Exhortación.

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Sala común de Slytherin 27 de mayo 1973

Darcy se encontraba nuevamente en la sala común observando con atención la chimenea, le gustaba ver como el rojo del fuego llegaba a cambiar de tonalidades debido al verde intenso producido por estar debajo del lago negro, después de estar por casi diez minutos así, se acostó en la alfombra viendo en el techo y parte de las ventanas el como el calamar gigante pasaba cada cierto tiempo intentando atrapar algún alimento, tal parecía que quería impresionar a algo o alguien ahí, ¿existiría otro calamar dentro del lago?
Pronto su mente había empezado una historia de dos calamares gigantes que parecían estar enamorados, hasta ahora era lo único bueno o productivo que podía hacer, faltaban solo 2 semanas para salir de vacaciones de verano, ya había terminado sus trabajos y solo estaba esperando que los chicos salieran de su habitación para ir a su clase de encantamientos con Ravenclaw.

—Yo solo digo que sí dejarás de maldecirlos o enfrentarlos te dejarían en paz Sev—  Alcanzó a escuchar la voz del prefecto Lucius Malfoy haciéndola salir de sus pensamientos.

—Número uno, jamás, me digas "Sev" a no ser que quieras despedirte de tu rubio y teñido cabello— Respondió una voz más ligera aunque por el tono podría decirse que estaba realmente enojado, ella conocía esa voz, era de Severus Snape— Y número dos, ellos son quienes me atacaron, yo solo me defendí.

—¡Soy rubio natural! Pero no estamos hablando de ello— Negó con la cabeza soltando un suspiro, claramente estaba exasperado— A lo que me refiero es que si dejarás de hablar con esa sangre su... Evans— Se corrigió al notar el claro enojo de Severus— Ellos te dejarían en paz, sobre todo Potter y Black.

—No voy a dejar de hablar con mi mejor amiga, ya te lo he dicho Lucius—Respondió él con tono de "No acepto réplicas por ello, yo se lo que hago."— Ni siquiera se si realmente sea por ello, desde el primer día en el tren me atacaron sin ningún motivo.

—¿Y cómo te ha funcionado eso hasta ahora? 3 calderos inservibles, huesos rotos, ¡Haz pasado más tiempo en la enfermería que cualquier persona normal!— El tono de Lucius se había elevado una décima, como si estuviera desesperado por hacerlo entrar en razón— Incluso ella se ha reído de ti, por amor a Merlín.— Lucius Malfoy comenzó a caminar alrededor de Severus a modo de distracción, lo único que quería hacer en ese momento era tomar de los hombros al chico sacudir su cerebro hasta que sus neuronas entraran en un corto circuito y captará las ideas que estaban frente a sus ojos.
Era obvio para todo Slytherin, (salvo Snape claro estaba) que Lily Evans sí bien podía ser buena amiga, no era la mejor, como cualquier persona tenía sus errores, sin embargo Severus la ponía en un pedestal, varias veces había escuchado que buscaría al Snape para que le hiciera las tareas, había escuchado reírse de las bromas del cuarteto de idiotas cuando creía que nadie más escucharía pero, por más que quería decirle a Severus él no aceptaba razón de ello, seguramente por que su amistad era reciente, pero esa era la principal razón por la cual quería que Severus abriera los ojos, para el Malfoy, Severus Snape era su único amigo real.
Tenia a Narcissa pero había muchas cosas que no podía contarle ella o no entendería. A pesar de la diferencia de edad, Severus era bueno escuchado, pésimo consejero, pero sabía que sí en algún momento lo necesitaba él estaría ahí.

—¡Basta!— Levantó la voz el menor un tanto enojado ante la idea de que su amiga fuese así, Lily Evans era la chica que le había ayudado cuando sus padres discutían, le había brindado un espacio en su casa junto a los Evans cada vez que las cosas iban mal y él terminaba en medio de esa pelea con distintos golpes y algunas veces incluso con huesos rotos, los Evans le habían brindado un lugar seguro y Lily le había defendido del cuarteto de Gryffindor's, para él, Lily Evans era su salvavidas.— Ella es mi amiga, jamás haría algo así, es... Mi única amiga— Dijo el Snape con un tono más ligero, tal vez cediendo a las palabras de Lucius pero en seguida descarto la idea.

—Tienes más amigos Severus, piensa en ello— Lucius coloco su mano en el hombro de Snape apretando ligeramente por unos segundos a modo de despedida y camino hacia la habitación de prefectos.

Se escucho un suspiro y Darcy pensó que ambos se habían ido, estaba a punto de levantarse de nuevo para irse, en cambio se escucho la voz del chico.

