Walburga, es nuestro turno de salvarlo. Llevanos con él, por favor.
Los ojos saltones pasaban de Severus a Darcy mientras el elfo se debatía entre obedecer la orden del amo Regulus en volver a casa y no decir nada a los amos Black o volver a ese horrible lugar y salvar al amo Regulus.
Despues de unos interminables segundos tomó a ambos de las manos y en un parpadeo estaba en el interior de una cueva oscura. Parecía no haber nadie a la vista. Poco a poco, una ligera luz proveniente del agua iluminó lo suficiente como ver que estaban ante un lago que tenía en el centro una pequeña isla.—¿Dónde está, Kreacher? —preguntó ella con un susurro tembloroso, ese lugar no le daba buena vibra y había algo en el ambiente que le hacía querer correr y alejarse de ahí.
Probablemente alguna protección puesta por el Lord para evitar intrusos.Kreacher señaló con un largo y nudoso dedo a la isla cubierta de cristales y estalagmitas, en la que solo se distinguía el perfil de una vasija.
—Has dicho que había criaturas ¿Qué clase de criaturas son?— Severus Susurro un lumus máxima iluminando aún más la obscura cueva aunque debido a la profundidad de la misma la iluminación seguía seguía escasa.
— Están en el agua, maestro. Son muertos que se mecen en el agua. Kreacher escapó de ellos porque no perseguían a Kreacher.— Tanto Darcy como Severus se miraron con miedo. Inferi.
Había un rumor entre los mortífagos de que Voldemort había creado un ejército de muertos vivientes.
Severus miró a sus pies y vio el agua prácticamente rozando la punta de sus botas, tomando la mano de Darcy dio un paso hacia atrás tratando de recordar algo que ayudara contra esas cosas.—¿Cómo se llega a la isla?— La chica preguntó, comenzaba a preocuparse cada vez más, no había rastros de Regulus y no quería pensar en lo peor pero, de ser arrastrado al fondo del lago por los inferi, le preocupaba más el tiempo que pudiese estar bajo el agua.
—La barca de ahí, maestra Darcy— Volvió a señalar Kreacher.— El amo llego ahí y tomo todo el contenido de la vasija, pero el amo tenía mucha sed y se acercó al lago.
Severus estrechó los ojos, observando que en la orilla había una pequeña barca lo suficientemente grande para dos personas con el corazón retumbando de pánico le entrego el bolso que contenía las pociones a Darcy y corrió hacia la barca subiéndose en ella.
—Darcy, quédate ahí ¿Recuerdas como realizar el hechizo de fuego maldito?— Ella asintió, no era momento de dudar de sus capacidades o que eso podría matarlos a ambos sí se realizaba mal— Bien, cuando te diga lanzas el hechizo a esa esquina.
—¿Qué es lo que harás?— Comenzaba a sentirse cada vez más ansiosa y Kreacher no ayudaba al querer golpearse todo el tiempo.
—Sólo, confía en mí— Ella no cuestiono más. Observó como Severus llegaba del otro lado de la islita y parecía revisar alrededor buscando a Reg.
Severus se acercó a la vasija que volvía a tener el contenido de una poción de color morado, tal vez negro, era difícil distinguir debido a la poca iluminación sin embargo ninguna de esas dos opciones era buena, el Lord le había hecho crear tres tipos de venenos con esos colores, uno provoca alucinaciones tan vividas y una sed extrema, otro un dolor parecido al Cruciatus y el tercero, al último trago haría que quisiera matarse, al no tener rastros del menor, temió lo peor, sin esperar más se había lanzado al agua helada, temiendo ser arrastrado también por esas cosas.
ESTÁS LEYENDO
Slytherin Family
FanfictionA veces solo se necesita un golpe de suerte para cambiar todo el destino, el tuyo, el mío, el nuestro. A veces las apariencias engañan y un error puede desencadenar más problemas cual efecto mariposa. -Juntos haremos que el mundo se ponga a nuestro...