Sólo uno.

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Stoke-on-Trent, Staffordshire, mes de agosto de 1978.

Los enlaces mágicos eran muy diferentes a los enlaces muggles.
Los muggles solo debían firmar un papel sin nada de por medio, algunos de ellos eran tan simples que era fácil de romperlos a la primera, algunos más se realizaba con la intención de causar un daño a la pareja y sí solo había una pequeña muestra, aunque sea mínima de amor, ese documento era como sí con ello pudiese demostrar que la persona le pertenecía.

En cambio los mágicos requerían de ciertos ritos a seguir para demostrar que la pareja era adecuada tanto física como espiritualmente, no era un documento lleno de promesas vacías, sino que cada cláusula debía cumplirse al pie de la letra, si bien eso había iniciado desde la situación con Derwent, era momento de continuar.
El ritual que el Lord había elegido era uno bastante extenso y complicado que involucraba diferentes fases.

1. Se debía vivir un mes bajo el mismo techo que cubre a la familia sanguínea de la pareja.

Normalmente y en caso de que su hermano aún hablara con ella, estarían en Londres, pero como ese no era el caso Severus había encontrado una laguna en ese contrato, decía "familia sanguínea" los padres de ambos habían muerto por lo que habían planeado seguir en Spinner's End el mes restante.
No esperaban que Patrick metiera su nariz en ello, al ser el último miembro vivo de la Familia Prince, ambos chicos debían vivir bajo el mismo techo que el hombre.

Admitían que la casa (o más bien mansión) era bellísima, tenía unos jardines extensos que terminaban en un río de agua cristalina, distintos invernaderos donde podía plantar cientos de ingredientes tanto mágicos como muggles, en el interior había una sala con una chimenea enorme, una cocina donde normalmente solo estaba una elfina doméstica, alrededor de 4 habitaciones, una sala de duelo, en el sótano un laboratorio de pociones, lo cuál era de esperarse sabiendo que los Prince eran maestros de pociones desde hacía cientos de generaciones.
Y lo que más había captado la atención de ambos era la biblioteca que parecía tan grande con la de Hogwarts, sin embargo en ella había libros que nunca podrían estar en un colegio de magia donde niños de 11 años tenían acceso.
La mayoría de los libros era hasta cierto punto grises con magia un tanto inusual y atrayente.

Patrick parecía estar revoloteando sobre ambos cada cierto tiempo, contando historias sobre los antiguos miembros de la familia Prince, hablando con Severus sobre algunas formas o técnicas para la mejora de algunas pociones, en ocasiones el hombre solía llevarlos a una sala de entretenimiento mostrando nuevos hechizos a ambos.

No obstante no todo era bueno, había algunas veces en que solía mencionar sobre la idea de un heredero antes de que ella pudiera terminar Hogwarts o dar comentarios a doble sentido durante la cena o el desayuno que hacía perder el apetito a ambos Slytherin.
En otras ocasiones en las que cuando Severus y Darcy hablaban en la biblioteca, reían de cualquier chiste malo de la Viet con el intento de olvidarse por un momento de sus responsabilidades o simplemente estaban sentados cada uno sumergido en su propio libro pero en compañía del otro, Patrick aparecía comenzando a hablar como sí realmente estuviera interesado en su relación y al inmiscuirse o cuestionar constantemente sobre alguna situación en la que ambos al menos se sintieran atraídos por el otro les hacia sentir incómodos.

Sus pensamientos y sentimientos comenzaban a hacer estragos en su mente, si bien al inicio Severus en más de una ocasión había sentido la imperiosa necesidad de besar nuevamente a Darcy mientras estaba en la cocina platicando con la elfina doméstica Tipsy o ayudando al elfo Dalton en el jardín, con cada persona que prácticamente les empujaban a situaciones "de romance" les hacían dudar sobre si en realidad sintieran al menos una pizca de cariño por el otro.

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