Kokeworth Woking Inglaterra, 10 de enero de 1971
Apenas había pasado un día desde su cumpleaños número 11 cuando Severus Snape ya estaba aprendiendo una cosa nueva, había aprendido que a pesar de tener la nariz rota debido a el puñetazo proporcionado por su padre él podía tener un olfato bastante distintivo, lograba individualizar y diferenciar un ingrediente de otros similares entre cualquiera de las plantas que había en el bosque, un nuevo don del cual el ni siquiera sabía hasta ese momento, pero, que ahora le servía bastante para poder obtener el mejor ingrediente de la poción contra el dolor que su madre necesitaba, los golpes esta vez fueron más fuertes, justo el día anterior había recibido lo que tanto tiempo había ansiando tener entre sus manos, la carta de aceptación a Hogwarts y también su boleto de salida al infierno que tenía en casa.
Aunque esos golpes no se comparaban con las palabras que su madre le había gritado cuando Tobías salió de casa.
—Estoy tan decepcionada de ti, Severus.
Decepción, podía lidiar con los golpes e insultos de su padre, podía lidiar con los gritos que se escuchaban incluso a cuadras de distancia, con el llanto de su madre cuando estaba en su momento más vulnerable, podía con los insultos que recibía en su primaria por su ropa usada la poca higiene que había tenido durante años hasta que había aprendido a asearse solo ya que su madre jamás prestaba atención a esos detalles de su vida y la negligencia de los profesores tampoco ayudaba, actualmente podía lidiar con lo que ahora ya conocía como el sexo (o más bien una violación) debido a las clases de educación sexual que tuvo en su primaria, era increíble que a la tierna edad de 11 años supiera lo que era el abuso sexual debido a las constantes suplicas de su madre que escuchaba desde su habitación.
Cada día su promesa de nunca enamorarse iba en aumento, podría tener una comunicación más o menos pasiva con alguna persona, como Lily por ejemplo, pero tenía miedo, miedo de volverse como su padre, tenía miedo de que la persona con la que estuviera lo amara tan incondicionalmente como su madre amaba a su padre y repetir la historia una y otra vez, miedo de amar a alguien y salir lastimado.
Podía lidiar con con cada una de esas situaciones y pensamientos que lo atormentaban a diario, pero la decepción era la única cosa que hasta ahora fracturaba su alma tan lenta y dolorosamente, odiaba tanto decepcionar a la única persona que hasta el momento le había dado tantito amor en su corta y miserable vida.
Suspirando y levantándose del suelo después de estar observando el cielo por unos minutos y con los ingredientes en su mano previamente seleccionados corrió a casa donde su madre lo estaba esperando con el caldero en el fuego y un par de cuchillos ligeramente afilados que eran los pocos materiales que tenían para preparar lo que necesitaban.
—Aquí están madre— La voz del Snape era neutral a pesar del miedo que le recorría de pies a cabeza, sabía que se había tardado bastante en el bosque, pero la paz que había sentido en ese lugar además de la hermosa vista que tenía del cielo lo habían hecho retrasarse.
—Hazla tú, yo necesito descansar.— Habló ella, sí bien el tono de su madre había sido despectivo lo dejó en segundo plano para ahora tener un miedo distinto ¿Prepararlo él? Había experimentado con un par de pociones de segundo o tercer año de los libros que su madre le había dado, pero, una poción para el dolor era de quito o sexto curso.
—Sí madre— Sabía que no debía replicar, no le serviría de nada, escucho a la mujer subir las escaleras a su habitación y azotar la puerta con fuerza.
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Slytherin Family
FanfictionA veces solo se necesita un golpe de suerte para cambiar todo el destino, el tuyo, el mío, el nuestro. A veces las apariencias engañan y un error puede desencadenar más problemas cual efecto mariposa. -Juntos haremos que el mundo se ponga a nuestro...