—¿Sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?— Eso había hecho brincar el corazón de la chica del miedo, no esperaba ser notada— Sal de ahí Viet.— La niña se levantó del suelo un tanto nerviosa y sacudía su suéter del polvo que se había pegado a su ropa.

—Lo lamento yo no quería...— tartamudeo, realmente no había querido escuchar la conversación, estaba a punto de levantarse cuando ellos dos entraron aunque antes de poder terminar su disculpa fue interrumpida por Snape.

—No me interesa, pero sí algo de esa conversación llega a alguien más, te juro que sufrirás y mucho— Ella tembló ante la voz fría de Snape, realmente daba miedo su postura, su voz y en general esa aura de misterio y peligro que siempre lo rodeaba, incluso dentro de Slytherin solo unos idiotas retarian al chico pues era bien sabido que perderían.
Eso incluía a Lucius Malfoy, quien recordaba haber peleado en plena sala común con Severus Snape durante casi 30 minutos hasta que Severus había lanzado al rubio al otro lado de la sala, el como ahora eran amigos era un misterio.

—Lo prometo, no diré nada a nadie— Acepto inmediatamente la niña, no era tan estúpida como para hacer enojar al chico, él asintió y estaba por irse a su dormitorio pero a último segundo se giro para hablar con Viet.

—¿Qué hacías ahí?— Ella levantó la mirada hacia él, y negó con la cabeza sonrojadose, no podía decir que estaba imaginado una historia de amor entre  calamares gigantes, él lo tomaría como una excusa barata o peor aún, la tomaría como a una tonta— Nada importante, estaba esperando a mis amigos, me aburri y me acosté en el suelo para tener una vista del lago, fue cuando ustedes entraron—  Snape levantó una ceja contemplado la respuesta, analizando si sería una mentira o no, pero al ver que la chica seguía en la misma postura asintió.

—¿Tú... Crees que estoy exagerado?— Esa pregunta si que la había tomado por sorpresa.

Ella lo pensó por unos segundos, si bien por lo que había escuchado entendía las razones de Malfoy, también entendía a Snape, quierer seguir teniendo la amistad de su primer amiga, la persona que lo había defendido y probablemente la persona de la que el estaba enamorado, ella entendía por experiencia propia que a veces se podía seguír a lado de alguien a pesar de sus errores así que negó.

—Supongo que no, él hecho de querer seguir manteniendo una amistad probablemente de años, es una de las causas por las cuales algunas veces pasamos cosas por alto o simplemente haríamos cualquier cosa por seguir ahí, incluyendo mentir— Ella bajo la mirada, sí, lo haría.— No está mal querer conservar a tu primera amiga, pero no por ello te cierres a tener más.

El volvió a asentir después de unos segundos, después se disculparia con Lucius.

—Tal vez deberías decirle a tus... Amigos quien eres realmente.— 
Ella levantó la vista asustada, había olvidado que el conocía a su padre, cada palabra de ello se había sentido como un bloque de plomo en su estómago y como si alguien la estuviera sujetando del cuello apretando su garganta asfixiandola lentamente, él pasó a su lado— Tú tienes más oportunidades que yo de conservar a un amigo.

Sin más la dejo nuevamente sola en la sala común observando a la nada, debería seguir sus propios consejos, debería hablar con la verdad, después de todo ellos ya le habían dicho cosas sobre su propia familia, secretos que sólo ellos cuatro compartían, se sentía como una mentirosa, pero su miedo era más fuerte.

—¿Estás lista?— Habló una voz a su espalda y ella giró tan rápido el cuello que incluso dolió— Vamos se hará tarde para las clases.

—¿Eh? Si, sí vamos— Tomó las cosas que estaban en la mesita de centro y camino junto a Regulus y Rabastan, Barty por otro lado parecia que había comido azúcar en exceso pues salió corriendo hacia la salida.

Durante todas las clases, seguía pensado la manera de decir las cosas, se había quedado observando como Barty jugaba con un par dulces de regaliz haciendo una pésima imitación de del Sr. Crouch mientras ellos intentaban contener la risa para evitar un castigo del profesor Flitwick, Regulus regañando a Rabastan por olvidar la tarea, y Rabastan intentando copiar su tarea, se dio cuenta que lo que más miedo le daba era perderlos, eran sus mejores amigos, las personas que la habían consolado por sus pesadillas a lo largo de estos meses, las personas que no habían dudado en brindarle ayuda y le hacían sentir feliz.
Tenía miedo de perder a quienes estaba considerando una familia.

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